Funka Fest 2022: Guayaquil y su reencuentro con los festivales de música

Una soleada tarde de sábado se iniciaba lo más temprano posible con una pequeña cantidad de público que esperaba ver a artistas locales como Cementerio de Elefantes, Tayos Tayos Tayos, Mac Tempo, Ganjah Roots, Cometa Sucre, Chloé Silva y La Madre Tirana. Hasta aproximadamente las 16:00 era un misterio si el evento que había anunciado su edición más importante hasta la fecha iba a triunfar o solo iba a contar con fieles seguidores del panorama musical independiente.

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Mientras caía el sol, los locales Abbacook y Carlos Cortez convocaban más publico en el escenario alterno, mientras que pequeñas fallas en el sonido generaban cierto recelo en la tarima principal.

El eclecticismo entre los géneros y estilos musicales que presentaba este año el Funka Fest (@funka_fest) era notorio entre sus asistentes, puesto que algunos estuvieron presentes desde el inicio, mientras que otros aguardaron al atardecer para recibir a los primeros invitados internacionales, los mexicanos Bratty y Ed Maverick.

Esta edición del festival de música y artes organizado por la Empresa Pública Municipal de Turismo (@guayaquilesmidestino) se arriesgó cambiando su concepto; aquella idea de ser un show para la subcultura indie y la música local independiente fue complementada por una apuesta por géneros más populares como el regué, que fue representado por la agrupación puertorriqueña Cultura Profética, quienes incluyeron esta fecha en su gira de 25 aniversario y también a la música urbana y el reguetón, que contó con The Change, desde República Dominicana, y el venezolano Danny Ocean, que sin duda fue quien se llevó todos los aplausos de la noche con canciones como Veneno, Dembow, entre otros de sus éxitos.

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La ecuatoriana Silvia Ponce empezó a calentar motores para el ambiente de música electrónica que estaría secundado por los extranjeros Miguel Campbell y Anabel Englund, con sus presentaciones dignas de lo que llega a conocerse como after party.

Si bien este experimento del Funka Fest atrajo excelentes resultados notorios en cuanto a la cantidad y variedad de público, boletos agotados y una jornada que parecía interminable, el indie siguió siendo un factor determinante en esta noche.

La banda capitalina La Máquina Camaleón puso a todos a disfrutar con sus ya tradicionales excentricidades como entregar juguetes inflables y fruta a su fiel fanaticada, sumado a un concierto tremendo; una alineación con vientos, coristas y músicos de primer nivel. La cereza del pastel llegó también desde México con Little Jesus, quienes con sus guitarras distorsionadas encendieron la madrugada guayaquileña de aquellos que decidieron escuchar hasta la última canción.

Funka Fest se ha vuelto una tradición del Puerto Principal sin duda alguna, este fue el primero pospandemia y la gente espera que no vuelva a detenerse. (O)