Jorge Drexler solo necesitó de ‘Tinta y tiempo’ para conquistar el Teatro Sánchez Aguilar

Ganador de un óscar en 2005 y de siete Grammy en 2022 por su más reciente álbum, Tinta y tiempo, el artista uruguayo Jorge Drexler llegó a Ecuador para presentar dos fechas en el Teatro Sánchez Aguilar (TSA) y una en Quito, en el Teatro Ágora Casa de la Cultura, teniendo ya nuestro país como una parada obligatoria en sus giras, incluso en épocas previas a la pandemia.

Jorge Drexler en Ecuador: un mural acoge mensajes de sus fans en el Teatro Sánchez Aguilar

Con una sala principal casi llena de fanáticos, pero con acceso restringido a la prensa por petición de la disquera del laureado cantautor uruguayo, la primera noche empezó en una oscuridad total, mientras se escuchaban mensajes de audio de WhatsApp de una prima de Drexler dedicada a la ciencia, quien explicaba la evolución de la vida y el amor en los primeros tiempos de la humanidad, algo que inspiró mucho a la creación de esta producción discográfica, que ha sido un éxito en ventas.

El plan maestro fue la canción con la que iniciaron el show. Un ensamble de músicos muy sencillo: guitarras, bajo, batería, coristas y la voz principal, que indicaba a cada uno la dirección de la escena, ya que en distintas ocasiones se vio cómo los músicos variaban su ubicación en tarima, algo que ciertamente cautivaba a los asistentes en lo visual y sonoro.

Desde temprano, el repertorio incluyó temas clásicos, como Deseo, Me haces bien, Don de fluir, entre otros, algo que ocurrió debido a que Jorge está celebrando más de 30 años de trayectoria artística: La luz que sabe robar fue su primer álbum, lanzado en 1992, motivo por el que interpretó Era de amar, aprovechando para citar al inmortal Gustavo Cerati al finalizar el tema: “Cruza el amor como un puente”.

Por supuesto, el motivo principal de este espectáculo era la promoción del mencionado Tinta y tiempo, del que sorpresivamente el público coreó las canciones como si fuesen ya hits. Cinturón blanco y Algoritmo, entre otras, fueron algunas de las que pusieron a gritar a “la ciudad del Ruiseñor de América”, como la denominó el protagonista de la noche.

En medio del concierto hubo momentos emotivos en la sala, que terminó con un lleno total mientras el tiempo transcurría. A guitarra y voz, llegó una inesperada colaboración con el artista local Ricardo Pita en el tema Soledad. Pita se encontraba entre las butacas, y Drexler agradeció su presencia e incluso el sentido regalo de una guitarra, pocos minutos después. Mencionó a una fanática que tenía un cartel en el que pedía interpretar junto con él Duermevela, canción dedicada a la memoria de la madre del artista; y, pese a no subir al escenario, entre el silencio del público se percibió la voz de aquella seguidora que no olvidará esa memoria.

En distintas ocasiones, Drexler destacó el impecable sonido y la acústica del TSA, aspectos fundamentales para la tremenda velada que vivieron los fieles seguidores de este personaje, que no paró de celebrar con bombos y platillos las más de tres décadas de trayectoria, su nuevo trabajo de estudio y su primera noche en Ecuador en la era pospandémica.

Drexler es uno más de nosotros cuando visita nuestras tierras, ya lo ha demostrado. Por supuesto, hay que aplaudirlo y agradecerle por eso.

Este espectáculo se lleva a cabo gracias a los esfuerzos de Fundación Sánchez Aguilar y del Teatro Sánchez Aguilar. (E)