La Orquesta Sinfónica de Cuenca (OSC) está de aniversario. Con una trayectoria de 50 años se afianza como la institución pública musical más importante de la ciudad y por ese motivo este viernes se realizará una sesión especial donde primarán los reconocimientos, seguido de concierto para que los asistentes disfruten de una de las obras más importantes de la música clásica, la Novena Sinfonía de Beethoven.

Si algo tiene de particular la OSC es que, desde su creación el 10 de noviembre de 1972 mediante Decreto Supremo Nº 1260, se ha convertido en un referente para los músicos locales y nacionales, según considera su director titular, el maestro Augusto Carrión.

Él está un año y medio llevando la batuta y asegura ser un privilegiado por estar en este momento de la historia. Por un lado al coincidir en las bodas de oro liderando la orquesta y por otro al saber que hace 44 años estuvo en sus filas y lo que añora con cariño porque “fue una catapulta para mi vida musical y profesional en el país y fuera de él”, aseveró. Otro aspecto que destaca de la actual OSC es la presencia de músicos jóvenes, lo cual le motiva pensar que se pueden hacer cosas más grandes.

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Como director cree que la música académica debe acercarse al pueblo y, desde su perspectiva, no continúe siendo elitista. Por eso tiene un amplio repertorio en diferentes géneros y también acceden a participar de encuentros como el del estadio municipal durante las fiestas de Cuenca denominado ‘Salsa sinfónica’. “Fue un evento que convocó a más de 10.000 personas, de las cuales unas 4.000 seguramente nunca escucharon a la Sinfónica y llegar a ellos fue maravilloso”, aseveró.

Este viernes la Orquesta Sinfónica de Cuenca celebra sus Bodas de oro institucionales con un concierto en el teatro Pumapungo. Cortesía OSC Foto: El Universo

En esa misma línea trabaja su director ejecutivo, Fernando Vargas, quien también fue parte del grupo de solistas de la OSC durante 20 años. Entre sus principales añoranzas están el haber compartido por más de 25 años con el fundador de la Orquesta, José Castellví Queralt, de quien vio de cerca su entrega no solo en lo musical, sino en lo administrativo y en base a ese ejemplo desea trazar su propia ruta.

Tiene claro también qué hay dificultades coyunturales como un limitado presupuesto otorgado por el Ministerio de Finanzas así como la reducida cantidad de músicos. Lo primero por una crisis nacional y lo segundo porque, según relató, no se hizo la gestión para mantener el número de integrantes que con el paso del tiempo disminuyó de 70 a 50, sin que se haya hecho la gestión para retener esas partidas de quienes se jubilaron.

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Entre la plantilla de músicos está Patricio Mora, quien se desempeña como concertino y se ubica en la primera fila, a la izquierda del director. Cuenta que llegó a la OSC hace 32 años y que a pesar de la experiencia mantiene la misma energía con la que arribó a su primer ensayo. El pasar de una enseñanza individual a una interpretación grupal es un reto profesional y humano que lo ha ido superando con el paso del tiempo, pero en los ensayos previos al concierto de este viernes.

Pero a pesar de esas limitaciones sabe que hay motivos más que suficientes para festejar y por eso en el acto del viernes a realizarse en el teatro Pumapungo habrá dos momentos. Por un lado estarán los reconocimientos de instituciones públicas y privadas como la Asamblea Nacional, la Gobernación del Municipio local o la Cámara de Comercio. Seguirá reconocimientos a los empleados que cumplen 20, 25, 30 y 40 años de trabajo y como antepenúltimo punto, los discursos de rigor y agradecimiento.

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Seguido de esto estará el concierto que iniciará con la Obertura 1812, Ópera 49 de Chaikovski y luego la Novena Sinfonía de Beethoven. Cuatro solistas y dos coros integrados por Vanesa Regalado, Andrea Cóndor, Juan Carlos Cerna y Diego Zamora. La entrada es libre y gratuita. (I)