Sin lugar a duda, Mirella Cesa (@mirellamusic) se ha ganado un lugar privilegiado en la música nacional y, por supuesto, hay muchas evidencias que pueden respaldar esta declaración. Sin embargo, más allá de hacer un recuento por toda su trayectoria, la artista decidió reinventar su identidad sonora y emprender un viaje en el que cruzó nuevos caminos, junto con nuevos acompañantes y además nuevas canciones. Como producto de esto llega su nuevo material discográfico, titulado La quinceañera, una suerte de autorreconocimiento por los quince años del inicio de lo que ha sido su vida en este ámbito.

Publicado el pasado viernes, compuesto por doce canciones y disponible en todas las plataformas de distribución digital, este álbum es el resultado de Mirella involucrada a fondo en la producción musical y artística, junto con distintos colaboradores, como Joshua Abudeye, Marcel Ferrer, Adrián Morales-Demori, Larry Coll y otros. La experimentación y la búsqueda de la identidad también fueron un gran aporte al característico andipop que ha distinguido a la cantautora ecuatoriana.

Solo para mí empieza con el infaltable charango, pero rodeado de distintas capas armónicas que marcan con intensidad el cambio del sonido tradicional de la artista, quien también varía su voz para enfatizar la presencia de las nuevas sonoridades. Canciones como Lo que fue y Linda despedida usan la percusión como referencia principal, mientras que otras como Abrázame o Dejarme querer gozan de beats apegados a una estética actual.

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Desde la perspectiva del crítico, Cuando me miras refleja la esencia de La quinceañera: melodías tradicionales, cargadas de emociones y sentimientos que coquetean discretamente con la modernidad.

Se suele mencionar con frecuencia que la música y el arte no son una carrera de velocidad, sino de resistencia. El éxito puede llegar al inicio o al final, pero solo quienes logran mantenerse en el camino pueden relatar las interminables experiencias que hacen que valga la pena todo el recorrido.