La red social Twitter, una de las preferidas para los creadores de contenido, especialmente para los que trabajan en otras áreas más allá del entretenimiento, como políticos, activistas, periodistas, científicos y divulgadores científicos, ha visto suceder una serie de cambios a partir de que el empresario Elon Musk asumiera la dirección.

Primero, hubo un despido masivo, y más de 3.000 empleados se enteraron de su nuevo estatus a través de un e-mail o cuando no pudieron iniciar sesión en sus cuentas de trabajo.

Elon Musk ha admitido que vendió partes de Tesla para salvar a Twitter de la quiebra; sin embargo, sus grandes y rápidos cambios en la compañía aumentan este riesgo. Foto: Carina Johansen

Acto seguido, ciertas celebridades empezaron a abandonar el barco, argumentando que sentían que Twitter se estaba convirtiendo en un espacio inseguro, más cargado de discursos de odio de lo habitual. No fue nada sorprendente ver salir a Amber Heard, exnovia de Musk, pero también lo hicieron la modelo Gigi Hadid y la actriz Whoopi Goldberg; mientras que personalidades como el actor Ken Olin y las cantantes Toni Braxton y Sarah Bareilles anunciaron que dejarán de publicar por un tiempo.

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Al mismo tiempo, se desarrolló todo un drama alrededor del plan de mantener la marca de verificación —el codiciado visto azul— para los suscriptores, por un precio que fue decreciendo hasta llegar a los $ 8. Finalmente, se decidió retirar ese beneficio a los usuarios de Twitter Blue, debido a un sinnúmero de problemas de suplantación de identidad, algo que muchos vieron venir.

El incidente más notable fue el de la farmacéutica Eli Lilly and Company, que se vio desbordada cuando una cuenta verificada con su nombre anunció que ofrecía insulina gratis.

https://www.eluniverso.com/entretenimiento/redes-sociales/twitter-si-cobrara-por-mantener-la-verificacion-de-la-cuenta-sigan-quejandose-costara-8-dice-elon-musk-nota/

A continuación, Musk anunció a los colaboradores que quedaron después de la reducción que para ellos se había terminado el trabajo remoto, y los quería a todos de vuelta en la oficina a tiempo completo. Hay que recordar que la empresa había dicho en 2020 que sus empleados podrían adoptar el teletrabajo indefinidamente, si así lo quisieran, por su desempeño en los meses de confinamiento.

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Twitter: qué ocurrió durante los primeros 10 días de “caos” bajo el nuevo mandato de Elon Musk

El 10 de noviembre, la directora de Seguridad de Información de Twitter, Lea Kissner, renunció a su cargo y eligió enviar mensajes de positividad, declarando su orgullo por los equipos con los que había trabajado y asegurando que, pase lo que pase, sabía que había sido afortunada. No fue la única en despedirse: también salieron Yoel Roth, el jefe de Integridad y Seguridad, a pesar de que hasta esta semana había sido uno de los defensores de los cambios implementados por Musk; y Damien Kieran, el director ejecutivo de Privacidad.

Pero Musk no se ha quedado callado, y ha asegurado que ciertos empleados habían estado vendiendo el visto azul o blue check por miles de dólares (hasta $ 15.0000), en transacciones no autorizadas, y que rechazaban aplicaciones legítimas de verificación para luego contactar de forma privada a los usuarios y pedirles dinero.

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Mientras tanto, el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, director ejecutivo hasta noviembre de 2021 y miembro de la junta directiva hasta mayo de 2022, está preparando un lugar para quienes quieran seguirlo: la red social Bluesky (nuevamente el atractivo azul), y abrió una lista de espera para la versión beta, a la que es posible unirse con una dirección de correo electrónico como único requisito.

En cuanto a Twitter, Dorsey ha dicho que asume la responsabilidad de que empleados y exempleados estén pasando por la situación actual. “Hice crecer demasiado pronto el tamaño de la compañía. Me disculpo por eso”, escribió, y añadió que entiende que muchos en este momento estén enojados con él, la persona para la cual solían trabajar.

Jack Dorsey se disculpó con los trabajadores y exempleados de Twitter por el crecimiento excesivo de la compañía, en su reflexión sobre los miles de despidos de este mes. Foto: AFP

¿Qué es Bluesky y en qué se diferencia de Twitter?

“La propuesta de Dorsey es una red social de próxima generación, es decir, descentralizada y apoyada en blockchain (servicio de exploración, compra e intercambio de criptomonedas)”, indica Eduardo Palacios, quien se especializa en marketing digital.

“En papeles, (Bluesky) se ve bien, pero depende mucho de la tracción que consiga, sobre todo en las audiencias más jóvenes. Ahora mismo, un gran volumen de personas está en Instagram y TikTok, debido al auge del contenido en video y el algoritmo. Llevarlas a otra red es complicado; ya hemos visto casos como Twitch o Snapchat, propuestas innovadoras pero que no alcanzaron momentum”, continúa Palacios.

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¿Qué hay de Mastodon? “La he visto y aún le falta mucho para reemplazar a cualquier red social. Creo que Twitter se volverá más atractivo para el microblogging con los cambios que propone Elon, y luego será difícil seguirle el paso”, opina. “Twitter es un producto bueno, porque es básico”.

El logo de la red social descentralizada Mastodon.

¿Cuáles serían esas ventajas? “El esquema que permitiría a los creadores de contenido monetizar el contenido dentro de la plataforma”.

Las personas irán donde esté la gente a la que quieren seguir o que genere contenido igual de bueno o superior al que antes consumían. “Y muy poca gente genera contenido de calidad, en cualquier red. La mayoría se crea una cuenta para consumir, mas no para crear”.

Twitter e Instagram, explica, despegaron cuando llegaron las celebridades y los políticos. TikTok es un caso aparte. Esa app en sí es una herramienta para generar contenido, que permite publicar directamente. De ahí viene su éxito, desde que era Musical.ly”.

Una cabina de TikTok en la Feria del Libro de Fráncfort del Meno, el pasado 22 de octubre. Foto: AFP

¿Habrá éxodo desde Twitter? Palacios dice que no lo ve así. Los usuarios regresarán “debido a la falta de tracción en los otros espacios. ¿Recuerdan cuando YouTube salía en negativo todos los meses y Google perdía dinero manteniendo esa plataforma? Eso cambió cuando empezaron a pagarles a los creadores de contenido”. Y eso hará que otras redes, como Instagram, que aún no incorporan la dinámica de TikTok ni la monetización de YouTube, la pasen mal.

¿Qué es una red social descentralizada y por qué me convendría unirme?

“El tema con todas estas alternativas de Twitter es quién controla la plataforma y el contenido que en ellas se pueda publicar; en otras palabras, censura y portabilidad”, señala Rafael Bonilla Armijos, máster en Ciencias de la Computación y experto en ciberseguridad.

“Actualmente, el contenido es creado de manera descentralizada para los usuarios de una red social; pero, luego de eso, ese contenido (el post) es controlado por la plataforma. La plataforma decide si lo publica (o despublica), a quién se lo recomienda, lo califica como ‘bueno’ o ‘malo’”, y le aplica sanciones de acuerdo a su reglamento. “Finalmente, si me quiero ir de esa red social, todo mi contenido generado se queda con ellos”.

La idea con Bluesky es invertir los papeles. “La mejor analogía es pensar en cómo funciona la web actualmente. Cualquier persona puede crear su propio sitio web y decidir qué servicio de host utilizar (para que otros puedan tener acceso). Si mañana quiero, me cambio de host, pero el sitio y todo su contenido sigue siendo el mismo (sigue estando con su creador, no se pierde)”.

Luego, los usuarios podrán encontrar el sitio web por recomendación de algún amigo o conocido; o, lo más común, usando una máquina de búsqueda, como Google. “De esa manera, si me interesa aprender a tocar guitarra, lo pongo en la barra de búsqueda y encuentro muchos sitios que enseñan a tocar guitarra”.

Ahora, dice Bonilla, imagine ese escenario pero para tuits (o cualquier otra forma de microblogging o contenido de redes sociales). “Yo lo genero, publico y controlo, y quienes tengan mis mismos intereses me buscarán y encontrarán, y seremos felices viviendo en nuestra burbuja”. En la ironía de este último comentario, admite el experto, está el problema con este tipo de esquemas. “Puedo quedar atrapado en una realidad que yo mismo me creo. Si solo busco sitios que enseñan a tocar guitarra, jamás sabré que existen el piano, el violín o la trompeta”. (E)