La acumulación de esmegma en el pene es una de las causas primordiales de malos olores en el aparato reproductor masculino. Es una sustancia de textura similar a la del requesón, que es secretada por glándulas localizadas en el surco balanoprepucial, localizado en el espacio entre la corona del glande y el prepucio, la piel que recubre la cabeza del pene. También está presente en la vagina.

En los hombres, el esmegma cumple funciones de lubricación de la piel del glande, con el objetivo de preservar la sensibilidad del glande, según César Merino, urólogo. Sin embargo, esta sustancia no está presente en personas con penes circuncidados, es decir, personas cuyos prepucios fueron removidos quirúrgicamente. Los hombres circuncidados solo presentan pequeña humedad, pues las glándulas responsables de producir esmegma están directamente expuestas a la ropa interior.

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Aunque su secreción es natural y cumple funciones biológicas, al tratarse de una mezcla de células y piel muerta, el esmegma es propicio para fomentar el desarrollo de bacterias y, por lo tanto, tiende a causar malos olores.

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Para Merino, el clima de Guayaquil incide en la secreción de esmegma, pues la humedad es un factor clave. Empero, no existe condición que aumente la secreción de esmegma. La única razón por la cual el esmegma podría ser molesto, dice Merino, es por la falta de aseo. Por eso, expone, es esencial llevar una higiene personal efectiva. Si no se remueve el esmegma, su acumulación puede llevar a la irritación e infecciones en el glande.

“El aseo de la piel del prepucio es importantísima”, indica Merino. “Algunas personas dicen que hay que circuncidar para evitar infecciones, pero no: hay que aprender a bajar la piel del pene y limpiarla regularmente con agua y jabón”. Además de agua y jabón, Merino también aconseja bañarse en las mañanas, antes de la jornada laboral.

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Aunque el esmegma trabaja para mantener la sensibilidad del glande y conservar su piel lisa, lo cual ayuda durante la penetración y evita cortes por fricción, Merino no recomienda mantener relaciones sexuales con esmegma. Durante el sexo oral, por ejemplo, los malos olores pueden causar repulsión en la pareja. Además, añade, “para tener relaciones sexuales es indispensable que no tengamos esmegma, pues puede ser una fuente de contaminación para nuestra pareja”.

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El esmegma usualmente tiene una coloración blanquecina y de una “textura ligeramente grumosa”; pero, si la secreción presenta un cambio de coloración, a amarillenta o parda, y cambia a una textura chiclosa, significa que el esmegma está infectado con bacterias dañinas, advierte Merino. En esos casos, se deberían evitar las relaciones sexuales y realizar exámenes de orina y cultivos de semen.