Estuvo ya en Ecuador en dos ocasiones como parte del Encuentro Internacional de Narradores Orales Un Cerro de Cuentos organizado por la cuentera ecuatoriana Ángela Arboleda. Así que casi es uno más del barrio.

Francisco Pacho Centeno tiene programado presentarse este viernes 21 de octubre en Casal Catalá en Urdesa central. Viene con varias mochilas cargadas de historias, anécdotas y experiencias que viene recogiendo por los sitios por donde ha pasado a bordo de su motocicleta. Esta travesía a la que llama ‘Explorando el patio de mi casa’ tiene varios matices, pero sobre todo está pintada del cariño a su trabajo de cuentero, uno al que se ha dedicado por muchos años y que le ha dejado muchísimos amigos en todas las ciudades que ha transitado en sus 58 años de vida. Acaba de llegar a Ecuador donde ofrecerá lo que mejor sabe hacer.

“Yo vivo en una casa pequeña. Una pequeña cabaña en el campo donde todos los días puedo ver el atardecer y un día pensé que mi casa va hasta el atardecer y llegué a la conclusión de que el atardecer forma parte del patio de mi casa”, dice Pacho, quien vive en la Mesa de los Santos en el Municipio de Piedecuesta, Bucaramanga. “Entonces decidí hacer esta travesía que, de alguna manera, la tenía atorada desde hace mucho tiempo. La quise hacer cuando tenía 20 años, la aplacé; luego quise hacerla cuando tenía 35 años y nuevamente la aplacé. Pero me dije ya no más. Ya tengo 58 años y si no la hago ahora no la haré nunca. Entonces estoy en ella y ha sido muy hermoso porque en cada lugar en el que me he detenido he encontrado decenas, cientos de amigos que no solo me han abierto sus casas sino también me han abierto los espacios de la cuentería en Bogotá, Cali, Medellín, Manizales y Pasto. Ahora estoy en Quito en la primera jornada fuera de Colombia”.

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Relata que por esas ciudades colombianas ya pasó y ya contó. Incluso un grupo de actores de teatro en Bogotá le hicieron un homenaje. “Llevo 38 años en las artes escénicas. Entonces estuve allí con varios actores de Latinoamérica a quienes invitaron para rendirles un homenaje y bueno pues, me siento muy halagado, tanto que no me lo creo todavía. Pero lo recibí de todas maneras . Estuve contando mis cuentos en la Sala Gaytán del Teatro de Bogotá, un lugar muy bello”.

Esta es la segunda semana de su recorrido, un periplo que tiene contemplado cumplirlo en cuatro meses hasta la lejanísima Ciudad de Ushuaia (Argentina), ubicada en el extremo austral de Sudamérica. “Serán unas 48 semanas de viaje. Iré hasta la Patagonia, pasando incluso por Perú, Bolivia, Chile y Brasil. En este último estaré en la ciudad de Sao Paulo. El retorno lo haré por el Litoral atlántico, luego subiré otra vez por la cordillera de los Andes y de seguro visitaré otra vez Quito o alguna otra ciudad, de preferencia hacia el Oriente porque no me gusta repetir el camino. La idea es bajar por un camino y subir por otro. Así se conoce más gente, más cosas, más paisajes, otra gastronomía y sobre todo porque se reciben abrazos distintos”, dice.

Centeno señala en sus redes “voy con mis cuentos y este sueño que ya no admite espera. Nos vemos en el camino o en la devuelta, contando y escuchando ‘cuentos del camino’”. Este nombre lo ha usado para sus presentaciones y en Guayaquil o será la excepción. Este show estará lleno de anécdotas personales, cuentos de su autoría, realismo mágico y otras palabrerías que lo han acompañado durante sus años de vida artística y que va llevando en la maleta de su motocicleta, con la que pretende llegar a Ushuaia algún día.

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Centeno se ha propuesto contar cuentos en cada una de las estaciones. ¿Esta travesía es como un proyecto de vida? Él la describe de otra forma. “Yo digo que es una inflexión de la vida, pero sí es un proyecto que va a hacer una inflexión en mi vida. Ya tengo 58 años, eso quiere decir que ya estoy volviéndome viejo y lo que quiero es que esta vejez no sea simple, que no sea tonta o simplemente quedarme a la espera de la parca para que me lleve. Quiero vivir mi vida intensamente. Esa es la primera experiencia intensa que me he propuesto hacer antes de entrar a mi jubilación (risas). No sería como un año sabático, pero sí cuatro meses sabáticos que me los estoy regalando para contar cuentos por lugares desconocidos. Algunos ya los conozco, pero no es lo mismo porque siempre me llevaban y me devolvían en avión. Pero esta experiencia de caminar los caminos, de llegar a mi destino y contar historias, creo que es inédito, supongo porque no conozco que otro cuentero que la haya realizado de esta manera. Sé que lo han hecho titiriteros, músicos, actores, pero alguien contando cuentos, no creo. Pienso que seré el primer cuenta cuentos que hará este recorrido loco, pero que tiene mucho sentido porque es el alimento del espíritu del narrador que se alimenta contando sus historias y, al mismo tiempo, escuchando las de otros”.

La travesía de Pacho Centeno empezó en su natal Colombia, continuará por Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Brasil y finalmente, Argentina.

“En Guayaquil dejó sus cuentos y emociones en el entrañable Un Cerro de Cuentos (2005 y 2013). Ahora vuelve de pasadita y no es buena idea perdérselo”, dice Ángela Arboleda, amiga de Centeno.

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En los sitios que ya visitó y visitará Pacho, la regla es contar cuentos. “En cada estación (parada), ya sea que la organicen los amigos si los hay en esa estación, si no me voy a un parque y empiezo a contar historias a la gente o a lo mejor me meto a un bar a contar uno que otro cuento. Es un reto, ni siquiera exijo nada por eso, solamente el placer de contar relatos; me financio vendiendo mis libros, pero si las personas quieren colaborar estaré agradecido. Está calculado que el viaje debe tener una presentación de cuentos cada día”.

¿Tiene una ruta marcada o se podrá desviar del camino de vez en cuando? Pacho no lo descarta. “Sí, sí pueden haberlos. Hay una ruta trazada, pero el camino es el que manda, este me pude decir ‘es por aquí’, ‘aléjate un poco’, ‘acércate más’ o hasta me puede decir ‘¡ya, este es el camino, detente ya! Bajar por el Pacífico, luego subir por el Atlántico visitando Cusco, Iguazú, Bolivia, entre otros, hasta llegar a casa. Ese es el trayecto o itinerario en mente. Hasta podría ser que me quede, uno nunca sabe (risas). Que sea el camino el que me diga qué es lo que debo hacer. Por hasta ahora he cumplido la ruta trazada”.

El humor marca la obra de ‘Pacho’ Centeno

En 2013 fue la última vez que Pacho estuvo en Un Cerro de Cuentos. Vino a pesar de una tragedia. “Mi hija va conmigo, es mi acompañante en esta travesía y en todos los días de mi vida. Ella está presente, así lo siento. En aquella ocasión fue algo especial porque Ángela Arboleda me había invitado al festival, pero justo, unas dos semanas antes de venir, mi hija falleció de una enfermedad que ya venía padeciendo desde hace varios años. En realidad yo no sabía qué hacer y Ángela (Arboleda) me dijo, si quieres venirte para acá, hazlo. Yo sentí que esa era la mejor manera de asumir el duelo, la tristeza. De tomar distancia de ese momento doloroso, de alejarme de las personas que me estaban abrazando por el duelo, pero quería estar solo, conmigo mismo. A pesar de esa tragedia, vine y pude contar, y me sentí bien. Creo que los abrazos que recibí en Guayaquil fueron bastante importantes para sanar esa herida tan grande”.

Durante su estadía en Ecuador, Pacho estará en Quito, Manta Portoviejo y finalmente, Guayaquil, de allí parte con destino a Lima (Perú), donde, seguro, lo esperan sus amigos.

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Ficha

  • Evento: ‘Los cuentos del camino’.
  • Fecha: viernes 21 de octubre.
  • Hora: 20:00.
  • Lugar: Casal Catalán Guayaquil en Mirtos 706 y Ficus (Urdesa central).
  • Entradas: $ 15 por persona, $ 25 en pareja, $ 10 grupos a partir de tres ($ 10 c/u) y $ 10 tercera edad, discapacidades y estudiantes con carné.