El payaso Plim Plim es un héroe argentino, un Héroe del corazón, tal como el nombre de su serie animada que se estrenó en 2011 en Disney Jr. para Latinoamérica. El dulce personaje creado para espectadores en edad preescolar trae su show en vivo a Quito y Guayaquil este 3 y 4 de junio, respectivamente.

Mariano Pitarch, responsable de los shows en vivo de Plim Plim, explica a las familias que Una aventura musical es un espectáculo de teatro que se estrenó en 2022 en la sede de la compañía en Buenos Aires y que los protagonistas son los seis personajes de la serie animada, ahora como muñecos de gran tamaño o corpóreos. Allí, a más de Plim Plim, estarán Meili, Hoggie, Bam, Nesho y Acuarela. Pero no estarán solos. Para dar la bienvenida a los niños en el teatro y ayudarlos a sentirse cómodos estarán dos presentadores, Fiona y Adrián, quienes también dirigirán los juegos con el público.

Plim Plim, Mei Li, Acuarela, Bam, Hoggie y Nesho, personajes de la serie animada y show musical 'Plim Plim'.

Este es un recorrido por la historia de Plim Plim, el payasito y mago. Veremos cómo va conociendo a sus amigos y enfrentando algunas situaciones que se van a resolver a partir de los hábitos saludables y de valores positivos, que son parte nuclear de la propuesta de los creadores y productores del programa animado y de los espectáculos teatrales.

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“En este recorrido, los niños van a enfrentarse con la necesidad de pedir ‘por favor’ y decir ‘muchas gracias’, de alimentarse, saludar y de resolver conflictos simplemente con la voluntad de compartir, de trabajar en equipo”, dice Pitarch. “Todo concluye con un gran recital y un compilado bailable de las canciones más celebradas en YouTube”, plataforma en la que han alcanzado los 17 millones de suscriptores en el canal en español (también lo hay en portugués, inglés y ruso). “Vamos a ver en este final canciones que tienen más de 100 millones de reproducciones cada una”.

Plim Plim es educación en forma de entretenimiento, en un lenguaje que los niños en edad preescolar puedan entender. Y esto es intencional. La serie de televisión se estrenó hace doce años, a cargo de Guillermo Pino, presidente de la productora Smilehood y Qué Lindo Entertainment. “Se trabajó de manera muy interrelacionada con un equipo interdisciplinario de diseñadores, compositores y animadores para lograr que los productos sean atractivos, pero también con un equipo grande de psicopedagogos y docentes de nivel inicial”. Esta influencia se ve representada en el personaje (que no está en el show en vivo) de Arafa la Jirafa, la maestra del jardín donde comparten Plim Plim y sus amigos.

Por eso, cree Pitarch, el show ha alcanzado un alto nivel de comunicación con ese público tan joven, por la voluntad de compartir en todos sus productos valores, positivos y hábitos saludables. “Quizás hubiésemos alcanzado algún tipo de éxito coyuntural o momentáneo grabando otras canciones con más movimiento, más pegadizas, pero elegimos el camino de trasladar estas cosas y estamos muy orgullosos de adonde hemos llegado”.

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No solo han alcanzado una meta artística y educativa, sino que esta producción, nacida en Argentina, fue bienvenida y distribuida por Disney en los países latinoamericanos. “La semana pasada estuvimos funciones en Acapulco, la semana anterior en Santiago de Chile, dentro de quince días vamos a Bolivia y en tres semanas volvemos a Buenos Aires; nos sentimos muy honrados de haber creado un producto aceptado en Latinoamérica”.

Las canciones, continúa el productor, son el medio por el cual han conseguido llevar el mensaje a los niños. Fueron uno de los primeros aspectos en crearse para la serie, y al dar el salto a las redes sociales, han cobrado vida propia títulos como Por favor y gracias, Compartir, compartir, El baile de la ensalada o Los monstruos no existen. El área musical está a cargo del compositor y productor Mauricio Zubiri.

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Y porque Plim Plim: una aventura musical tiene en mente a niños en sus primeros cinco años de vida, su formato no sigue la tradición de una apertura espectacular, con música de entrada y el personaje principal saltando a escena antes que nadie. “Sabemos y estudiamos y nos han enseñado que para un niño de 2 o 3 años, llegar a un recinto y que se apaguen las luces y que de un momento a otro comience todo el despliegue... es demasiado estímulo”.

Los padres que asistan con sus niños se encontrarán con que los dos anfitriones se pasean por los asientos, interactúan con los niños, los guían hasta que todos estén en sus lugares, y entonces suben al escenario y empieza la música. A continuación sale el cuerpo de danza y después Plim Plim.

Cada niño recibe al ingreso una tarjeta con una contraseña que tiene una función que se revela en las primeras escenas. ¿Por qué darles un objeto? “Nosotros creemos en el teatro como elemento material; podemos ver ahora grandes despliegues de pantalla e iluminación, pero no deja de ser una pantalla. Buscamos que se pueda compartir tiempo de juego real o de trabajo con la imaginación, aun si esto se lleva los minutos”, afirma Pitarch. “Creemos que vale la pena hacer esa invitación”.

En cada show, el productor permanece detrás de la platea, y así ha descubierto que uno de los momentos más celebrados por las madres es El baile de la ensalada. “Las veo cuando asienten, porque ahí se resuelve un pequeño conflicto de los personajes que tienen hambre y buscan comida rápida, y mediante el trabajo escénico se les demuestra que comer ensalada es rico y divertido”.

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Este espectáculo muestra nuevas versiones de las canciones clásicas de la serie. Se reorquestaron con más instrumentos de percusión y de viento, y hay instrumentos acústicos en la banda sonora “para que siga sonando a show en vivo”, y para que acompañen las 21 coreografías que se verán a lo largo de los 70 minutos en escena.

Las voces de los personajes son también las mismas de la serie. “Eso es para nosotros irrenunciable, porque tiene identificación con los niños. Son cuatro las artistas que hacen los cinco personajes, que graban los episodios y las canciones que salen en las redes”.

Una aventura musical tendrá una función en Quito este sábado 3 de junio, a las 15:00, y tres funciones el domingo 4 de junio en el Teatro Centro de Arte de Guayaquil, a las 13:00, 15:00 y 17:00. Las entradas cuestan de $ 16,50 a $ 66,50 en la capital y de $ 26,50 a $ 66,50 en esta ciudad. Todos los niños mayores de un año entran con boleto pagado. (E)