Algo que quedó claro antes de iniciar La casa del dragón (HBO Max), la muy anticipada precuela de Juego de tronos, es que el conflicto de la historia se centra en la debacle de la casa Targaryen, la cual empieza cuando dos hermanos de esta familia y herederos al trono de hierro, Rhaenyra y Aegon, deciden enfrentarse a muerte por la corona, tras el deceso del rey Viserys (Paddy Considine).

Pero realmente es una guerra entre dos bandos, dos familias: los Targaryen vs. los Hightower.

Por un lado, están los dos Targeryen mas poderosos de esta casta a favor de Rhaenyra Targaryen (interpretada desde el capítulo anterior por Emma D’Arcy). Es la hija mayor de Viserys, producto de su primera y amada esposa, Aemma. Rhaenyra fue apuntada la heredera legítima del trono por su padre, el rey Viserys, y es apoyada por su tío Daemon (Matt Smith), cuyo apetito por la corona no se ha apaciguado con el paso de los años. Se hizo evidente desde el estreno de la serie y en el presente, en el capítulo reciente titulado Driftmark, casi 13 años después.

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De manera indirecta, el futuro reinado de Rhaenyra también había sido apoyado por los Velaryon, la segunda familia más importante de descendencia valyria. Su complicidad viene por la resistencia de Corlys Velaryon (Steve Toussaint), la cabeza de ese linaje, en cuestionar la procedencia de los tres hijos de la princesa (Jacaerys, Lucerys y Joffrey), quienes a todas luces no son fruto de su matrimonio con Laenor Velaryon (John MacMillan). Mucho menos son sus nietos, aunque le gustaría que Luke se convierta en señor de Driftmark, donde se asienta la casa Velaryon, cuando Jace suba al trono después de Rhaenyra. “La historia no recuerda la sangre, recuerda los nombres”, le espeta Corlys a su esposa Rhaenys, ‘la reina que no fue’ cuando discuten sus planes.

La legitimidad de la prole, atribuida al difunto Ser Harwin Strong (Ryan Corr), es el talón de Aquiles de la princesa, en especial porque es un secreto a voces en todo el reinado.

No obstante, la sucesión de Rhaenyra es ratificada por Viserys cuando exige detener los cuestionamientos, incluso a la familia que procreó con su segunda esposa por conveniencia, Alicent (Aegon, Helaena y Aemond), tomando en cuenta que cuestionar el honor de la princesa es una alta traición a la corona, una que nadie se atreve a ejecutar, por más que lo desee.

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Por otro lado están los Hightower. Primero Otto, quien siempre mostró aspiraciones de control y poder en el reino, como Mano del rey. Y luego está Alicent, convertida en reina por las intrigas de Otto.

La rectitud de la reina Alicent (Olivia Cooke), y su sometimiento a las reglas de los Siete Reinos, no le ha traído la ventaja que ella esperaba. La tradición política sitúa a su hijo Aegon como heredero natural a la corona de Westeros. La pelea de Alicent es que Rhaenyra no sea reina, solo por ser mujer. Pero hasta ahora el rey prefiere hacer prevalecer su palabra antes que la costumbre.

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Otra desventaja para Alicent es que no pierde oportunidad de desafiar a la princesa. Es claro para Viserys que Alicent es la principal fuente de los rumores en contra de la heredera al trono de hierro, tal como se evidenció en el episodio de esta noche: “Ahora pueden ver cómo realmente eres”, le señala Rhaenyra en frente de la corte y la guardia real.

Además, su deseo de reclamar “ojo por ojo”, cuando Luke le asesta un cuchillazo a Aemond, solo sacó a relucir su resentimiento reprimido hacia al hecho de que, teniendo todo en contra, aparentemente Rhaenyra aún pueda salirse con la suya. Todavía.

En esta guerra de rencores, la reina cuenta con Ser Criston Cole (Fabien Frankel), ex amante de Rhaenyra, como su leal aliado. Es por eso que hacia el final del capítulo de hoy, la princesa desea por su parte poner a prueba la lealtad de uno de sus partidarios, su viudo tío. Lamentablemente es necesaria una nueva muerte para los Velaryon para que este par selle su esperada alianza, en una boda endogámica, por lo visto, muy deseada por ambos.

Es así que los bandos han sido elegidos y los dragones se han alineado. Solo falta que el rey muera para que finalmente entre en acción la lucha por el trono.

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