El distanciamiento entre Sebastián y Shirley continúa en El poder del amor. La relación que estaban empezando a construir se ha visto devorada por los temperamentos de cada uno.

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Sin embargo, cada uno se dio la oportunidad de escuchar un consejo de algunos de sus compañeros. Shirley habló con Alejandro y Mariela, mientras que Sebastián habló con Jéssica.

La mexicana conocida como la Diabla se acercó a Sebastián para ofrecerle su amistad y preguntarle sobre su estado de ánimo. Sin pelos en la legua, admitió que no le agradaba la actitud de Shirley y la manera como lo trataba.

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Mencionó que la peruana estaría aplicando una manipulación emocional contra él. “Todos nos damos cuenta de que mucho llora, se deprime, pero cuando él estaba allí, atrás de ella, lo trataba mal”, dijo Jéssica delante de todos sus compañeros.

Dijo además que un género no le da la potestad de faltarle el respeto a alguien. “No por ser mujer puedes ir a abofetear a un hombre”, subrayó.

Aclaró que su interés con Sebastián es netamente como amigos, aunque esto no le parece del todo cierto a Shirley, quien define su acercamiento como coquetería. “Mi interés por Sebastián ahorita es de amistad... no sé qué pueda fluir de esta amistad”, apuntó la Diabla.

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Por su lado, Sebastián expresó cómo se sentía ante la presente situación. “Yo siento un cariño muy especial por Shirley, y no me gusta verla incómoda, eso me afecta”, confesó el colombiano en frente de todos sus compañeros y la conductora Vanessa Claudio.

Del mismo modo, reconoció ante todos lo bien que se siente conversando con la participante mexicana. “Jéssica tiene unas palabras muy acertadas, es una buena amiga. De alguna manera busqué regocijo en ella”, dijo.

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En tanto, Shirley se defendió de las acusaciones referente a su actitud. “Nadie de los que están acá sentados puede saber lo que yo siento, pueden ver ciertas actitudes mías que ni yo misma me doy cuenta, pero nadie está dentro de mí para saber lo que siento por Sebastián”, afirmó la peruana.

El triángulo de Mare continúa o empieza

Mare se sinceró sobre su situación con el boliviano Andrés. “Tengo la cabeza abombada”, expresó la ecuatoriana, quien admitió seguir sintiendo un cariño y una complicidad por Andrés.

Pero las barreras que no le permiten tomar una resolución siguen presentes. “Hay cosas que me frenan... hay cosas que él sigue negando”, dijo.

Al respecto, Andrés dijo conocer sobre lo que podía pasar entre los dos. “Estaba consciente de que si venía no iba a encontrar a una Mare con los brazos abiertos... aún así, sigo con mi objetivo, con mi misión”, enfatizó.

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Se refirió también a su acercamiento con el otro participante boliviano, Frederick, a quien lo define como un chico guapo. “El tema de su edad me choca, porque yo estoy en un punto de mi vida en el que quiero estabilidad, en el que no busco una relación pasajera, en el que busco tomar decisiones fuertes, ver por mi futuro”, expresó la ecuatoriana.

El participante de 22 años reconoce que su edad podría ser un elemento decisivo, pero le dejó un claro mensaje a la ecuatoriana. “A pesar de mi edad, no planeo estar perjudicando su futuro, en las siguientes semanas tú ya verás qué tan en serio va lo que estoy comenzando a sentir”, declaró Frederick, quien al final recibió una sorpresa, una videollamada de su madre.

Lo mismo pasó con Elizabeth, a quien sus padres e hija la sorprendieron con una videollamada, que fue compartida hasta con Don Day. (I)