A mi Lindo Ecuador, Palo Bonito y El negro José fueron parte del popurrí de canciones entonadas por Miguel, un joven que tiene el trastorno del espectro autista (TEA) e integra la banda musical de la Fundación Sin Barreras.

Él fue una de las dos voces del grupo que contagió de ritmo durante el festival ‘El arte me incluye”, que se celebró este martes en el auditorio del MAAC. Este encuentro organizado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) tuvo la participación de más de 100 jóvenes y adultos con y sin discapacidades, entre esos quienes padecen autismo. Este evento y otros fueron parte del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.

Miguel, contagiado por la música, se mantenía entonando las canciones sin mantener contacto visual con el público, pero movía su cuerpo cuando detenía el canto y se guiaba con sonidos de las guitarras y tambores de la banda.

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Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños lo padecen en el mundo, mientras que a nivel del país se contaban 1.851 casos hasta el año pasado, según el Ministerio de Salud.

Para Bolívar Mendoza, presidente y terapista de la fundación, observar al joven en la tarima cantando significaban grandes avances, pues antes registraba falta de afecto, se aislaba y tenía escasa expresividad, tanto así que sus dolencias como una peritonitis no las contaba.

“El arte para ellos es un medicamento eficaz, para controlar la conducta en personas con autismo”, sostuvo.

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Este trastorno abarca afecciones tales como el autismo, el síndrome de Heller y el síndrome de Asperger que se caracterizan por dificultades en la comunicación y la interacción social, en algunos casos registran reacciones reactivas.

Miguel sigue terapias de ansiedad y cariño, además musicoterapia, capoeira, danza y más. Ahora, él mismo se viste y ordena sus cosas. Los terapistas recomiendan la empatía y paciencia.

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En otros eventos se hicieron presentaciones de alternativas terapéuticas en el museo municipal, y varios sitios se iluminaron de azul como la playa Guayarte, donde además hubo una muestra fotográfica llamada ‘Mirando a través de ellos’.

También en el hospital Francisco de Icaza Bustamante se dio una casa abierta, un foro y los galenos portaron globos, vestimentas y manos de tono azul.

Shirley Nieto en compañía de su primogénito Ariel, quien tiene autismo, presentaron su testimonio. Él tocó el xilófono, uno de los cuatro instrumentos que aprendió en el conservatorio Antonio Neumane.

“Siempre busco más ayuda para que mi niño llegue a tener una vida casi normal...”, mencionó la madre, que considera primordial y una bendición tener a su hijo, que recibe terapia en ese hospital y en la Prefectura. 

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Detección

El Ministerio de Salud informó que algunas de las señales para detección temprana de los tipos de autismo son la falta de balbuceo y gesticulación a los 12 meses, problemas para decir palabras sencillas a los 18 meses, no hacer frases espontáneas de dos palabras a los 24 meses y pérdida de la habilidad de lenguaje a cualquier edad. En caso de dudas pide llamar al 171 opción 2 para recibir información basada en “evidencia científica”. (I)

 

 

 

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de cada 160 niños

padecen del trastorno del espectro autista en el mundo, estima la Organización de la Salud.