Cajas de verdes y de maduros ingresaban a las 10:30 de ayer en el local Boloncity, ganador de la Estrella de Oro de la Feria Raíces 2019. Es que el éxito en la venta del platillo bolón guayaco fue tal que ayer estuvieron por minutos desabastecidos. Fue un lunes atípico. Tuvieron que redoblar el personal y comprar mucha más materia prima. No era para menos, decenas de comensales llegaban con sus familias a probar el platillo que destacó junto a Los Hornados de Sangolquí y el caldo de salchicha de Ciro’s.

El platillo bolón guayaco tiene masa suave, lleva queso, chicharrón, jamón, tocino, bañado con salsa de queso con cebolla y un toque de sal prieta.

Con esta preparación Lizzet Toledo, propietaria de Boloncity, se ganó fanáticos desde hace tres años. Confiesa que el negocio fue creado luego de pasar por una fuerte crisis económica. Empezó con 36 bolones en un quiosco de 2x2 metros en La Aurora, en Daule.

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“Desde el primer día se agotó. Creo que el éxito fue para nosotros desde esa vez”, recuerda y explica que su creación fue apoyada por su hermano Moisés Toledo y su padre, Armando Toledo.

Lizzet se muestra feliz al recordar sus inicios y confiesa que se le achica el corazón, pues el pilar de su vida y su compañero para consolidar este negocio falleció hace dos meses, días antes de la confirmación para estar en Raíces.

“Mi padre tenía cáncer de próstata. Y este nuevo proyecto lo mantenía ocupado. Él estuvo presente cuando se vino a hacer la degustación para saber si nos aceptaban o no en la feria”, dice la emprendedora de 34 años con mucha nostalgia,

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Confiesa que su participación en Raíces fue programada, pues había asistido a la feria como consumidora y se propuso estar como una hueca concursante, esa fue su meta.

En su quiosco en La Aurora estuvo un año, luego rentó un local cerca de La Joya. Y en enero pasado puso una sucursal en la av. Guillermo Pareja, en la Garzota, frente a CNT.

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Así llegó a Raíces, en donde reconoce que la Estrella Culinaria fue un concurso muy exigente y peleado.

Ella sabía que iban a destacar ya que cumplieron, a más de excelencia en sabor, con la limpieza del local, la atención y el abastecimiento, “no prestamos ni un limón”.

“La feria abría a las 10:00, pero vendíamos desde las 07:00 a quienes llegaban a trabajar a esa hora. La feria cerraba, otros negocios se iban, y seguíamos ahí viendo qué hace falta, autocalificándonos. Jamás dejamos a alguien sin comer, vendimos más de mil bolones diarios”, destaca la marketera, quien tiene dos hijos.

Añadió que tiene como proyecto recibir con excelente atención a los nuevos clientes. Allí ofrece su menú desde $ 2,50 con bolones, tigrillo, tortilla de verde, humitas, crepes y el calentadito, que es moro, huevo frito, tocino queso mozzarella con pollo o lomo.

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A futuro esta guayaquileña busca tener su local propio con el diseño que le dejó su padre antes de morir.

Ganamos por cumplir con procesos. Fue no habernos quedado sin productos. Cumplimos las reglas desde la limpieza hasta la atención. Nos evaluaron cada detalle. No fue solo sabor", Lizzet Toledo, propietaria de Boloncity.

(I)