La imagen del cuerpo caído de Julio César Valle Guevara, de 70 años, fue una de las más nefastas en torno a la pandemia del COVID-19, en Guayaquil. Él falleció el pasado 30 de marzo en la esquina de una farmacia en las calles Pedro Carbo y Roca, en el centro de la urbe.

A pesar de que su muerte fue registrada por medios nacionales e internacionales, su familia lamenta que casi a tres meses del hecho aún no sepan dónde se llevó el cuerpo.

Como el caso de Julio César existen un aproximado de 100 cuerpos que aún no logran ser identificados luego de un mal manejo de cadáveres en hospitales como Guasmo Sur, Teodoro Maldonado Carbo y Los Ceibos.

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Freddy Herrera, coordinador técnico de Medicina Legal del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, indicó que tres médicos legistas y tres técnicos directores se sumarán en los próximos días al equipo en Guayaquil para coordinar las muestras del ADN para reconocer los cuerpos que faltan.

Detalló que al momento van 60 cuerpos identificados por el método antropológico, de esta cifra, 15 ya están en un reporte que fue entregado en la Fiscalía que lleva el caso. Y otros 42 cuerpos pudieron ser identificados por huella dactilar.

María Fernanda Pezo, sobrina de Julio César, recordó que la muerte de su tío, a causa de un paro cardiaco, se dio en los días más trágicos de la pandemia, por lo que ningún familiar pudo acudir de inmediato al sitio. Ella explicó que por registros de videos saben que una ambulancia hizo el levantamiento. Y luego el ECU911 llamó a la familia para informar que el cuerpo fue ingresado a los contenedores del hospital de Guasmo.

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“Gastamos en un féretro que lo tengo en mi casa, gastamos en la bóveda, $1500. Cuando fuimos a retirarlo tuvimos que pagar $150 para que nos ayuden y nos dejen ingresar a buscar el cuerpo con equipos de bioseguridad que compramos a $50. Pero nada”, lamentó la mujer, quien indicó que acudieron al Hospital Monte Sinaí, a los del IESS y cementerios, pero el recorrido fue en vano.

Héctor Vanegas, defensor de las familias afectadas, explicó que en la actualidad ha recibido unas 115 solicitudes de familias que esperan la confirmación de identidad de sus fallecidos. “Tuvimos dos personas más que se integraron recién a la lista”, explicó.

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Añadió que este proceso irá lento hasta que pueda haber más reconocidos. “Este es un proceso complejo, el departamento de Criminalística está haciendo un trabajo valioso”, explicó el defensor.

Añadió que creen que habrá familias que se queden sin saber sobre sus fallecidos

“Tenemos cuatro cadáveres que sí han desaparecido, los que incineraron de las personas que luego aparecieron vivas, eso sí no va a aparecer nunca. Dónde están los cadáveres que enterraron de dos personas que aparecieron vivas. Ahí también hubo una confusión”, lamentó.

Herrera explicó que en esta semana se dan reuniones para la organización del proceso por identificación por el ADN.

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Paralelamente se desarrollan las últimas entrevistas para tener más identificados por el método antropológico y esperan sumar una cifra adicional a los 60, contó Herrera.

Él añadió que consideran que serán unos 30 cadáveres que no lograrán ser identificados por varios motivos como los que vivían en calles, no tienen familia directa, etc.

Pezo expresó que solo esperan que con estos nuevos procesos puedan saber con certeza sobre el cuerpo de su tío. “Yo quisiera que me digan, sí encontramos su camisa, sus características. Mi abuelita de 92 años llora sin saber nada de su hijo. Ella quiere visitarlo, golpearle la tumba. Nos quitaron esa necesidad de despedirnos de él, nos sentimos mal”, dijo.

Ayer se dio la audiencia de acción de protección en la Defensoría del Pueblo como parte de un requisito para la demanda internacional en contra del Estado por negligencia.

6

especialistas llegarán a Guayaquil para el proceso de toma de muestra de ADN del cuerpo y familiares.

60

cuerpos fueron identificados por medio de técnicas antropológicas en las últimas semanas en la urbe.

42

cadáveres fueron reconocidos por el método de huella dactilar en semanas anteriores. (I)