Los senderos y la aldea ecológica de la isla Santay están en el olvido. El Ministerio de Ambiente dispuso la apertura de las áreas de reservas del país para las visitas al público de lunes a domingo, pero ir al sector de visitas de la isla Santay es un periplo por los daños en las camineras. Solo el puente peatonal que une a la isla con Guayaquil —a la altura de la calle El Oro, centro sur de la ciudad— está en buenas condiciones.

Bajo un sol extenuante, pocas personas ingresan esta semana a la Santay en bicicleta o en algunas ocasiones caminando por el largo sendero que los dirige a la comuna de esta isla, llamada “aldea ecológica”. Usuarios que paseaban con su familia y ciclistas, este martes martes 1 de junio, tenían dificultades para movilizarse a causa de los grandes huecos que se forman en los senderos por los daños en las tablas plásticas, así como en los cerramientos sin protección que se visualizan y que pueden ocasionar accidentes.

Además, animales en abandono y en malas condiciones se perciben mientras uno camina por esta ruta averiada.

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Camineras en mal estado se observan en el sendero largo de la Isla Santay.

Los habitantes de la aldea tuvieron que luchar para poder sobrevivir durante el confinamiento, ya que algunos vivían del turismo y otros de la pesca. En algunos casos no tenían nada para comer, y ahora recuerdan esa etapa como una de las más duras; aunque ahora tienen expectativas de recuperación, pero ven un hecho incierto, por los daños en las camineras.

Este es el caso de Leticia Villanueva, habitante de la aldea. Relata que fue muy duro sobrevivir al estar confinados, ya que ella vivía del turismo y en aquella época su esposo tenía que madrugar a las 04:00 para pescar. A veces pescaba de cuatro a cinco corvinas e iba al mercado de la Caraguay a venderlas, o de vez en cuando no capturaba ningún pez e iba a su hogar sin dinero en el bolsillo y no tenían para comer. Actualmente, Leticia vende empanadas en su local, pero pocas personas le compran.

Asimismo Verónica Banchón, quien antes de la pandemia laboraba cuidando bicicletas que se alquilan a los usuarios para que paseen en el sendero, pero ya no hace esa labor debido a la falta de turistas; esto ha generado escasez de ingresos, y al estar confinada aún más. Su hermano la apoya económicamente para que tenga comida para sus hijos.

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“¡Que nos vengan a visitar!”, exclamó Marcia Achiote, para así retornar a trabajar. La falta de turistas en estos primeros días en que se abrió el sendero por disposición del Ministerio de Ambiente se da porque las camineras se han deteriorado y los visitantes ven que están en mal estado, ya que no les han dado mantenimiento, agregó.

Los moradores de la comuna se dedican a la pesca en estos días, pero deben tener suerte para lograr capturas. Ellos exigen al Gobierno que reparen las camineras y hagan algo para que sea más atractiva para los visitantes y así sus vecinos tengan trabajo con el turismo.

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El 80% de la comunidad se dedica a la pesca artesanal y el 20% al turismo, según dicen. Ahora, la pesca tiene bajos ingresos y se necesita del turismo para poder resurgir, explicó un exdirigente de la comuna.

“El Ministerio de Ambiente tiene cuatro años sin hacer una gestión para esta isla y para los que vivimos aquí. Tenemos años sin agua y luz. Cuando es de noche la isla está completamente en oscuridad, y realmente nos tienen en el abandono. Solo las oficinas que administran esta isla son las que se benefician”, añadió.

La isla Santay tiene 2.179 hectáreas. Allí radican 56 familias ubicadas en 46 casas, 36 de las cuales se encuentran en la ecoaldea. Los comuneros cuidan de la flora y fauna, sin embargo, ellos tienen que mantener el espacio donde viven y arreglar sus puentes de madera para que no haya ningún accidente, ya que estos mantenimientos debe hacerlos el mismo Gobierno.

Este Diario solicitó al departamento de Comunicación del Ministerio de Ambiente conocer cuáles son los proyectos para rehabilitar las camineras y apoyar a los comuneros para que se reactive el turismo. Hasta la tarde de ayer no hubo respuesta.

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En el Gobierno de Rafael Correa, el Ministerio de Turismo y el Servicio de Contratación de Obras invirtieron cerca de $ 26 millones en la consolidación de este gran espacio, como un lugar verde y recreativo; y se hizo la inauguración del segundo puente que une el cantón Durán con la isla y mediante el otro puente con la ciudad de Guayaquil, de acuerdo a la página web del Ministerio de Ambiente. En el Gobierno de Lenín Moreno quedaron proyectos pendientes para la isla. (I)