El 23 de julio de 1973 se puso la primera piedra de la Alborada, ciudadela que se convertiría en una de las referentes del norte de la ciudad, sector que actualmente se compone de 14 etapas y tiene una población aproximada de 300.000 habitantes.

Las primeras casas de este proyecto habitacional se empezaron a entregar en 1974, mientras que las últimas se adjudicaron en la década de 1990. Hoy, este sector no es exclusivo para viviendas, ya que cuenta con una serie de servicios: bancos, clínicas, centros comerciales, supermercados, restaurantes, colegios, etc.

Infraestructura

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Pero el paso del tiempo comienza a pasar factura a la que es la primera etapa, y su infraestructura -al menos en lo que se refiere a alcantarillado- necesita una renovación. Así lo cree Óscar Valdivieso, presidente del consejo barrial de esta etapa, quien ya lleva 26 años viviendo en el lugar.

“El problema más crítico (de la primera etapa) es el problema sanitario, porque ya las tuberías son viejas y colapsan; usualmente viene el camión (hidrocleaner) seguido, porque... tenemos ese inconveniente”, comenta Valdivieso.

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El directivo dice que durante la época de lluvias se pueden llegar a registrar inundaciones, sin embargo, destaca que el agua desciende rápido.

Valdivieso detalla que han hablado con las autoridades sobre el asunto, pero reconoce que es un tema complejo, por el que deben esperar. “Lo hemos tratado como Ecapag (Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil), pero lo que ellos dicen es que ‘deberían hacer una reestructuración total (del sistema)’, pero entonces tendríamos que esperar aquello”, indica.

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El presidente barrial detalla que otros problemas que tienen son el mal estado de las vías peatonales o la mala disposición de los cables de las empresas que ofrecen servicios de TV e internet. Pero, además, en su parque confluyen dos puntos que contribuyen a la inseguridad: la presencia de consumidores de droga y los daños en algunas luminarias.

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Inseguridad

Valdivieso reconoce que pese a que es un barrio tranquilo, sí se han registrado robos. Considera que los delincuentes tienen la ventaja de la ubicación de la ciudadela, lo que les permite huir por la avenida Francisco de Orellana o hacia la III etapa de la Alborada.

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En ocasiones los consumidores de droga aparecen en esta área verde a mediodía o media tarde y luego se retiran, sin embargo, algunas de estas personas delinquen y roban artículos de patios o accesorios vehiculares.

“La Policía viene, digamos, cuando se le comunica. Comprendemos que (los policías) no pueden estar al momento que suceda algo, pero sí participan de las rondas -en diferentes horas, diferentes días-, por lo menos dan esa sensación de que en cualquier momento pueden venir”, comenta el dirigente.

Para combatir la inseguridad, los moradores han instalado cámaras de vigilancia; además, para repeler a los consumidores de droga en el parque, el equipo del consejo hace rondas o se enciende una sirena cuando se detecta a estas personas, y además se avisa a la Policía.

“En el alumbrado sí tenemos algunos inconvenientes, porque dentro del parque (el alumbrado) es un sistema mixto del Municipio con CNEL. Hay muchas (lámparas) cobra que no funcionan, hay postes que están inclinados que deben ser corregidos”, comenta.

‘Estamos atemorizados. Si uno denuncia, se enteran los pillos y mandan a amenazar’. En la Alborada hay inquietud por cobro de ‘vacunas’ y microtráfico

En sector de la Alborada hay malestar de vecinos por constante ruido que generan negocios nocturnos

(De izq. a der.) Los ‘tallarines’ y postes inclinados, el irrespeto a los horarios de recolección de basura, así como el estado del sistema de alcantarillado, son algunos de los problemas que tiene la etapa I de la Alborada.

Saneamiento y salud

El Municipio ha prestado ayuda para el mantenimiento de áreas verdes, tanto en el tema de limpieza de maleza como de podas, así como retirar algunos árboles que estaban en peligro. Mientras que el equipo del consejo barrial se dedica a hacer mantenimiento dos o tres veces por semana.

Dentro del parque existe un contenedor de plásticos donado por una empresa. En este se depositan botellas de plástico, y con los recursos que obtienen de estos pueden comprar utensilios de limpieza para el parque, como son escobas, palas, mangueras para regar las plantas, etc.

El tema de la basura también genera inconvenientes, pero no por parte de la recolección, sino más bien por la mala disposición de algunos moradores.

Urvaseo pasa en las noches de los días lunes, miércoles y viernes, pero algunas personas sacan la basura sin respetar estos horarios, lo que genera malestar. El problema se complica debido a que gatos o perros rasgan las fundas y riegan el contenido, además de que la presencia de basura atrae roedores.

Por el lado de salud pública, en esta etapa de la ciudadela no existen centros de salud estatales o municipales, por lo que los casos médicos son derivados a los dispensarios del Ministerio de Salud Pública (MSP) de Samanes o Sauces III. En cambio existen centros médicos privados.

“En tiempos de pandemia andaba una brigada médica del Municipio, pero ahora que eso (el COVID-19) ya está aplacado, eso ya terminó”, recuerda Valdivieso. (I)