Pocos carros circulaban por Guayaquil la mañana de este 1 de enero. No obstante, locales emblemáticos de venta de encebollado atendían a cientos de comensales que llegaban en busca del tradicional plato para combatir la resaca. Decenas hacían fila con ollas para llevar a sus casas y otros se instalaban en las mesas.

En Portete y Noguchi, en el local llamado La Cazuela del Chino, había al menos unas 50 personas a las 12:00, entre quienes consiguieron una mesa y quienes compraban para llevar. Algunas clientas llegaban directamente de la farra, con vestidos y tacones, pues habían recibido el año nuevo en casa de algún familiar en el norte de la ciudad y retornaban al sur.

Más adelante, en Portete y José Mascote, en la Picantería El Manaba, había mucha más gente esperando.

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Rodrigo Machado, su propietario, contó que hasta el mediodía ya había vendido 18 ollas de encebollado.

En Noguchi y Portete decenas de familias comían este 1 de enero. Fd Ronald Cedeño  Foto: El Universo

Con su personal despachaba el producto acompañado de chifles, pan, arroz y jugo.

Contó que empezaron a atender a las 05:00 y que los trasnochados llegaron.

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Machado quemó su monigote y a la 01:00 ya estaba preparando el encebollado “para curarles el primer chuchaqui del año a sus clientes”.

En su local había 30 personas haciendo fila para comprar encebollado para llevar. Algunos llegaron con grandes ollas. En diez mesas estaban otras familias comiendo. Al menos unos ocho carros estaban estacionados cercas de ahí con más familias que esperaban que las mesas se desocuparan para sentarse.

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Un panorama similar había en la Picantería Israel, ubicada en Los Ríos y 4 de Noviembre, una zona donde hay varios negocios.

De hecho, los trabajadores del sector llegaron a quemar el viejo para preparar todo. A las 05:30 abrieron las puertas y sacaron las sillas. Quienes circulaban por la calle Los Ríos paraban a comer.

A las 11:00 en el local no había ni una silla disponible. Ahí habían preparado todos los platos. Antonio Cedeño pidió un encebollado, mientras su esposa esperaba un ceviche mixto y su suegro un arroz con pescado frito.

Pero además de comer, muchos guayaquileños aprovecharon el fin de semana para viajar a la playa. En el peaje desde las 11:00 se registró una mayor salida de vehículos particulares. Y también de buses, la mayoría iba a los balnearios de la península de Santa Elena.

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Solo entre las cooperativas Liberpesa, CICA y Libertad Peninsular (CLP) habían salido de la terminal terrestre de Guayaquil unos 50 buses llenos hacia Salinas, Montañita, Olón, Ballenita y otros destinos. Así lo confirmó uno de los vendedores de la boletería, donde había largas filas de viajeros que querían aprovechar el primer fin de semana del año.

En la terminal, de las 96 cooperativas que hay, solo 15 no estaban atendiendo este 1 de enero. Solo hasta el mediodía, 11.000 personas habían pasado por la terminal de la ciudad. (I)