La mezcla del ambiente urbano con espacios naturales de agua, como los malecones y puentes peatonales, además de espacios arquitectónicos que se mantiene conservados en la urbe y la tradición de la elaboración de monigotes para su quema en el recibimiento del año nuevo, son parte de los puntos que admiran los turistas que arriban en estas fechas de festividades a Guayaquil.

En medio de las festividades de Navidad y Año Nuevo, la mañana de este lunes 26, la estadounidense Michelle Lewis con su esposo Brandon Blossman y sus dos hijos estuvieron con la guía Corina Orozco recorriendo a pie la Catedral Metropolitana, escultura de Ana Villamil con su piano y la plaza del Seminario, donde observaron las iguanas que habitan en ese lugar.

Lewis contó que había escuchado del país, ya que su madre hizo una gran amistad con una ecuatoriana que conoció en su etapa de estudios en Houston, Texas, y además otros familiares ya habían venido a Guayaquil, de la cual tenía el concepto que es una ciudad “de negocios”.

Publicidad

Con ello, esta familia optó por escoger a Ecuador para conocer sobre su cultura, gastronomía y espacios turísticos. En este viaje lo iniciaron este 26 con Guayaquil y seguirá hasta el año nuevo, que tienen proyectado pasar en las islas Galápagos.

En sus primeras horas en el país estuvieron en la urbe, visitaron monigotes en la calle 6 de Marzo y además de los gigantes expuestos en varias calles del suroeste. Luego conocieron la Catedral, parque Seminario, Malecón, Las Peñas, el cementerio general y la plaza del Centenario.

Crucero arribó a Guayaquil con más de 500 visitantes en este feriado

“Como primera impresión nos pareció interesante”, dijo la extranjera, sobre los monigotes y esa tradición de despedir el año con la quema de los muñecos.

Publicidad

Familia estadounidense visitó el parque Seminario, con la guianza de Corina Orozco. Foto: El Universo

En este lunes, además un crucero con más de 590 turistas y 400 tripulantes acoderó en el muelle del Puerto Marítimo. Parte de ellos se movilizaron en buses especiales con varios guías que los llevaron a los puntos turísticos de la urbe.

En estos paseos se programaron visitas para que conozcan los sitios turísticos como en el Malecón, Las Peñas, cerro Santa Ana, mercado artesanal, museos y una hacienda de cacao. Allí, se esperaba que conozcan más a fondo sobre la cultura, historia y gastronomía local.

Publicidad

La subida del barrio Las Peñas se notó con la concurrencia de estos turistas, quienes paseaban en algunos casos acompañados por locales. Entre ellos estuvieron Gary Benntton con Jhill y su hija Loren, con el guía Fernando Icaza.

Benntton, quien reside en Sídney, Australia, explicó que se sintieron complacidos con la gente amigable, cuyo espíritu de acogida los hizo sentir cómodos desde el arribo en el Puerto Marítimo.

Ellos se mostraron complicados por la mezcla de naturaleza en espacios rodeados de agua como el estero Salado, el mirador de Bellavista, además de los jardines y sus aves en el puente Zig Zag, además del puerto Santa Ana y la zona del Faro, desde donde admiraron el lado céntrico y norte de la urbe.

Familias acudieron al centro para misas y fotografiarse en rincones navideños

Él, asimismo, resaltó que percibió el cuidado y aprecio por mantener determinadas zonas restauradas, como Las Peñas. “Es una gran sorpresa positiva, Guayaquil. Una ciudad muy atractiva, no esperaba tanto de una ciudad poco conocida, debería animarse más gente a visitarla por tener muchos atractivos interesantes. Es bueno hacerlo con un guía que pueda explicar muchos detalles”, dijo el turista.

Publicidad

Algunos de los pasajeros del crucero dijeron sentirse cómodos a pesar de haber conocido noticias sobre casos de seguridad.

Richard Bill manifestó que en cada punto notó la cordialidad de la gente, aunque prefirió no salir con muchos artículos de valor en su recorrido. “Hasta ahora me ha dado una buena impresión”, mencionó mientras observaba las galerías de la calle Numa Pompilio. (I)