Un joven guayaquileño de 19 años estaba recostado en el mueble de la sala de su casa. Luego de un día con fuertes síntomas respiratorios, un equipo médico acudió para revisarlo y le aplicó un tratamiento de sueroterapia por deshidratación severa debido a síntomas relacionados con COVID-19.

Familiares del joven al verlo con malestar general, dolor de globos oculares, cefalea intensa, dolor de garganta, tos seca, sin expectoración llamaron a especialistas para su valoración, porque no querían exponerlo a centros de salud debido a la alta demanda de atención que se evidencia desde la semana pasada.

Médicos y profesionales de la salud indicaron que este escenario de una alta demanda en atención domiciliaria se repite con enero del 2021, cuando hubo otro repunte de casos luego de la Navidad y fin de año del 2020.

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Según lo que detallan sus pacientes, no desean llevar a sus familiares a los centros de salud u hospitales por el evidente aumento de casos, prefieren una atención más personalizada y directa para conllevar la enfermedad.

Pacientes son atendidos en su domicilio para evitar que acudan a centros de salud y hospitales debido a la gran demanda en esos puntos. Cortesía.

“Todos estos casos son producto de los contagios en el mes de diciembre, primera semana de enero. Ha sido una ola fuerte, casi como cuando se inició la pandemia, con la diferencia de que la población esta vez sí estaba vacunada, que ahora sabe estar alerta a síntomas y busca atención así sea de forma virtual”, comentó el terapeuta respiratorio Gustavo Alvarado, quien atendió al joven.

El doctor Jorge Luis Portes, quien también realiza recorridos diarios a sus pacientes, comentó que han atendido entre siete y ocho pacientes cada día con la variante ómicron y que tienen complicaciones respiratorias altas, como si fuera un trancazo.

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Entre los síntomas que son reincidentes en los casos son dolor de garganta, malestar general, dolor de cabeza, fatiga, fiebre, tos seca. Otros más complejos también han presentado escalofríos, diarrea, dolor de espalda y pecho y en pocos casos neumonía leve.

Hay algunos pacientes con baja saturación, complicaciones pulmonares, dijo el doctor.

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Portes comentó que en algunos pacientes también se genera una infección mixta, tanto bacteriana como por virus, por lo que es necesario una medicación adecuada.

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Él dijo que la mayoría son pacientes recomendados, la mayoría con su prueba PCR positivo para COVID-19 y a los que tienen sospecha se les pide esa prueba para confirmar y se les sugiere una tomografía para ver la afectación a nivel pulmonar en pacientes más graves.

“En la misma casa suele haber dos hasta tres pacientes contagiados, hay días que aumenta la cantidad de pacientes que atendemos. Los sectores que más visitamos son vía a la costa, Urdesa, Ceibos, ciudadelas del norte de Guayaquil”, comentó el doctor.

Wanda, quien se contagió de ómicron, buscó a un médico particular para atender a cuatro familiares que dieron positivo. Optó por la atención particular para evitar ir a una casa de salud pese a que tienen afiliaciones al IESS. Durante el tratamiento, cada uno de los infectados se aisló en habitaciones en una urbanización del norte.

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La médico intensivista Sofía Villamar indicó que solo esta semana ha atendido 20 pacientes con COVID-19 a más de sus pacientes que normalmente tienen controles. Ella explicó que junto con su equipo de especialistas realizan diversos servicios a domicilio, como la detección del virus, exámenes de laboratorio, rayos X, ecografías, etc.

“Guayaquil es la ciudad con mayor demanda en estas dos últimas semanas, no he podido atender a más pacientes por cuestión de distancia y por el tiempo, he derivado a mis colegas para que atiendan a los otros pacientes. En las ciudadelas satélite de Guayaquil y en Quito también hay bastante demanda de pacientes con el virus”, comentó la doctora Villamar. (I)