Sus ganas de ayudar al prójimo superan barreras e incluso los recursos con los que cuentan, pero aquello no es impedimento para sacar una sonrisa, regalar amor y dar atención, en especial en estas fechas, en las que aumenta la solidaridad de la ciudadanía, cuentan.

Tres mujeres de distintos sectores de Guayaquil, al igual que cientos de casos más, hacen pequeñas colectas o actividades para conseguir víveres, ropa, juguetes, kits de aseo e higiene personal, vitaminas, materiales escolares y otros que puedan servir para niños, adolescentes y grupos vulnerables de escasos recursos económicos.

Llevan más de una década en esta actividad y seguirán hasta que sus fuerzas se lo permitan, dicen. Para otro de los casos es, además, el comienzo de proyectos sociales y comunitarios más grandes.

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Francis Vanegas Wong es una de las promotoras de estas iniciativas. Ella y un grupo de amigos, con más de diez años de experiencia en este campo, se unieron para integrar una fundación enfocada en atender a personas vulnerables y trabajar con ellas en temas como salud emocional y mental.

Por ello, en la pequeña campaña que hizo Vanegas en sus redes sociales pedía multivitamínicos y artículos de higiene personal, como pasta de dientes, cepillos dentales, jabones, champú, alcohol; juguetes, de preferencia kits educativos, como rompecabezas, libretines para colorear, crayones, plastilinas, entre otros. También se podían unir, el día del agasajo, aquellos con habilidades culturales y artística para títeres, caritas pintadas, globoformas y más.

Vecinos de Bastión Popular se juntaron para armar su calle navideña con más de 100 guirnaldas

Los beneficiarios en esta ocasión: 55 niños, de 1 a 4 años, y embarazadas de la cooperativa Juan Montalvo, en el norte de Guayaquil. El agasajo se dio la mañana de este miércoles 22. También recibían ropa o vestimentas de segundo uso y otros materiales didácticos.

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“¿Por qué (pedir) kits, libretas…? Porque creo que no existe una política de salud que lleve a las personas que menos tienen a conocer sobre salud mental, y eso es una gran debilidad… Los índices de violencia intrafamiliar, de suicidios, de depresión… se han incrementado con posterioridad al confinamiento, y hasta la presente fecha no existe una política pública que permita atender a estas personas”, cuenta Vanegas.

Y agrega que como fundación quieren potenciar el cuidado del ser y la crianza positiva para reducir los índices de violencia intrafamiliar, depresión e incluso evitar que más personas caigan en adicciones. Por eso, el agasajo es solo el comienzo en esta comunidad.

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Marielisa Baque, de 42 años, habitante de Bastión Popular, es otra de las mujeres que promueven por su cuenta agasajos y otras actividades (durante todo el año) para ayudar a los niños de escasos recursos de su comunidad. Empezó con esta gestión hace diez años.

En esta ocasión espera hacerles la cena o comida de Navidad a entre 70 y 80 niños de su sector, donde no hay casa comunal ni espacios lúdicos o recreativos para ellos, ya que todavía no tienen legalizado el terreno, cuenta. La planta baja de su casa sirve para el agasajo, así como para la enseñanza de otras actividades recreativas y educativas.

Para la comida y agasajo navideño de los niños ha pedido, a sus contactos, por WhatsApp y redes sociales, arroz, fideo, pollo, aceite… También juguetes usados o nuevos, materiales escolares y para manualidades.

“Hay niños que necesitan amor, porque vienen de hogares disfuncionales… y toda ayuda es bienvenida… Con las actividades que les hacemos (como las educativas y recreativas) hemos logrado recuperar a niños y familias”, expone Baque.

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Extranjeros que pasan por primera vez las festividades navideñas y de fin de año en el país con expectativa de conocer sobre costumbres locales

Su actividad está prevista para la tarde del jueves 23, pero igual recibe donaciones durante todo el año. Quienes deseen contactarse con ella pueden hacerlo al número telefónico 0983605794.

Graciela Cagua es otra de las mujeres que desde el 2014 lideran, con otras vecinas y compañeras, agasajos y actividades de ayuda para grupos grandes.

En esta ocasión espera ayudar a 200 niños de la cooperativa Sergio Toral 2, en el sector conocido como El Cordón, en la manzana 55,80, noroeste de Guayaquil. Lo hacen con lo que tengan: ropa, comida, juguetes, medicinas, entre otros, hasta donde su situación económica y las donaciones que logran con sus vecinos les permitan hacerlo.

“Me conmueve ver a niños de escasos recursos no poder gozar de privilegios de otros que sí tienen una Navidad soñada”, expresa Cagua, quien agrega que son muchas las necesidades de las familias en esa zona (por donde también se sale hacia el sector de La Ladrillera).

Para lograr el objetivo, ella y sus vecinos hacen también bingos y rifas, además de sus colaboraciones y de las que hacen personas de buen corazón.

Este jueves 23 darán primero kits de alimentos. De ahí fijarán la fecha de la entrega de juguetes, ya que también esperan la confirmación de una donación.

Otras de las actividades que han logrado conseguir son la visita de brigadas médicas, de fumigación, entrega de toldos y de kits de alimentos. (I)