Carlos se levantó una madrugada y vio a un hombre orinando en el portal de una vivienda en la manzana 454 de Sauces 8. Él tuvo que gritar desde la ventana de su casa para que el individuo, que estaba en aparente estado de embriaguez, se retirara del sitio.

Desde los jueves, el morador asegura que esta escena se repite de manera constante entre las 22:00 y 03:00. No solo por parte de hombres, sino mujeres que ingresan a la peatonal para realizar sus necesidades e incluso vomitar detrás del portal que han colocado los vecinos para mermar los robos en la cuadra. En el espacio que está cercado conviven unas diez familias con niños a diez años.

Moradores de las ciudadelas Simón Bolívar y Vernaza Norte piden que se incrementen rondas policiales y se arreglen luminarias para evitar robos

Sumado a que se ha tomado la peatonal como orinal, dice Carlos, el alto volumen de la música que colocan en las licoreras y locales que están a lo largo de la avenida Francisco de Orellana es otro de los problemas con los que lidian.

Publicidad

Según el morador, este tema se calmó durante 2020 y el primer semestre de 2021, pero con el relajamiento de las medidas por el COVID-19 todo se descontroló nuevamente y los llamados ‘enganchadores’ volvieron a la vía.

“Es imposible descansar o estar tranquilo escuchando el estruendo de las botellas que quiebran, la música, las peleas que a veces se dan. Se vive con el temor de que en cualquier momento se produzca una balacera y haya alguna bala perdida”, afirma el morador.

En redes sociales se ha hecho eco de las quejas y, constantemente, los vecinos de Sauces 8 solicitan controles por parte del Municipio y Policía Nacional.

Publicidad

En agosto, la Dirección de Justicia y Vigilancia ejecutó un operativo en el sector de Sauces 8, en atención a las quejas ciudadanas que denunciaron que licoreras generaban caos en el sector por la venta de bebidas alcohólicas fuera de horarios permitidos.

En ese entonces, la intervención dejó como resultado once licoreras clausuradas. El Municipio indicó a través de un comunicado que los ‘enganchadores’ originaban atascos por los autos que formaban hasta tres columnas para comprar.

Publicidad

“Los que vivimos en Sauces y queremos avanzar hacia los parqueaderos o ingresar a las casas tenemos que pasar por en medio de los borrachos”, dice Cristina Caballero. Ella menciona que en varias ocasiones ha tenido que esquivar a los vehículos que salen a precipitada carrera luego de comprar en alguno de los locales ubicados en la vía, a pocos metros de un centro comercial. Asimismo, tener cuidado de no aplastar las botellas de vidrio que quedan regadas en la calle.

Las peatonales se han convertido en orinales, aseguran los moradores de Sauces 8. Foto: El Universo

Además, indica la madre de familia, es imposible caminar por las aceras porque incluso los compradores se sientan y se ponen a libar interrumpiendo el paso. En la vía, afirma, se estacionan los vehículos y abren las puertas traseras para quedarse bebiendo y bailando en grupos. Algunos de ellos son los carros tunning.

“No estoy en contra de que la gente trabaje, pero debe existir orden y respetar los horarios para la tranquilidad de quienes vivimos en el barrio”, dice Caballero.

Un hombre fue baleado en el interior de licorera, en el sur de Guayaquil

Según Roxana Cedeño, debería haber sanciones más fuertes o constatar que se respetan los cierres. Ella afirma que los propietarios de ciertas licoreras y de tiendas que comercializan bebidas alcohólicas cierran sus puertas y que cuando ya se va la policía, vuelven a abrir o lo hacen por pequeñas ventanillas.

Publicidad

“Es como una burla para la autoridad, cierran y siguen atendiendo, eso se comprueba porque seguimos escuchando la música y viendo que autos llegan y se detienen a comprar”, anota.

Las peatonales son guarida de fumadores, dicen vecinos

Durante el día, otro tema que inquieta a los moradores de Sauces 8 es que en las peatonales que conectan con manzanas internas hay personas que se esconden a fumar.

“A veces salimos al mediodía y cruzamos por las peatonales de las manzanas 454 y 455 y están los limpiavidrios o chamberos reunidos y fumando. Por ahí pasamos con niños, hay estudiantes que cruzan y nos dicen que tienen temor de que les roben o hagan algo”, cuenta una moradora de la manzana 455.

Uno de los pedidos que realizan los residentes es que tanto la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio como la Intendencia hagan un barrido en la zona e identifiquen a aquellos establecimientos que burlan a las autoridades. Además, dicen, es necesario que se analice una reubicación. (I)