Puerto Santa Ana se convirtió por unos días en un “Río de Janeiro chiquito”. Allí, los hinchas del Flamengo, que arribaron para la final de la Copa Libertadores, hicieron su fiesta. El portugués, la samba y los cánticos cariocas alegraron varias noches de ese lugar turístico.

La inédita final de Copa Libertadores fue uno de los eventos turísticos más importantes que tuvo la ciudad. Más de 11.000 extranjeros llegaron por la cita, aunque se calculaba un mayor número.

Ese acontecimiento deportivo fue parte de la dinámica que dio un respiro al sector turístico, que venía golpeado y arrastrando deudas por la pandemia.

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Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa de Turismo, Promoción Cívica y Relaciones Internacionales de Guayaquil, sostuvo que la urbe continúa en ascenso en el recibimiento de turistas, y avizora un panorama de franca recuperación del sector, así como llegar al 85 % en la conectividad aérea e incremento de eventos y congresos.

Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa de Turismo de Guayaquil. Foto: El Universo

¿El sector turístico de Guayaquil ya está recuperado de los estragos de la pandemia?

Así es. Estamos viendo en el observatorio (turístico, con la Espol) que hay un incremento del 26 % de visitantes a Guayaquil, entre nacionales y extranjeros. Este año, de enero a octubre, tuvimos 2′183.916 visitantes; y en el año 2021, hasta diciembre, fueron 1′739.906. Hemos superado la cifra del 2021 en los tres primeros trimestres, hasta octubre. Guayaquil se ha consolidado como destino turístico. Las cifras arrojan que tenemos un mayor número de turistas extranjeros que en el año (2018): antes de dejar la Alcaldía Jaime Nebot —en que teníamos el observatorio turístico con la Universidad Espíritu Santo— tuvimos 700.000 extranjeros.

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Las pérdidas económicas han sido grandes; y, con el toque de queda, muy grandes para el sector de bebidas y alimentos, bares, discotecas y restaurantes. Pero esto se va a ir recuperando con la extensión del horario a dos horas más (hasta las 04:00)...

En el tema de las convenciones y congresos, mencionaba que iban 96. ¿Se estima un tiempo de recuperación de esas cifras que manejaban antes de la pandemia?

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Ya es una recuperación. En congresos y convenciones puedo asegurar que la capacidad de los hoteles es la más alta del país: tiene un promedio del 65 %. Precisamente se da por los congresos y convenciones, que traen mucha gente; a eso se agregan los festivales, eventos que se hacen a lo largo del año. Hemos convertido a Guayaquil en un destino de eventos. (...) El World Travel Awards nos galardonó con el premio de la región. Para 2020 íbamos a tener como 124 congresos, pero la pandemia nos tiró abajo. Sí logramos salvar una gran mayoría. Ahora hemos venido en plan de recuperación; casi 100 congresos a lo largo del año es realmente un logro importante, porque ahora hemos tenido que enfrentar la inseguridad.

Los turistas que llegaron por la Copa Libertadores indicaban que en su país escuchaban el tema de la inseguridad. ¿Cuál ha sido el factor preponderante para trabajar en esa área de seguridad en turismo?

Anunciar los planes de seguridad y decir que todos los circuitos turísticos donde están los establecimientos de bebidas y alimentos, hoteles, bares, discotecas, plazas, parques, donde se mueve el turismo, y sobre todo donde está el centro, Las Peñas, cerro Santa Ana, además de guardias privados, están fortalecidos por Policía Nacional, Turística y Metropolitana. Hemos enfrentado (la inseguridad) gracias a un trabajo que ha hecho la Alcaldía, Corporación para la Seguridad Ciudadana, Policía Metropolitana y ATM, en conjunto con la Policía (Nacional).

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¿Guayaquil sigue siendo una ciudad de paso? Tradicionalmente se indicaba que el visitante venía medio día, uno o dos días. ¿O ha cambiado esa dinámica del visitante?

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No, de acuerdo al observatorio turístico. Manejamos una metodología técnica y se hacen encuestas como en todas partes del mundo. Se ha establecido que tenemos un promedio de 3,5; esto significa cuatro días y tres noches. Es un promedio que a mí me asombró. El gasto turístico fue de $ 715′917.193 hasta octubre; es una cifra nada despreciable. Es de los turistas que tienen un promedio de $ 120,05 por día.

Es indudable que nosotros aspiramos a que la ocupación hotelera por parte de turismo de ocio sea mayor, porque lo que nos dan las cifras es que el hospedaje se distribuye entre hoteleros (48,66 %), casas familiares y amigos (43 %) y economía colaborativa (5,36 %); esto significa que el sector hotelero tiene un porcentaje mayor, pero puede mejorar. En el tema de convenciones, tenemos un promedio de $ 449 de gasto diario, porque son gente de alto nivel; son profesionales, científicos, ejecutivos, gente que tiene la capacidad económica y que se aloja en hoteles de cinco a cuatro estrellas. Este año vamos a tener una derrama económica por el lado de los congresos de más de $ 403 millones. Hay una activación total de la cadena de valor. Una de las estadísticas importantes es que la mayoría (de estos visitantes) va a comprar zapatos y ropa en un alto porcentaje. Guayaquil se está convirtiendo también en un destino de compras, por los buenos centros comerciales que tenemos.

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Uno de los eventos más importantes que se dieron en Guayaquil fue la final de Copa Libertadores. ¿Cómo califica su realización?

Fue un triunfo. Guayaquil ganó con la Copa Libertadores; es un hecho. No vinieron los 50.000 que dijo la Conmebol, y que con eso señaló, pues, que tendríamos un ingreso de $ 50 millones. Las cifras del observatorio demostraron que tuvimos 11.170 visitantes extranjeros para la Copa. Fue un gasto turístico de $ 16 millones. Todos los hoteles se coparon. Hubo un movimiento inmenso y gasto turístico (por día) que se triplicó ($ 120 es lo regular). El gasto fue mucho más fuerte porque era gente que tenía capacidad económica, y allí viene la importancia de apuntar también a la calidad de turista que tiene que venir: ese turista que gasta, el que tiene capacidad. Lo importante es que ya sabemos que Guayaquil es una ciudad escogida para visitarla; que es una ciudad que, a pesar de lo que tuvimos en pandemia y con la inseguridad, la gente viene. Y con la conectividad, que se ha aumentado con los vuelos internacionales, y que ahora por primera vez el José Joaquín de Olmedo superó al Mariscal Sucre en visitantes, cosa que no había sucedido antes...

¿Con los de la Conmebol se determinó si hubo una falla para que no llegaran los 50.000?

Se dijo que eran las elecciones en Brasil, que eso había mermado la venida de muchos; también hubo vuelos que se cancelaron. Yo le quiero decir algo de corazón, como dije en Ecuavisa: con 50.000 personas aquí, la ciudad se hubiera colapsado. La ciudad se preparó; puedo dar fe del gran trabajo que hizo la ATM, con Fernando Amador, para establecer todas las rutas para poder llevar a esta cantidad de gente; los planes que hicimos en la ciudad; el territorio se marcó; aquí en el centro estaba todo. Sabíamos que aquí se iba a concentrar la gran mayoría de turistas; tenías que sacarlos a Malecón del Salado, Guayarte, Puerto Santa Ana, Urdesa... Entonces, se hizo todo un plan de movilidad. Nosotros trabajamos con estudiantes para asistirlos; coordinamos con Gobernación; se trabajó en conjunto; la ciudad hizo todo su esfuerzo para presentarse con lo mejor... La ciudad quedó bien. Los brasileros, los extranjeros que vinieron se fueron felices. La ciudad superó las expectativas de lo que ellos imaginaron. El 98 % se fue feliz, diciendo que regresaría.

En ese tema de la Copa, dentro de las observaciones que tuvieron del trabajo hecho, ¿existen nuevos retos para la ciudad?

Es un hecho que nosotros, para un evento de esa naturaleza o cualquiera que se quiera preparar, tenemos que prepararnos con mucha antelación y necesitamos sobre todo una infraestructura que no tenemos; por ejemplo, baños públicos: esa es una cuestión que la ciudad tiene que estudiar. En cuanto a seguridad, diría que la movilización de Policía a nivel de los efectivos que vinieron y cómo se organizaron fue algo impresionante. El plan de seguridad y de rutas turísticas está trazado; ya quedó una base. Guayaquil es ya un destino deportivo: (ya ha sido sede del) mundial de judo, el mundial de ajedrez, de gimnasia olímpica; los Bolivarianos vienen en el 2024. Hay que prepararse ya, porque vamos a ser sede. Vamos a invertir en hacer de Guayaquil un destino deportivo, pero hay que pensar en lo que necesitamos. La Copa fue la muestra perfecta para decirnos qué nos falta por hacer y, al mismo tiempo, para sentirnos orgullosos de haber tenido éxito de que la ciudad haya ganado, y mostramos nuestra ciudad al mundo.

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¿Se encamina la ciudad hacia lo deportivo?

Sí, hemos trabajado en nuestro plan de embajadores. Tenemos a directivos de instituciones; por ejemplo, médicos que tienen sus gremios. Con la Federación Deportiva del Guayas hemos tenido un trabajo conjunto, y sus representantes trajeron el evento mundial de judo, el evento de ajedrez por varias veces, y para hacer la Copa nosotros ayudamos en la postulación.

Usted dice que, si hubiesen llegado los 50.000, habría sido una situación bastante compleja. ¿De repente, en la postulación no se avizoró eso?

Pienso que no. Hubo un gran entusiasmo por esto y todo lo que se venía por estar en el ojo del mundo, un evento tan importante. Pero la parte de infraestructura y lo que requería esto, imagínese usted, demoraba y había que evaluarlo bien. A veces digo que, cuando uno no se lanza, tampoco hace las cosas. Entonces, si se hubiera pensado que no se iba a poder, que no íbamos a tener todo, entonces, la Copa a lo mejor se habría ido de aquí.

En otro ámbito, ¿cómo va la reactivación en la conectividad aérea siendo el aeropuerto un punto de ingreso al país?, ¿y qué retos hay aún?

Tenemos 149 frecuencias: desde y hacia Norteamérica, 42; desde y hacia Centroamérica, 47; desde y hacia Sudamérica, 43; y Europa, 17. Ahora, Avianca conecta vuelos con Cartagena y Medellín, es decir, que viene a volar directo a partir de marzo de 2023. Con estas nuevas rutas y frecuencias, Ecuador recupera más del 85 % de su conectividad aérea contra niveles prepandemia; eso se refleja en Guayaquil.

A Guayaquil la estamos promocionando como la puerta de entrada a Galápagos. “Cinco razones” es nuestra campaña, porque tenemos el mismo clima, estamos al mismo nivel del mar, la gente no necesita sino ponerse la misma ropa que usa aquí, no hay el tema de que pueda haber un conflicto de salud o problema de bajar de la altura a la Costa. Entonces, es la ciudad más cercana a Galápagos, y tiene las frecuencias…

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¿Qué retos tiene Guayaquil en el ámbito turístico este 2023?

El camino está trazado. Guayaquil tiene un observatorio turístico que debe continuar, porque de allí podemos planificar y conocer hacia dónde vamos. Guayaquil tiene un buró de convenciones que ha sido un éxito y ha consolidado a Guayaquil como destino turístico de congresos, convenciones y ferias. Guayaquil tiene una oferta turística por delante maravillosa, que va a abrir las posibilidades mayores para que se cumpla el objetivo por el que he trabajado siempre: Guayaquil debe vivir del turismo, y lo puede hacer si hay mayor inversión, si se le da al turismo la importancia que tiene como el mayor generador de empleo, como la reactivación completa de la cadena de valor, que llega desde el más alto al más pequeño; y siendo una ciudad que cada vez crece más, que oferta más turísticamente: naturaleza, con el avistamento de aves; gastronomía; tenemos el Museo del Cacao, que asombra a los extranjeros; tenemos arte, cultura; una ciudad abierta para recorrerla; el estero, el río, el centro, que deben tomar vida. Tenemos que recuperar el centro: aquí está la memoria colectiva, plazas, parques, monumentos y la oferta turística más grande de la ciudad; de allí la importancia de mirar hacia el centro.

Como Empresa de Turismo, ¿pueden hacer algo para empujar algún proyecto así?

Así como hicimos con la calle Panamá: aquí hicimos la consultoría con el arquitecto Florencio Compte, y se trabajó con todas las direcciones y empresas municipales y se generó un proyecto totalmente planificado, y mire el éxito. Y todavía falta la segunda fase que está contemplada.

Igual, con el centro hay que hacer estudios, consultoría, determinar cuántos edificios tenemos aquí. Los dueños del patrimonio tienen que tener incentivos para que gasten y reinviertan, porque un edificio patrimonial se puede convertir en una galería de arte, restaurante; hemos visto cómo el Banco de Descuento se convirtió en la biblioteca de la U. de las Artes. (I)