En varios puestos de costuras, hombres y mujeres trabajan en la confección de indumentaria deportiva que se destinará a planteles educativos de Guayaquil y Samborondón para eventos de olimpiadas en las semanas venideras.

Tras dos años de la pandemia del COVID-19, varias instituciones educativas alistan programas especiales con temáticas principalmente este año enfocadas en el venidero Mundial de Fútbol Qatar 2022, y con ello las pequeñas y grandes empresas de confecciones también destinan sus labores a la realización de equipos de las diversas selecciones que competirán en el evento deportivo.

En un espacio de un taller ubicado en la av. Olmedo y Chimborazo, en el centro de la urbe, Nila Faytong, representante de la empresa Connila, expone varias muestras de uniformes de Ecuador, Senegal y Uruguay, que han realizado los 60 trabajadores que se distribuyen en distintas tareas en ese lugar de trabajo.

Publicidad

En estas tareas se destina el total del personal que elabora en esta época los trajes deportivos, y siguen con sus tareas regulares en la elaboración de uniformes, ropa industrial, bolsos y más requerimientos.

Publicidad

Allí, ella considera positiva la reactivación del ajetreo de la industria textil para la venta de confecciones deportivas por los eventos en planteles locales. En su caso, desde la segunda semana de julio empezaron a requerirles conjuntos deportivos, que están integrados de camisetas, polines y pantalonetas.

En total, ya van 20 escuelas y colegios que han empezado a entregarles los pedidos desde la anterior semana y continuarán para la siguiente.

Joven ecuatoriana se ubica entre los 50 finalistas para el premio al mejor estudiante del mundo

Confección de uniformes se reactivó en el mes de julio con pedidos de planteles escolares. Así se evidenció en taller de empresa situado en la av. Olmedo, en el centro porteño. Foto: El Universo

“Es un círculo bueno para la industria nacional, así como para nosotros, los confeccionistas (...). Hay entusiasmo, sobre todo en la gente (estudiantes), que necesitaba socializar, y eso es fundamental en el desempeño de todos. El deporte es la base fundamental”, recalca.

A diferencia de otros años, ella menciona que el movimiento aún es menor frente a lo registrado antes de la pandemia, cuando tenían al menos 60 clientes. Esta baja en los pedidos se podría dar, según sus estimaciones, por la situación económica, la pandemia, movilizaciones indígenas, entre otros factores.

Publicidad

En algunos planteles —indica— se ha optado por realizar los eventos con el menor gasto posible, con indumentarias de colores o los trajes de educación física.

En las calles Capitán Najera y Chile, en el local Silva y Adriana también se expone ropa deportiva para olimpiadas, que acompaña la tradicional exposición de ropa y uniformes escolares.

Por primera vez, mujeres lideran consejos estudiantiles en dos colegios salesianos; los proyectos apuntan a inculcar valores y promover concursos de arte

En ese sitio, Adriana Hernández, representante del negocio, refiere que tiene diez cursos de cuatro colegios que les han pedido la confección de trajes de selecciones de fútbol. A diferencia de años anteriores a la pandemia, se ha reducido esa demanda, ya que antes tenían en promedio 50 equipos de diez planteles, con 25 a 30 estudiantes por curso.

“Para lo que estaba antes, que todo estaba paralizado, sí se ha movido en ciertos colegios, porque regularmente en esta época se movía más; hay colegios que han restringido”, menciona Hernández.

Publicidad

Adriana Hernández muestra uniformes que preparan para plantel educativo. Foto: El Universo

En ese negocio, los trajes se mantienen con los precios regulares de años pasados. Hernández los expende con precios desde $ 12 hasta $ 17, con el conjunto de camiseta, pantaloneta y medias, incluyendo el nombre y número. Asimismo, contó que hay quienes piden trajes de disfraces que se cotizan en entre $ 15 y $ 40, dependiendo del tipo; o también, por economizar, solo buscan camisetas, que están en entre $ 7 y $ 10.

De igual forma, Geoconda Simba, quien tiene su taller en la isla Trinitaria para confeccionar prendas de vestir de empresas y entidades, mantiene el aliento de que los dos colegios que le habían adelantado pedidos concreten la fecha para la realización de los juegos deportivos. Estos planteles los han pospuesto para varias semanas después por los contagios de COVID-19, que han aumentado a nivel nacional.

En semanas anteriores, cuando la llamaron para solicitarles los uniformes, ella dice que se sintió feliz de quitarse la preocupación por la incertidumbre de lo que fabricaría para salir adelante en estos meses, que han resultado complicados en los dos años pasados de pandemia. Pese a ello, el trajín acostumbrado que tenía en periodos anteriores es menor, ya que antes acostumbraba tener al menos cinco planteles solicitantes.

“Con lo que hay esta reacción de COVID-19, hay que esperar a ver qué pasa. Doy gracias a Dios de que sí me llega trabajo. No pierdo la esperanza de que sí se den este año las olimpiadas”, agrega.

Ella mantiene la costumbre de asistir presencialmente a cada plantel para tomar las tallas alumno por alumno, y así, según ella, mantener satisfecha a la clientela con la medida precisa de sus indumentarias. “Para poder mantener esa clientela, que no se me vayan, no busquen a otra persona, y aseguro el trabajo para el siguiente año”, comenta.

Al igual que otros productores, ella procura mantener los precios regulares, tomando en consideración que la situación económica afecta también a los representantes de familia. Sus valores de trajes deportivos varían: de $ 12 a $ 16, dependiendo de la talla de los conjuntos deportivos.

Para las próximas semanas, Hernández y Simba esperan que otros colegios se sumen a solicitar más indumentarias para la celebración de los juegos deportivos, en septiembre y octubre, una vez que más niños y jóvenes estudiantes se reintegren a sus actividades presenciales, luego del repunte de infectados por COVID-19. La segunda emprendedora menciona que otras colegas también están a la expectativa de la mejora en la situación económica y sanitaria para tener más pedidos. (I)