La caída de paredes, mampostería o formación de fisuras se repiten en varios de los escenarios donde hubo daños en viviendas y predios de Guayaquil por el sismo del sábado anterior, cuyo epicentro estuvo en la isla Puná con una magnitud de 6,6.

En las calles Esmeraldas y Ayacucho, Mercy Fajardo preparaba los alimentos que presentaría a sus comensales el sábado, pero por el sismo salió de su negocio a la calle. Sus hijas que la acompañaban también evacuaron y se salvaron de ser impactadas por una pared que colapsó de un piso alto de la misma vivienda rentera.

En las horas posteriores al sismo, la mujer pudo constatar los daños en una cocina, refrigeradora y otros utensilios necesarios en su labor. Sin embargo, desconoce si el propietario se hará cargo de eso porque no ha tenido mayor contacto con él después del terremoto. Ella optó únicamente por retirar lo poco que logró recuperar.

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Con el apoyo de familiares y una propietaria de un local logró abrir su puesto unos metros más adelante, frente al predio anterior. Allí tiene varias sillas para atender a los comensales y despachar a sus clientes que mayoritariamente le piden a domicilio.

“Me están ayudando, la familia me ha prestado cosas, siempre está la familia en momentos así”, dijo la perjudicada.

En el local anterior aún permanecen escombros en la zona exterior y la puerta enrollable cerrada, mientras ninguna cinta alerta de tomar precauciones por la caída de la pared en días pasados.

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La mujer, que llevaba dos años como arrendataria, analiza pedirle al dueño de casa que le devuelva unos montos de garantía y del pago de mensualidad que había hecho cuatro días antes del sismo.

Con eso, ella considera que podría reconocerle parte de los daños generados por la pared caída del mismo predio del dueño de casa.

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“Las cosas materiales no, porque es algo que nadie se esperaba algo así”, dijo, y agregó que para evitar problemas mayores con el propietario se mantendría en el predio actual.

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En otros inmuebles del centro también hay daños, donde incluso se instalan negocios y espacios de residencias de habitantes.

Algunos tienen inquietud sobre quién se hará cargo de estos daños, según relata una moradora de un edificio de las calles Víctor Manuel Rendón y Baquerizo Moreno.

El día del sismo se produjo la caída de mampostería de edificios de esa calle, como en otras vías del centro. En uno, en particular, una grieta se formó en una pared y pilar que se ubica junto a la escalera y además en el interior de su departamento tiene varias novedades similares en una pared del baño de visita, incluyendo las baldosas, zona de ingreso a la cocina y un dormitorio.

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“El dueño ni siquiera ha dado una vuelta para ver si siguen vivos. Es preocupante, me estresa que si vuelve a haber un temblor esas paredes con esas hendiduras pueden caer”, comentó una residente, quien hasta el miércoles anterior desconocía si el propietario se encargaría de los daños.

Daño en departamento del centro porteño.

En la iglesia La Merced, en el casco céntrico, se dio el roce del predio con el edificio de la Fiscalía. Ese escenario deriva en la caída de tierra y piedras en el interior de la iglesia por pequeños ventanales que anteriormente quedaron rotos por otros sismos, relató Patricio, un trabajador encargado de la limpieza.

Él mencionó que el sábado pasado se daba una misa y el sismo interrumpió la liturgia. Todos evacuaron.

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Posteriormente al hecho, una antena colocada en lo alto del templo católico fue afectada y quedó colgando hacia un costado de la estructura.

En las misas del domingo anterior se hicieron observaciones sobre el tema para que las autoridades locales puedan ayudar en el retiro. Aquello finalmente se hizo el lunes pasado con apoyo de bomberos. Por ahora se analizan y se desconocen mayores detalles de cómo volver a colocarla, dijo el trabajador.

En un balance del Municipio se detalló que hubo 73 inmuebles con afectaciones arquitectónicas no estructurales, 6 casos de colapsos estructurales, tanto en el área urbana como rural.

Estos 73 predios no tienen problemas estructurales, la mayoría han tenido problemas de mampostería, indicó Allan Hacay, director de Riesgos municipal. (I)