La promoción ‘diamante’ del colegio San José La Salle tocó la última campanada para concluir clases en edificio del centro

Las lágrimas no faltaron en estudiantes de tercero de bachillerato al escuchar la campanada que anunció “la salida” del último día de clases en las aulas del edificio del colegio San José La Salle, en el centro de Guayaquil.

Los 152 estudiantes de tercero de bachillerato de la promoción 75, conocida como “diamante”, fueron los últimos en salir como bachilleres de este tradicional colegio, que también acogió en sus aulas a quienes fueron presidentes.

Los alumnos de tercero de bachillerato participaron en una jornada de despedida de su colegio, ubicado en el cuadrante de las calles Baquerizo Moreno, Tomás Martínez, Mendiburo y Escobedo.

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En el patio grande se reunieron con sus maestros. Los estudiantes se ubicaron para formar una figura de diamante y así representar a la promoción. Esta se apreció desde la parte alta del colegio. También realizaron la tradicional firma de la camisetas.

Ariana Paredes, estudiante de Tercero D, comentó que fue un día muy nostálgico, porque no querían aceptar que culminaba esta etapa y que eran los últimos graduados en ese plantel tradicional del centro.

“A medida que iban pasando las cosas, caíamos en cuenta que era la última formación, el último evangelio, el último día en el aula... Era el último día en el que todos íbamos a estar reunidos”, dijo la joven.

Patricia Núñez, vicerrectora del colegio, explicó que el colegio tiene 112 años de vida institucional; que la construcción de esa edificación comenzó el 31 de julio de 1939.

Acotó que los estudiantes de bachillerato ya salieron oficialmente, y que aún están los estudiantes de primero y segundo de bachillerato, al menos 300 estudiantes, quienes tendrán clases hasta que termine el año lectivo, el próximo 17 de febrero.

Añadió que, luego de eso, el edificio quedará a cargo de personal administrativo para el proyecto de implementar la Universidad La Salle en esa emblemática estructura, que tiene como tradición tener los nombres de todas sus promociones en las paredes de los pasillos.

“Hemos estado poco a poco desocupando las áreas del edificio. Solo han quedado las aulas, muy cómodas, para nuestros alumnos del bachillerato, que fueron 500, incluidos los de tercero que ya salieron. Ahora, poco a poco se irán mudando otros muebles para el norte, en el campus de la ciudadela Pájaro Azul”, comentó la vicerrectora. (I)