Desde la tarde, pasadas las 16:30, los negocios empiezan a encender los focos que decoran sus fachadas y el movimiento en las cocinas se vuelve incesante con la toma de pedidos y la elaboración de las preparaciones que se exponen en las cartillas.

Esto ocurre en la avenida Dolores Sucre, entre las calles Dolores Veintimilla y José de la Cuadra, en la ciudadela La Saiba, uno de los puntos del sur que empieza a volverse un nuevo ícono de opciones de comida típica y rápida.

Al menos ocho locales ofrecen desde almuerzos, platos típicos, comida rápida y hasta bebidas de acompañamiento como micheladas. Algunos aprovechan una pausa para detener la marcha de sus vehículos y tomar algún alimento, mientras otros se bajan y comen al paso.

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Con la apertura de más locales, la concurrencia de clientes ha tenido mejoras por la diversidad de opciones que se cuentan a pocos metros de distancia en apenas tres cuadras, cuentan los propietarios de los negocios.

Allí, hace nueve meses, Elvis Astudillo incursionó con un negocio de comidas rápidas llamado Elvis Burger. En su puesto ofrece bandejas, pinchos, sándwiches, salchipapas, shawarmas, alitas, además de micheladas y mojitos.

Él es uno de los últimos en abrir su emprendimiento culinario en la zona. Hace quince años se graduó de tecnólogo en gastronomía, pero debido al declive de ventas en su negocio de sábanas de la Bahía se decidió a abrir un nuevo negocio, poniendo en práctica lo aprendido sobre la preparación de alimentos.

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“Mandé a hacer una carreta bonita, la adecué, el menú lo fui armando poco a poco e hice un estudio de mercado, lo que no vendían por aquí, para ir innovando con algo diferente (en su local)”, comenta.

A diario, él instala una carretilla y unas sillas que coloca en el patio de una vivienda, con capacidad para albergar a unas 30 personas. Actualmente, sus precios parten de $ 1,75 a $ 16 y recibe en los fines de semana de 100 a 150 clientes cada día.

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“Son precios razonables, económicos para el bolsillo del cliente. Mientras más competencia mejor porque hay más movimiento, así como hay en Miraflores, eso está full comercio y comida. La gente ya sabe y viene acá bastante”, dice el propietario del negocio.

Ante la buena respuesta de los clientes, él adelanta que prevé abrir un nuevo local de asados y papas en una serie de locales comerciales que se construyen metros más adelante, pasando el cruce de la calle José de la Cuadra.

En uno de los extremos de la avenida Dolores Sucre y José de la Cuadra se ubica el local Los asados de Víctor, cuyo fogón instalado para la cocción de las carnes y pinchos atrae las miradas de los comensales y ocupantes de vehículos que transitan por la zona.

Hace cinco años, Los asados de Víctor se asentó en un primer local que ahora es ocupado por otro negocio de comidas. En el local actual llevan dos años y hace menos de un año abrieron un segundo establecimiento cerca del parque de La Saiba, sobre la misma avenida.

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Ese último local se puso enfocado en eventos de amistades y familiares, ya que tiene instalaciones cerradas y se presta para dar más privacidad en actos particulares.

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Daniela Bernal, administradora del negocio, a cargo de César Nivela, comenta que hay buen repunte en la afluencia de personas en los recientes meses, aunque en ciertas semanas por casos de repercusión general como protestas o casos de seguridad disminuye el flujo de gente.

Ellos abren a las 13:00 con almuerzos, asados y platos a la carta como los secos, principalmente de chivo, pollo y chancho desde $ 3,50. “Viene gente desde el norte porque les han recomendando por el seco y también del sur”, dice la trabajadora.

Otro de los locales conocido en la zona es Upito Recargado, que lleva tres años con su primer local y una segunda sede llamada Upito Planet, que abrió en los recientes meses a una cuadra de distancia, pasando la vía José de la Cuadra.

Upito Recargado es uno de los locales que incluso abrió un segundo local llamado Upito Planet en la misma avenida Dolores Sucre. Foto: El Universo

Este emprendimiento asimismo salió a flote en noviembre del 2019 antes del inicio de la pandemia, por la falta de oportunidades de empleo que tenía José Espinoza en labores de mantenimiento industrial.

En el primer sitio, a los clientes que llegan al paso se les ofrecen hamburguesas, bandejitas, choripanes, tacos, papas artesanales, shawarmas; mientras que en el segundo local tienen además pan de yuca y yogurt y cuenta con más espacios para dar cabida a los clientes con sillas y mesas. Sus precios van desde $ 2 a $ 5, acomodados al bolsillo familiar.

Por la buena acogida de la gente, Espinoza, quien es vecino de la zona y conocido de pequeño como Upito, trabaja en la ampliación del negocio en dos zonas más del sur y norte.

“Por la calidad del producto, personas que recomiendan a sus amigos y algo de redes sociales”, menciona Espinoza, sobre las razones de la concurrencia de los clientes a su negocio.

El primer local que se ha mantenido en la zona y es considerado como fundador en la zona es McDoris, que lleva 19 años y ha visto el crecimiento de ese sector. Inicialmente estuvo en un local pequeño y desde julio del 2015 se ubica en un sitio más amplio, contiguo a la vivienda de la dueña, Dora Nieto.

En ese local se ofrecen hamburguesas, tacos, bandejitas, sándwiches y hot dogs a precios que van desde $ 1,50 a $ 5,75.

Nieto comenta que en sus inicios buscó la manera de subsistir, luego de la recomendación de uno de sus hijos que retornó de un intercambio estudiantil. Desde ese entonces incursionaron en la elaboración de comida, y hasta la actualidad ella misma se encarga de la elaboración con sumo cuidado.

“Yo soy la que hago, sé lo que he puesto y no he puesto, yo soy la que escojo, lavo, licuo y pongo todo; yo preparo, sazono, desde la mañana ya estoy preparando las cosas para la noche”, agrega la propietaria del negocio, que cuenta con cuatro colaboradores y sus tres hijos.

Para la dueña de este negocio, el crecimiento de la oferta de locales debe ir encaminado con la organización para facilitar la movilidad de los clientes y la imagen del sector.

El concepto que se maneja en ese local es de comida rápida con asistencia y preparación en cuestión de minutos con el despacho respectivo a los clientes que piden para llevar o consumir al paso. “Mi satisfacción es ver que los clientes comen con mucho gusto y disfrutan el sabor de mi comida”, dice la dueña.

Walter Alvarado, residente hace 30 años, considera positivo que haya más opciones de comida a pocos pasos de su hogar. Él ha visto cómo se ha dinamizado el movimiento en la zona y suele disfrutar de las alitas, salchipapas y hamburguesas. (I)