‘Los puentes que van a la isla Santay tienen encerrado al río Guayas y ya no dan seguridad’

Los puentes peatonales que unen Guayaquil y Durán con la isla Santay se crearon con fin comunitario: unir a los lugareños con la ciudad y que los turistas lleguen a esta isla considerada uno de los pulmones de Guayaquil.

Y así fueron los primeros años, según reconocen expertos y residentes. Sin embargo, desde el 2017, cuando ocurrió el primer accidente, se han dado al menos seis eventos que han ido destruyendo no solo la estructura, sino también los deseos de los ciudadanos de caminar o pedalear por estos puentes.

El último accidente ocurrió la noche del pasado martes y mañana del miércoles. Dos barcazas se impactaron con la estructura del puente que une Santay con Durán. Una tercera anduvo a la deriva por la zona y causó daños menores en un muelle privado. Esto ha reavivado el debate sobre la conveniencia o no de tener esas estructuras.

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Pablo Caicedo, director nacional de Espacios Acuáticos de la Armada (Dirnea), dijo luego de este último accidente que se evaluará la necesidad o no de que esos puentes peatonales continúen enlazados sobre el río Guayas.

Asimismo, la Armada recordó que ellos no emitieron informes técnicos cuando se construyeron los puentes.

El capitán práctico mercante José Segovia, presidente del gremio de prácticos del puerto de Guayaquil, explicó que tanto ellos como otras entidades tienen una resolución de que estos puentes no son viables en esa ubicación y que esas observaciones no se tomaron en cuenta.

“Hemos visto algunos accidentes en el puente con Guayaquil y Durán, por lo que se recomendó que, por seguridad de los buques que llegan hasta el malecón, deben ser retirados”, explicó Segovia.

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Él indicó que este último evento fue una negligencia total por tener esas naves a la deriva. El gremio camaronero también ha calificado de negligencia que se hayan dejado las embarcaciones a la deriva por varias horas.

Segovia indicó que este, como los incidentes anteriores, ya no garantizan seguridad para el residente de la Santay ni para los visitantes, es decir, ya no son viables para la movilidad ni para el turismo.

En eso coincide el presidente de la Federación de Cámaras Provinciales de Turismo, Holbach Muñeton. Él manifestó que ambos puentes deberían salir de esos espacios, ya que hay continuos accidentes “de Ripley”, lo que genera una mala imagen de la ciudad.

“Nuestro barco insignia, el Buque Escuela Guayas, pasa estrecho en su entrada al río Guayas. Además que otros buques ya no pueden entrar por diferentes razones. Está todo cercado. Los puentes con Santay tienen encerrado al río Guayas. Es un limitante”, remarcó el líder del gremio turístico.

Para Xavier Salgado, presidente de Medio Ambiente Sustentable, la situación actual de los puentes es compleja, y reconoció que no se puede dar seguridad con los antecedentes de esas estructuras.

No obstante, manifestó que el retiro de los puentes aislaría a parte de la comunidad de la isla Santay y a los visitantes que acuden para visitar las especies.

“No hay una navegación controlada. Las embarcaciones no tienen licencia, no tienen uso. Se debería hacer un monitoreo y planificación de verificación de las embarcaciones. Esto es una oportunidad para ver las falencias que existen en el tema de control de embarcaciones, estructuras”.

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Los expertos acotaron que se debe armar una comisión técnica para analizar estas estructuras hídricas a la orilla del río Guayas, ya que, a más del tema de la seguridad fluvial y peatonal, también hay otros problemas que solucionar en el río Guayas, como las embarcaciones sin uso que generan metales pesados que tienen contacto con el río.

Las tres barcazas involucradas en el incidente de esta semana eran usadas para la generación termoeléctrica, pero ya no estaban en operación. Permanecían acoderadas en el sur de Guayaquil, desde donde salieron sin rumbo y llegaron a Durán.

Esas barcazas pertenecen a Termoguayas y el Gobierno ha indicado que eran de su responsabilidad. (I)