Continúa el aumento en la incidencia del COVID-19 en Guayaquil, mientras la cifra de muertes atribuidas al virus se ha incrementado en la última semana. Si bien el informe epidemiológico se dará a conocer el lunes 19, algunas cifras y médicos consultados ratifican esta realidad.

Las escenas son dolorosas afuera de los hospitales, en los cementerios, en los laboratorios donde se toman pruebas para comprobar si se está positivo para el virus y hasta en las farmacias y distribuidoras de medicamentos. En las redes sociales hay repetidos posteos pidiendo ayuda para conseguir un espacio en UCI, para conseguir oxígeno y determinados medicamentos.

El registro de sepultados en los cuatro grupos de cementerios de Guayaquil, que lo lleva el matemático Juan José Illingworth, da cuenta de que entre el domingo 11 y este sábado 17 de abril se dieron 520 inhumaciones. De estas, 256 están por encima del promedio regular y serían atribuibles al COVID-19.

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El lunes 12, el COE cantonal de Guayaquil informó que el promedio de la semana epidemiológica 14 del 2021 (hasta el 11 de abril) era de 431 decesos, de los cuales 178 fueron a causa del virus. Es decir, la mortalidad en esa semana subió de 31,32% a 41,29%.

El incremento de fallecimientos era considerable, pues en tres semanas había pasado de 20 a 22,5 y llegó a 30 fallecimientos diarios por COVID-19. Entre el 11 y el 17, este promedio bordea los 40 por día.

También en la semana 14, la vigilancia epidemiológica registró un elevado número de casos sospechosos de COVID-19, con una incidencia que pasó de 12 a 13 por cada 10.000 habitantes. Mientras, la incidencia de casos confirmados por prueba PCR pasó de 3,2 a 3,7 por cada 10.000 habitantes.

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Según una fuente de la Mesa Técnica de Salud de Guayaquil, esa tasa sigue en alza y preocupa a las autoridades y médicos, que piden medidas más radicales.

Jorge Wated, secretaria de gabinete de la Presidencia de Ecuador, anunció que por cuarta vez el Gobierno declarará el estado de excepción, esperando que la Corte Constitucional no derogue la medida, como ocurrió en tres ocasiones anteriores.

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En Twitter indicó que se trataba de un estado de excepción selectivo, considerando las once provincias con niveles preocupantes del virus.

Wilson Tenorio, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, estimó que la restricción vehicular particular vigente de viernes a domingo, de 20:00 a 05:00, constituye una medida tibia frente a las variables fulminantes del virus que circulan actualmente en Ecuador.

Las autoridades sanitarias han confirmado las cepas de Reino Unido, de Nueva York y Brasil.

El médico Tenorio demandó un confinamiento como medida efectiva para frenar la transmisión. Refirió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que las pandemias se controlan evitando al máximo la movilidad humana y que destaca que en ese punto los gobiernos son clave para tomar decisiones al respecto.

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Aseguró que a nivel nacional mueren al mes entre 15 y 20 médicos de la primera línea de combate, por su continua exposición al virus.

“Estamos ante un repunte de casos, no una segunda ola, porque para que sea una segunda ola la primera debía de haber terminado en 0, y eso no ha pasado”, subrayó.

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En el cementerio Ángel María Canals, situado en el suburbio de Guayaquil, de los cuatro féretros que estaban en los exteriores del camposanto, tres estaban envueltos con láminas de plástico.

En tiempos de pandemia del COVID-19 y en días de un alarmante aumento de casos y de muertes, el embalaje determina a quienes presentaron un diagnóstico del virus.

En esos casos no están permitidos los velorios, la inhumación es directa y con escasa presencia de familiares.

Según los comerciantes que pasan el día afuera del camposanto, al menos diez entierros por jornada se registran en el espacio municipal.

No obstante, la mañana del domingo 18 ya se habían ejecutado seis y restaban los cuatro féretros que estaban en los exteriores y rodeados de parientes que lamentaban la partida.

“Era mi sobrino ahijado, murió del corazón, no por COVID-19″, especificó Victoria Sánchez, cuyo ataúd que contenía los restos de su ser querido no estaba envuelto con plástico.

Aníbal Fernández, empleado de funeraria, ratificó que el procedimiento indica que las urnas de los fallecidos por el virus deben ser embaladas y enterradas en el menor tiempo.

Afuera del hospital Los Ceibos, perteneciente al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el hombre de nacionalidad venezolana dijo que el servicio no estaba colapsado, como ocurría hace un año; que ahora cuando el familiar recibe un pronóstico desalentador del médico opta por hacer abonos por alguno de los paquetes exequiales.

Por el servicio económico, la familia puede cancelar entre $ 300 y $ 350; por los paquetes incluidos en la cobertura del IESS, el techo común es de $ 1.357, que incluye obituarios en redes sociales, según el ciudadano extranjero.

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El informe del Ministerio de Salud Pública (MSP) correspondiente al domingo 18 indicaba que Ecuador registraba 360.546 casos de COVID-19 confirmados con prueba PCR. Guayaquil contabilizaba 31.375 contagios.

La creciente demanda de pruebas PCR y la alerta de precios variables por el servicio llevó al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional a solicitar la regulación tarifaria al MSP.

En un conocido laboratorio de la ciudadela Kennedy, conductores que necesitaban realizarse la prueba PCR, de detección del COVID-19, formaron una columna que pese a los ingresos al local no dejaba de mantenerse en 200 metros de longitud. Foto: Ronald Cedeño

En un conocido laboratorio de la ciudadela Kennedy, el examen pasó de $ 80 a $ 65 hace pocos días. Allí, el domingo 18 se registraban colas de aproximadamente 200 metros y que incluso llegaban a la avenida Francisco de Orellana.

Entre los solicitantes constaban ciudadanos que necesitaban el resultado negativo para poder tomar un avión hacia al exterior. En ese grupo estaban los colombianos Julio y Andrea.

Luis Guamán, habitante de Durán, solicitó la prueba PCR para sus padres, pues había sospechas. Lo mismo hizo Amelia Pincay, moradora del suburbio de Guayaquil, quien pidió el test para sus hijas adolescentes. (I)