Días antes del confinamiento por la pandemia de COVID-19, en marzo del 2020, dos vehículos fueron robados en el sector Floresta 1, sur de Guayaquil. Uno de los afectados incluso vio cómo su carro estaba siendo sustraído por delincuentes: al abrir su negocio, a la altura de la calle Alberto Spencer, se percató del hecho.

Los robos a domicilios y de vehículos propiciaron que los vecinos se integraran para buscar soluciones. Eduardo Ramón, representante del comité barrial, explicó que, a pesar de vivir días complicados por los embates del coronavirus, lograron ponerse de acuerdo para gestionar acciones urgentes.

Mediante autogestión, lograron conseguir dos cámaras de vigilancia, que fueron instaladas en inmuebles a lo largo de la calle Alberto Spencer. Para ello, organizaron rifas, y varios vecinos también colaboraron con aportes económicos.

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“Con las rifas íbamos sacando 40, 50 dólares. También cada uno hacía su aporte, lo que haya, 5, 6 dólares. Usted sabe que en el confinamiento lo económico no era suficiente por todo lo que estábamos viviendo”, manifestó Ramón.

Meses después, en octubre del 2020, pudieron conseguir otras dos cámaras de mayor calidad en su resolución. El ciudadano contó que varios vecinos se encargaron de proveer internet desde sus casas para el funcionamiento de estos artefactos.

Asimismo, los moradores de ese sector compraron una alarma inalámbrica que pueden manejarla desde sus celulares. Los vecinos también monitorean la zona a través de sus teléfonos, a los que llegan los videos de las cámaras en tiempo real.

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Ramón indicó que sumaron a otro guardia para que custodie la zona en las noches.

“Desde que tenemos las cámaras, los dos guardias, la alarma, no hemos tenido robos de carros en la noche o madrugada, en que tenemos a los guardias dando vueltas. Además siempre estamos en contacto los vecinos, tenemos un grupo de WhatsApp, estamos atentos a todo”, manifestó Ramón.

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Cuatro cámaras y una alarma han sido ubicadas en la zona. Foto: José Beltrán Foto: El Universo

Hace algunos meses agregaron un cerramiento a otra de las peatonales en ese barrio. “Ya los pusimos antes por los hacheros; iban caminando por ahí, van viendo todo lo que podían cogerse, fumaban por aquí. También por el paso de motos a velocidad, porque cada que había un asalto aprovechaban las peatonales para huir. Se ha ido cerrando la mayoría”, dijo Ramón.

Unas 30 personas son quienes semanalmente se reúnen para coordinar acciones a ejecutarse en el barrio, que colinda con la cooperativa Nueva Granada, perteneciente al Guasmo central.

El parterre central de la calle Alberto Spencer, que divide estos dos sectores, fue pintado con colores celeste y blanco por los vecinos. Además, instalaron decoraciones con materiales reciclados, como llantas. Cada mes también realizan mingas de limpieza y el pintado de varias áreas en el barrio.

No obstante, varios vecinos comentan que hace falta la presencia policial en la zona. Mario Zambrano, morador de la cooperativa Nueva Granada, contó que en barrios cercanos se han registrado robos a personas y también de vehículos y accesorios.

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“Policías vienen pocos, por ahí en la tarde dan una vuelta y eso es todo. Hay muchos hacheritos que pasan por aquí, se ponen a fumar en la vereda”, sostuvo Zambrano. (I)