Esta semana no hubo la reunión que el gremio de transportistas en Guayaquil esperaba con las autoridades de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) y del propio Municipio, que ha descartado elevar el precio de los pasajes, fijado actualmente en $ 0,30.

Mientras la mitad de los 2.700 buses que operan en Guayaquil están aparcados en avenidas como la 25 de Julio, en el sur, o Barcelona, en el oeste, en la ATM no se ha programado una nueva reunión después de la que hubo el miércoles de la semana anterior, en la que no se llegó a ningún acuerdo para revisar la tarifa.

El Cabildo, que tiene la competencia del transporte, no planea subir el costo de los pasajes, ha dicho la alcaldesa Cynthia Viteri. ¿Entonces por qué la ATM trató el tema con los transportistas? La entidad es la encargada de elaborar informes técnicos, pero no se ha hecho y no se hará, al menos por ahora, ninguno con el fin que buscan los dueños de los buses.

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Y no se habla más del tema allí. “Todo es con la alcaldesa”, dicen en la agencia.

Esta no es la primera paralización parcial del transporte en Guayaquil en el 2021. El 8 de febrero los dueños de las unidades decidieron que estas se retiraban temprano (a las 16:30) aduciendo que no podían seguir operando a pérdida por el incremento gradual del diésel. La medida se suspendió con la promesa de hacer un estudio técnico que avale un incremento.

Para el 19 de abril hubo un anuncio de paro que no se cumplió. Cristian Sarmiento, presidente de la Federación de Transportistas Urbanos del Guayas (Fetug), que agrupa a 45 de las 65 cooperativas de buses, dijo entonces que el gremio no plegará a la suspensión del servicio en el Puerto Principal, “pese a que seguimos soportando el incremento del combustible que nos tiene liquidados. Pero el servicio a la ciudadanía está por encima”.

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La Fetug ya había presentado entonces una propuesta tarifaria al Municipio de Guayaquil y a la Gobernación del Guayas.

Llegó mayo, había un nuevo Gobierno (aunque la competencia para fijar el pasaje es del Municipio) y los transportistas volvieron a las medidas de protestas. Durante 13 días aplicaron una paralización parcial del servicio en las tardes y noches.

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Sarmiento ha dicho que ya no pueden seguir así, que el nivel de reactivación de los buses urbanos de Guayaquil es de un 55 % con respecto a los usuarios que tenían antes de la pandemia, y así no pueden mantener ni los costos de operación, menos aún pagar deudas al sector financiero, adquiridas para la renovación de unidades.

“Esto parece ser un juego de ping-pong, el Gobierno sube el diésel, los transportistas protestan y quieren que nosotros, los GAD, le pasemos el costo a la gente. Guayaquil no lo va a hacer. Se estudiarán alternativas”, dijo Viteri el pasado 29 de octubre.

Pero hasta ahora no está prevista ninguna reunión. Y, mientras tanto, los usuarios deben esperar más tiempo en las paradas o tomar otro tipo de transportes, como taxis formales e informales.

Según Guillermo Leones, representante del Colectivo de Organizaciones Sociales y Populares de Guayaquil, alrededor del 80 % de los habitantes del Puerto Principal usa transporte público.

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La suya fue una de las 18 organizaciones barriales que le pidieron formalmente a la alcaldesa Viteri que no permita un incremento del pasaje.

Leones, quien presentó el documento, recuerda que se ha planteado realizar una consulta popular a los guayaquileños para sea la ciudadanía la que decida si está o no de acuerdo con el alza.

Gelacio Mora, del colectivo Tejido Social de Guayaquil, considera que es “inconcebible” que los transportistas “se aprovechen de la crisis de los guayaquileños y ecuatorianos para pretender que el Estado les siga manteniendo sus negocios privados”.

La Fetug asegura que, a diferencia de protestas anteriores, esta vez no declinarán. “Trabajaremos con el 50 % del parque automotor todos los días que sean necesarios”. (I)