La situación del puente peatonal que une en 840 metros el sur de Guayaquil con la isla Santay vuelve a generar cuestionamientos sobre su posición en esa zona del río Guayas.

El pasado lunes 18, el buque de la Armada de Brasil Cisne Branco se impactó contra un tramo del paso inaugurado en el 2014. Aquel se convirtió en el quinto episodio de este tipo que sufre la estructura. En el primer incidente, un buque pesquero quedó a la deriva y tumbó un tramo del puente. Luego, hubo dos accidentes más con corbetas navales.

Respecto a la última emergencia marítima, el capitán del Puerto de Guayaquil, Danilo Espinoza, mencionó que la nave brasileña tenía previsto zarpar de Guayaquil a las 12:30 hacia Cartagena (Colombia), y media hora después cruzaría el puente basculante. Sin embargo, a esa hora, las imágenes del impacto del buque eran compartidas en redes sociales por el nuevo susto entre las personas que se encontraban en empresas y astilleros situados al pie del afluente. Ahí, incluso se observó a una remolcadora que se viró.

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“Posterior a este incidente, el velero fondeó, pero su ancla garreó, dirigiéndose rumbo al puente peatonal con la isla Santay. En esto, lograron controlar la maniobra; se presume que se superó la falla que hubo en el control de máquinas. Reiniciaron la maniobra y, antes de pasar por el puente peatonal, tuvieron otra falla y colisionaron con el puente”, refirió el capitán del Puerto de Guayaquil, y acotó que el buque naval brasileño tuvo además averías en el trinquete.

La Armada nacional anunció que una comisión técnica evaluará los daños e investigará dos posibles fallas que se presentaron en la embarcación brasileña. En el momento del zarpe, el velero presentó varios inconvenientes, hubo una supuesta falla en el control de las máquinas y sufrió un primer accidente con una embarcación que estaba acoderada a pocos metros.

Espinoza indicó que la Capitanía del Puerto de Guayaquil abrió un sumario investigativo para determinar las causas del siniestro a fin de analizar el asunto de las máquinas, y factores que intervinieron en el accidente, como la corriente, viento y maniobra de los remolcadores; una de esas incluso se viró en el río.

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Ayer, la embarcación permanecía en el muelle del Yacht Club Naval, en el malecón Simón Bolívar, centro de Guayaquil. Varios tripulantes se dedicaron a labores de mantenimiento y limpieza de la nave. Mientras, la Armada de Brasil deberá definir la compañía que realizará reparaciones en la nave ante este percance.

Observaciones de dirigente de prácticos

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Puente peatonal que une el sur de Guayaquil con la isla Santay. Foto: Archivo

En un comunicado, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) anunció la conformación de una mesa técnica para evaluar la situación del puente. Esa comisión se instalará el próximo lunes 15 con integrantes del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y el de Ambiante, Agua y Transición Ecológica, además de la Gobernación del Guayas, Alcaldía de Guayaquil, Armada nacional y técnicos especializados. En esta mesa se busca evaluar alternativas para la seguridad y navegación en el río.

José Segovia, presidente de la Corporación de Prácticos Marítimos del Puerto de Guayaquil, ratificó —al igual que otros especialistas que se han referido al problema en ocasiones anteriores— que la presencia del paso peatonal que conecta Guayaquil con la isla es un obstáculo a la navegación en el río Guayas, especialmente de naves que se movilizan hacia los muelles del malecón Simón Bolívar, e hizo observaciones a la labor de zarpe del buque Cisne Branco.

Está mal ubicado (el puente), mal diseñado y, adicionalmente, provoca una sedimentación tan bárbara que, de aquí en dos años más, eso de ahí prácticamente será intransitable”, dijo Segovia, al recordar que desde la construcción del proyecto mostraron su oposición por normas de seguridad marítima técnico-operacionales.

El práctico, con más de 20 años de experiencia, consideró que en la maniobra de la embarcación se dieron varias acciones erróneas, como en las condiciones de la marea, viento y velocidad. Para ello, consideró que debió realizarse en marea parada, a partir de las 16:00 y 17:00, y usar un remolcador con capacidad de fuerza que pueda asistir al buque. “El no haber tomado en cuenta los temas de marea y tiempo para hacer la maniobra dan muestra de que el expertiz no era el adecuado... Tuvo fallas de máquinas, pero si la maniobra se hubiera previsto hacerla en marea parada, no había influencia de la marea y el buque no hubiera corrido hasta el puente...”, comentó.

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Además, agregó que dentro de las indagaciones debe analizarse si se cumplió con el protocolo establecido a nivel internacional al salir del muelle, que evalúa varios parámetros, como la verificación de la operatividad de las máquinas del navío brasileño.

A favor de la remoción del puente, Segovia planteó que, además del horario de tránsito en horas de pleamar o bajamar en marea parada, deben establecerse normas de seguridad, de estricto cumplimiento, para mejorar la circulación marítima en la zona de influencia del puente Santay, entre esas, el uso obligatorio de remolcadores adecuados.

Indicó, como ejemplo, varias normas que se aplican a barcos pesqueros o remolcadores grandes que circulan específicamente en el área de la Aerovía, donde está permitido que naveguen de 23:00 a 05:00 (fuera del horario operativo del sistema aerosuspendido) bajo un minucioso control desde salida del muelle hasta el cruce por los pilotes del transporte aerosuspendido.

Propuso también que debe integrarse un organismo, formado por la corporación y la autoridad marítima competente, bajo una alianza público-privada, a fin de regular y controlar las labores de los prácticos. (I)