Llevan por nombre Jesús, en honor al Hijo de Dios, cuyo nacimiento el cristianismo lo recuerda cada 25 de diciembre. Eso ha marcado que vivan una Navidad de manera diferente. Sus padres decidieron bautizarlos con ese nombre por alguna gracia recibida o por agradecimiento y devoción.

En Ecuador, según datos del Registro Civil, hay 55.164 personas registradas con el nombre Jesús. De esa cifra, en Guayaquil viven 10.147.

Este Diario recogió las historias de tres guayaquileños de diferentes edades llamados Jesús. Ellos cuentan cuál es el origen de su nombre, cómo viven las festividades y lo que esperan para el nuevo año en unión con sus familias.

Publicidad

Gourmet navideño a domicilio: el negocio que emprendedores buscan hacer crecer con familias que no cocinan en festividades

Santiago Jesús Samaniego: A mí me dicen que soy casi un niño Dios

Santiago Jesús nació hace trece años casi en Navidad, el 26 de diciembre. La cercanía con la festividad motivó a su madre, Mariuxi Cedeño, a colocarle ese nombre. Inicialmente, el segundo nombre de Santiago iba a ser Javier.

Para la familia Cedeño, diciembre es un mes de doble festejo. Las novenas y tradiciones que mantienen para celebrar la Navidad tienen otro significado.

“En mi familia le dicen el niño Dios y es como si celebráramos a nuestro niño Dios en la tierra. Nos llena de alegría”, afirma la madre de familia, quien describe a su hijo como un niño tranquilo y enfocado.

Publicidad

Santiago Jesús dice sentirse afortunado de llevar el nombre del principal protagonista de diciembre. De hecho, esto no ha sido motivo de burlas entre sus compañeros de clase en el Liceo Panamericano; más bien lo ha permitido diferenciarse. “Nacer después de Navidad es significativo, es algo lindo que siempre va a ser especial. Casi nadie se llama Jesús y creo que eso es algo divino que siempre estará ahí. A mí me dicen que soy casi un niño Dios”, anota.

Él practica natación y antes de la pandemia recibía clases de jiu-jitsu, deporte en el que alcanzó la cinta amarilla. Se considera, además, apasionado por el arte y la cultura. Y aunque no ha definido qué estudiará en la universidad, afirma que buscará algo que se alinee a la artístico.

Publicidad

A un paso de la adolescencia mantiene la idea firme de lo que significa la Navidad. “La Navidad es unión en familia, unión y nada más que eso. Eso espero que se mantenga para 2023”, dice Santiago Jesús, el último de tres hermanos (Martha y Michael).

Hoteles de Guayaquil preparan la cena navideña para el 24 de diciembre, para los que salen y para los que festejan en casa

Nelson Jesús Sabando: Mi mamá tuvo un acercamiento religioso antes de mi nacimiento y ahí decidió llamarme así

Nelson Jesús Sabando tiene 25 años y vive en Bastión Popular. Foto: Cortesía

Un acercamiento a Dios durante el embarazo fue lo que motivó a la mamá de Nelson Jesús a colocarle ese nombre. “Desde niño me inculcaron el amor por las escrituras y a Dios. Desde niño entendí que mi nombre significaba mucho. Mi mamá tuvo un acercamiento religioso antes de mi nacimiento y ahí decidió llamarme así”, relata el joven de 25 años.

La infancia de Nelson Jesús fue de transiciones y de búsqueda de grupos que afiancen su fe. Él asegura que emprendió ese proceso a la edad de 9 años como una forma de autodescubrimiento y, más aún, para honrar a su nombre. A los 12 inició estudios de catequesis con dos guías que lo ayudaron por casi cuatro años.

En su adolescencia, a los 16 años, un párroco le dijo que él tenía la vocación para realizar los estudios sacerdotales. Sin embargo, él tenía otras aspiraciones ya que su sueño era casarse y tener una familia. En ese camino religioso también formó un grupo junto con otra compañera para continuar con la prédica.

Publicidad

“Yo solo quería crecer en conocimiento y continuar acercándome a Dios”, relata Nelson Jesús. Años después, en 2014, comenzó a impartir la palabra en zonas periféricas de Guayaquil. En esos años llegó a sectores como Monte Sinaí y sirvió para grupos de adolescentes y niños.

A sus 25 años y con la experiencia adquirida, él asegura que año a año ha madurado su concepto de la Navidad.

“Cuando entendí quién era el hijo de Dios y cuando entendí que yo llevaba ese nombre, ahí le comencé a encontrar el significado. A mis 25 años me sigue emocionando esta fecha, más aún porque en este mes aquellas personas que no tienen una relación cercana a Dios lo hacen así sea vagamente lo recuerdan”, cuenta Nelson Jesús.

Desde hace más de 25 años, Gladys gusta de realizar artículos navideños y decorar hogares con objetos reciclados

Carlos Jesús Vásquez: Mi papá siempre fue un fiel seguidor del Jesús del Gran Poder y ahí la razón de mi nombre

Carlos Jesús Vásquez tiene 44 años, está casado y tiene dos hijas. Foto: Cortesía

Como una mezcla de honor y devoción es como define Carlos Jesús Vásquez a su nombre. El primero es una honra a su abuelo y el segundo se debe a la devoción de su padre a la imagen del Jesús del Gran Poder. Su nombre, además, tiene la historia del milagro previo al parto, su madre tuvo complicaciones.

“Mi papá siempre fue un fiel seguidor del Jesús del Gran Poder y ahí la razón de mi nombre. Él asistía a las procesiones en Quito y en Guayaquil iba a la del Cristo del Consuelo. Allí él recorría y se encomendaba. Mi madre también se encomendó antes de mi nacimiento porque era su único hijo varón”, relata el padre de familia de 44 años.

En su niñez acostumbró a acompañar a su madre a las procesiones, sobre todo las que tenían que ver con Jesús. Esa, considera, era y es una forma de honrar el nombre que lleva y a su padre, quien falleció cuando él tenía ocho meses. Una de las caminatas que más recuerda es la del Divino Niño que salía desde el centro de Guayaquil hasta Durán.

Con el paso de los años, Carlos Jesús dice que disfruta más las festividades. Sus hijas se han convertido en su motor. “Mi hija menor entiende qué es Navidad y se emociona. Yo a ellas les he dicho que esta fecha es para compartir, para la familia. A ellas tengo el deber de enseñarles que debe ser una tradición pasar juntos y hacerlas entender que este es el momento de reconciliación y perdón”, dice Vásquez.

Este año el festejo será más tranquilo para la familia, cuenta Carlos, ya que han transcurrido pocos meses del fallecimiento de su mamá. (I)