Al igual que niños, residentes del Instituto de Neurociencias recibieron el aperitivo de su preferencia luego de haber sido inmunizados con la dosis de Pfizer por un equipo del Ministerio de Salud Pública. La jornada de vacunación anti-COVID-19 se desarrolló desde las 09:00 hasta las 17:00 de este martes 1 de junio.

La población de ese hospital no había recibido la vacuna debido a que ellos tienen problemas de movilidad por su condición médica y social. Sin embargo, el pasado viernes, el vicepresidente Alfredo Borrero al recorrer los hospitales ofreció dar prioridad a este grupo, ya que algunos sí se habían contagiado de COVID-19 y ponían en riesgo a los otros residentes, ya que no acatan las reglas de bioseguridad por su padecimiento.

Susana Ordóñez, jefa de residencia del hospital de Neurociencias, explicó que fueron 300 las personas inoculadas; de ellos, 176 residentes (viven en el instituto), 104 de hospitales (atención temporal por meses) y 20 de unidad de conductas adictivas; y que también se aprovechó para vacunar a un par de profesionales de la salud rezagados que estaban en el sitio.

Publicidad

“Nosotros pedimos la vacunación para ellos, porque no todos soportan el uso de la mascarilla. Durante esta pandemia hemos orado mucho, y un cuidado extremo con nuestro personal para que no se enfermen”, contó.

Acotó que los residentes se dividen por niveles: A, B y C, que son los que tienen mayor complejidad en su conducta. “Por ejemplo, el grupo C son más mayorcitos, tienen parálisis cerebral; ellos deben ser en todo momento asistidos, no hablan, tienen un deterioro bastante severo, por lo que con el Ministerio hemos hecho una logística para que se puedan vacunar sin mucha espera. En cambio, en el nivel A sí tienen mayor comprensión de la situación, esperan de mejor manera; ellos fueron los primeros en ser inmunizados”, comentó Ordóñez.

Ella comentó que se conversó con las familias de quienes residen allí para que sepan sobre la inmunización y lo necesario que es para que estén protegidos. Durante el proceso algunos pacientes y residentes no quisieron acceder a la vacuna, pero les ofrecieron sus refrigerios preferidos, como papitas y bebidas, para que accedieran de la mejor forma y puedan estar protegidos de la enfermedad grave. Para los pacientes complejos acudió el auxiliar de confianza para darles mayor seguridad durante el proceso.

Publicidad

“Yo siempre digo: ellos son niños en cuerpo de adultos, su mentalidad es de niños, se los trata con amor y paciencia. Y a las familias hay que darles la tranquilidad de que aquí se los está cuidando, monitoreando, ellos deben estar protegidos”, comentó Ordóñez.

Añadió que estos pacientes, a más de sus problemas sociales y conductuales, también tienen daños físicos, como por ejemplo en su hígado, por consumir medicamentos por tiempos prolongados.

Publicidad

Ella acotó que solo un grupo de 24 personas que tienen enfermedades complejas no fue inmunizado por recomendación médica, y se mantendrán los cuidados extremos con ellos. (I)