Las compras de última hora para la cena de Fin de Año las realizó Juventina Martínez en compañía de su esposo. Este año, en su familia decidieron reemplazar la pierna de cerdo horneada por paella de mariscos. Para ello, asistieron a comprar al mercado Caraguay todos los ingredientes.

Allí adquirieron, el pasado miércoles, al menos 20 libras de productos de mar, entre camarón, pulpo, calamar y langostino.

“Vamos llevando todo con anticipación, porque la familia llega de Cuenca, Quito y Quevedo en la mañana del 31, y ahí ya todo estará colapsado o cerrado”, dijo Martínez. Esta, además, será la primera ocasión en que recibirá a sus parientes en casa.

Publicidad

Gobierno no planea restricciones para Fin de Año, pero médicos aconsejan tener cuidados en reuniones masivas

Contó que en 2021 quiso cambiar el menú de la cena para despedir el año, pero su esposo e hijos no lo permitieron. “Ahora que viene más familia, les dije para hacer una paella y al otro día comer albacora asada”, contó la mujer, de 47 años.

La extensa familia de Roberto León decidió apuntar al encocado de mariscos para la comida de despedida del 2022. Esta decisión también está empujada por lo monetario, ya que él se quedó sin empleo en octubre de este año, y costear un pavo o una pierna de cerdo le resulta más complicado.

Roberto también llegó hasta la Caraguay para comprar pescado, camarón, pulpo y robalo, además de productos para la preparación, como los vegetales e incluso el coco.

Publicidad

Los comerciantes pesan las grandes piezas de albacora antes de empaquetarlas y venderlas. Foto: El Universo

“Soy esmeraldeño y siempre he querido que mis hijos valoren la comida de Dios, esa con la que nos criamos allá en mi tierra. En Navidad hice un esfuerzo con unos cachuelos y compré el pavo, pero ahora esto se ajusta más a mi presupuesto”, contó León.

En el mercado también adquirió unas libras extras de camarón para el cebiche del 1 de enero. Ese día tiene previsto recibir a amigos a partir de las 09:00.

Publicidad

En la Caraguay, según cuentan comerciantes, el movimiento se incrementó desde el martes 27. La demanda se ha centrado en tres productos: camarón, pulpo y albacora, todos destinados a platillos de la cena de Fin de Año y el desayuno o almuerzo del 1 de enero, luego de las celebraciones.

Jesús Rosero, vendedor de mariscos en uno de los puestos del mercado, dijo que las familias pasaron de llevar de dos a tres libras de un producto a 15 e incluso 20 libras.

“Me han dicho que es para la paella, para lasañas, para arroces de mariscos. Todo lo llevan como para más de cinco personas. Aquí han venido también para comprar y llevar congelado al Oriente”, contó.

Camarón y albacora figuran entre los mariscos más comprados. Foto: El Universo

En la zona de pesca negra, las unidades de albacora se apilan en grandes gavetas para ser pesadas. Algunas están congeladas y otras son frescas.

Publicidad

El comerciante Hernán Goya detalló que, aunque la mayor parte de los compradores son propietarios de picanterías, han llegado grupos de hermanos o de primos a cotizar y preguntar cuánto pescado se puede llevar para la preparación del encebollado. La libra de este pescado bordea los $ 1,20 si es congelada y $ 1,60 si está fresca.

“Hemos visto cómo preguntan y dicen: ‘Es para el 1 de enero’; ‘Es para comer a las 22:00, antes de tomarse unos tragos’; ‘Es para el 31′. Ahí vemos que siempre hay familias que quieren salir de lo común, del pavito, y comer otra cosa”, anotó.

Algunas variedades de pescados y mariscos registran leves alzas en precios

Los emprendedores de cenas que ofertan sus menús por redes sociales para el 31 y el 1 de enero han optado también por incluir platos con mariscos, sobre todo con camarón y pulpo.

En una búsqueda realizada por este Diario se constató que en cada negocio hay más de dos opciones variadas con estos productos. Entre las principales está el ofrecimiento de la paella, del risotto con mariscos, del cebiche e incluso de los rollos de sushi.

Para Keren Aguirre, la cena de Fin de Año puede ser una excusa para recordar a aquellas personas que ya no están. Ella es de Portoviejo; en su familia, su tía y abuela —que fallecieron en 2020 por COVID-19— acostumbraban preparar cada 31 de diciembre unas tortas de verde con pescado asado.

“Este año, después de casi tres años, nos vamos a reunir. Nosotros quisimos despedir el año como lo hubieran hecho ellas, manteniendo esa tradición”, contó. Keren viajará junto con su esposo a Manabí la mañana del 31. (I)