Descendió de un bus de transporte público en la vía Perimetral, en el ingreso al Fortín, y continuó su camino hacia el plantel educativo donde labora en horario vespertino en la zona conocida como la Consolata. Para llegar a ese lugar hay que adentrarse por varias cuadras.

Antes de ello, en un paso peatonal de la avenida principal, un hombre la siguió por varios metros con la intención de robarle sus pertenencias con un arma cortopunzante, pero ella logró evitar eso. Salió corriendo y se escabulló entre los peatones.

Ese hecho ocurrió a una docente fiscal en este año lectivo cuando se dirigía a sus labores en un plantel fiscal del sector, a las 13:00 aproximadamente.

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“El chico como que estaba titubeando, como en trance (por alguna droga). Estamos en alerta todos, los alumnos, profesores”, comentó la docente Roxana, al narrar este suceso ocurrido con su compañera. Con esa clase de hechos convive la comunidad educativa en la zona, contó.

En sus ingresos o salidas, en este año, la delincuencia también atemoriza en mayor grado a profesores de instituciones de distintos sectores como en sitios periféricos del norte, sur e incluso del centro, según los propios docentes.

Semanas atrás, en Socio Vivienda 2, una escuela fue cerrada temporalmente debido a una balacera. Se conoció que los impactos de bala quedaron en paredes internas del plantel y que incluso integrantes de bandas se subieron a techados de la escuela para dispararse.

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Docentes que laboran en sectores de la periferia han sido víctimas de robos. Foto : Francisco Verni Foto: Archivo

También este año, en un plantel privado del sur de Guayaquil, un ciudadano fue asaltado a pocos instantes de la salida del área de inicial de esa institución, que debió activar protocolos para precautelar la integridad del alumnado. En ambos casos, no hubo heridos.

Por ello, algunos docentes contaron que procuran salir en grupo, no ir en solitario, pedir apoyo de expresos o de colegas que tengan auto para que los dejen seguros donde esperan menor presencia de personas que pudieran aprovechar para atracarlos.

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Otra profesora, Elena, quien lleva veinte años en un plantel del centro, ha sido víctima del hampa. Ella comentó que a la salida de sus labores, cerca de las 15:00, aguardaba el paso de una unidad de transporte cuando dos sujetos comenzaron a intentar forzar llevarse su cartera, que tenía documentos, dinero y su teléfono celular con el que se mantiene en comunicación con docentes y padres de familia. Ella terminó atemorizada por ese episodio en el que nadie la asistió mientras los antisociales huyeron.

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Otra docente de la isla Trinitaria, Yolanda, sufrió el robo de sus artículos personales cuando fue asaltada este año en las inmediaciones de una institución educativa, contó Hilario Beltrán, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE) en Guayas.

Beltrán reconoció que la delincuencia afecta “terriblemente” a los maestros e incluso pone a menores como testigos o víctimas de hechos de sangre en distintos sectores del país, incluyendo Guayaquil.

En planteles, los docentes también toman previsiones para evitar ser asaltados. Foto: Referencial

Él aseguró que “muchos” docentes han sufrido asaltos, así como lo sufren expresos escolares y negocios comerciales de distintas zonas. “Una de las alternativas fundamentales es que deroguen ese artículos del COIP (Código Orgánico Integral Penal), en el cual se da libertad de uso de gramos por droga, eso complica la actividad de policías y jueces”, comentó.

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En un plantel fiscal de la vía a Daule, otro maestro contó que ahora con los reportes de delincuencia trata de estar alerta en sus salidas y no exponer mucho sus artículos personales. “No se ha dado algo por aquí, de repente porque es una avenida movida”, comentó el docente, que en horario de salida se suele ubicar en el portón principal cumpliendo la tarea de inspección del ingreso ordenado de padres de familia para el retiro de sus hijos. Así se trata de precautelar la seguridad de todos.

Por otra parte, otra docente de un plantel en la zona del Fortín dijo que muchos padres procuran ubicarse en los alrededores de los planteles educativos a esperar a sus hijos para llevárselos apenas salgan, ya que suelen aparecer personas que buscan acosarlos para asaltar incluso a los menores. “A lo que salen, personas les quieren robar; por lo general, los padres los vienen a ver, esa es una buena táctica”, comentó.

Pero también hay docentes que en las mañanas han sido víctimas de robos en los buses que cogen entre las 05:30 y 06:00 para estar a tiempo en sus planteles.

La semana pasada, ‘Patricia’, una docente de una escuela de Monte Sinaí, fue víctima de robo en la vía Perimetral antes de las 06:00. Ese día ella tomó el bus en la autopista Narcisa de Jesús y unos kilómetros más adelante, cerca de Pascuales, dos hombres y un mujer se levantaron a robar. “Uno me puso la pistola en la cabeza para que le entregue todo lo que llevaba, hasta una lonchera con comida se robaron”, sostuvo.

Ante los hechos delictivos, la Policía Nacional coordina la activación de botones de pánico y mantiene comunicaciones con las comunidades educativas de los planteles. Asimismo, el general Víctor Zárate, comandante de la Zona 8 de la Policía Nacional, anunció la activación del plan “Colegio Seguro” para brindar el apoyo con motorizados en el ingreso y salida de los estudiantes y sus representantes.

Además de ello, dijo que se darán recomendaciones para prevenir hechos de violencia, que este año también se replican en expresos escolares.

Asimismo, el Municipio ha dispuesto el despliegue de canes y agentes metropolitanos para que resguarden en unidades educativas con el propósito de precautelar la seguridad y también el microtráfico de drogas.

Por esta última problemática, en días pasados, padres de familia de una escuela fiscal de la Balerio Estacio expresaron su temor por supuestas amenazas de grupos delictivos que amedrentan para seguir operando en la zona.

El dirigente Beltrán consideró vital la unión de la sociedad para que se endurezcan las leyes en contra de los delincuentes. (I)