En ciertas calles y avenidas del centro de Guayaquil el tiempo de traslado de vehículos se ha tornado más extenso del acostumbrado que en años anteriores previos a la pandemia, según choferes.

A partir de la reactivación de distintas actividades al modo presencial, ese ambiente se percibe en distintas arterias que conduce el tráfico en distintos sentidos, como la av. Machala, av. Quito, Rumichaca, Colón, Cuenca, Chile, y otras de importante movimiento comercial, financiero, colegial y empresarial.

Indistintamente de las denominadas horas pico, en esa importante arteria vial, así como en otras calles, se evidencian atascamientos en otros horarios en la urbe, que se calcula hasta el año pasado tenía un parque automotor de 633.605 vehículos.

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Un ejemplo se observa a diario en la avenida Machala, importante vía que conduce del centro hacia el sur. El pasado viernes, un grupo de buses y vehículos livianos, distribuidos en seis y hasta siete carriles, pugnaban por avanzar a lo largo de la vía desde la calle Padre Solano en dirección hacia el sur. Iban a baja velocidad, a unos 20 kilómetros por hora, al tratar de avanzar entre dos y tres cuadras y luego detener la marcha en la luz roja y continuar a ese paso hasta la calle Gómez Rendón.

Ya no solo es cuestión de las denominadas horas picos. La congestión vehicular se extiende a más puntos del norte de Guayaquil

Aquel es uno de los puntos del casco céntrico en que frecuentemente hay congestión vehicular. El miércoles pasado, a las 10:45, conductores se quejaron de que haya tantos vehículos que el tránsito iba muy lento desde la calle Padre Solano hasta la Clemente Ballén.

“Aquí los buses se pasan y quedan bloqueando parte de la vía, lo mismo pasa en la avenida Quito y Clemente Ballén, otro sitio de congestión porque hay muchos buses que bajan por esa calle, creo yo que no se abastece, mucha congestión, peor alrededor del Mercado Central”, comentó uno de los conductores de taxi que frecuenta esas zonas.

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En el centro mismo, otro sitio donde se originan atascos es, por ejemplo, en la calle Rumichaca, en el centro de Guayaquil. Allí influyen diversos factores según conductores y agentes de tránsito de la zona.

Uno de los primeros señalamientos es que la calle es angosta y recibe diversos tipos de vehículos, incluyendo camiones que alteran la fluidez de los otros vehículos automóviles privados, expresos escolares, motos, y los buses que en teoría deben circular por el carril derecho.

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Tránsito vehicular en la avenida Quito, en dirección sur-norte. Foto: El Universo

Fernando Ronquillo, conductor y residente del centro, indicó que una problemática es que camiones y camionetas aprovechan de que ya no es hora pico y acuden a esa zona para llevar o dejar colchones, muebles y diverso mobiliario de madera y materiales de ferretería.

“Aquí el problema es el volumen comercial y la gran cantidad de vehículos que usan esta calle. Los camiones y camionetas atascan la circulación a toda hora, pero tampoco es culpa de ellos porque es su trabajo, se quedan para descargar o cargar mercadería y de ahí es cuando se empieza a originar el desorden”, comentó.

Añadió que solo basta que se comience a poner apretada la situación desde Rumichaca y Colón con la venta de camas, cómodas en el carril izquierdo generalmente para que incluso los buses ya no vayan por el carril derecho, sino en el del medio ya se empieza a atascar.

Jorge, trabajador de una ferretería en las calles Rumichaca y Aguirre y residente del Fortín, comentó que el tráfico en horas no pico se da más en cinco cuadras, desde la calle Colón hasta Aguirre, es decir, las zonas críticas se concentran en las intersecciones con las calles Sucre, 10 de Agosto, Clemente Ballén, esta última por la que ingresan varias líneas de transporte que vienen del norte y noroeste como dos rutas de la línea 8, Balerio Estacio y Sergio Toral.

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“Son lapsos en que escuchas los pitos de los buses, de los carros y uno se estresa mucho, pero solo hasta Aguirre es lo más crónico, luego ya va fluyendo poco a poco porque más adelante ya los buses toman otras calles”, explicó el joven trabajador.

Otra zona complicada, en el caso central, sin ser hora pico es el tramo de la calle Chile, desde Colón pasando por el paso elevado hasta Cuenca. Allí también se dan momentos en que los vehículos avanzan lento debido a la cantidad de carros que salen desde el Mercado Central-Bahía hacía el centro-sur y sur de la ciudad.

Jairo, un conductor que se moviliza a diario por distintas zonas de la urbe, comentó que el pasado martes le tocó esperar más de cinco minutos en ese puente a desnivel. Él pensó que había algún accidente, pero se percató de que era la cantidad de carros y que en las calles transversales que cruzan ese sector de la Bahía también había bastantes autos y compradores.

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De igual manera, ese martes anterior, en Colón y Pedro Carbo, al igual que en la calle Eloy Alfaro, antes de ingresar a la Bahía, en el paso se evidenciaba un alto número de vehículos que circulaban hacia el norte. En el paso que conduce de la Alfaro hacia la avenida Olmedo también se repiten los congestionamientos. Allí, suelen detenerse vehículos a dejar o tomar pasajeros y ello deriva en más complicaciones en la fluidez del tránsito.

En algunas vías del centro, la Agencia de Tránsito y Movilidad dispone de agentes de tránsito que coordinan la movilidad de los choferes, incluso desvían a los automotores hacia rutas alternas en caso de cierre por accidentes o reparaciones de vías, además vigilan el cumplimiento de las normativas de tránsito.

El general Luis Lalama, director de operaciones de la ATM de Guayaquil, sostuvo que hay diversos sectores en la urbe, incluyendo el centro porteño, que tienen problemas de congestionamiento vehicular y que lamentablemente esto va a seguir, pero que se está trabajando para la movilidad en el tránsito que no haya columnas de vehículos y por eso se está trabajando en varios puntos de la ciudad. (I)