En sus orígenes, la escalera era un medio para facilitar el tránsito entre diversas zonas geográficas,  como montañas y valles. Luego, el hombre la agregó a su hogar para comunicar los diferentes niveles de la casa. Y de esto, hace milenios; se estima que en el año 5.000 a. C. dimos nuestros primeros pasos alejándonos del suelo.

Otra razón por la que esta estructura guarda tanto significado para la humanidad es su halo espiritual. Para muchas civilizaciones antiguas (como la India) la escalera permitía acortar la distancia con la divinidad más influyente de la historia: el sol.

Está claro que las escaleras cumplen un rol funcional en la arquitectura. Pero múltiples ejemplos en la historia de la construcción nos demuestran que también se ha convertido en elementos esculturales. Aquí la muestra. 

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El dragón de Sanxiantai

Así se llama la escalera de esta isla del mismo nombre en Taiwán, por las ondas que recuerda al mítico animal del folclore asiático. Consta de ocho puentes arqueados que conectan la isla con la costa taiwanesa. Fue construida en 1987.

Chand Baori

Se trata de un antiguo aljibe, o lo que conocemos hoy actualmente como cisterna, en la India. Se compone de alrededor de 3.500 escalones sumergidos a 30 metros del suelo.

The Vessel

Está en Manhattan, Nueva York. Se considera más una escultura interactiva de 45 metros de altura que una escalera. La diseñó Thomas Heatherwick.

La 'Umschreibung'

Es una doble hélice instalada en un edificio de oficinas en Múnich. Se trata de dos escaleras de caracol entrelazadas. Creación de Olafur Eliasson en 2004.

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Bramante flamante

La antigua escalera de caracol de los Museos Vaticanos es uno de los elementos más bellos de este espacio. Conocida como la escalera Bramante, fue construida originalmente en 1505  y la nueva se completó en 1932.

No es montaña rusa

En esta ‘montaña rusa’ las personas se elevan a pie. Se llama Tiger & Turtle Magic Mountain y fue diseñada por Heike Mutter y Ulrich Genth. El bucle vertical obviamente es intransitable. Pero a estos artistas les gustó soñar que es posible.

Fuentes: Arkiplus y Architectural Digest