Ciertas veces calcular las raciones al cocinar no es tarea fácil, preparamos más comida a pesar de que sabíamos que solo había dos invitados a la cena, u ordenamos comida a domicilio demás.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura calcula que cada año se desperdician 1.700 millones de toneladas de alimentos, tanto en hogares como en restaurantes.

“El problema en el proceso de recalentar alimentos es que los gérmenes pueden proliferar y ocasionar una toxiinfección a los comensales”, explica Marta Loya a La Vanguardia, que es docente de cocina y pastelería de la Escuela de Hostelería y Turismo Simeone Ortega.

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Estos son algunos consejos para que el guardar y calentar las sobras de comida se convierta en costumbre, sin trabajo arduo alguno, mientras cuidas la salud de los tuyos.

¿Cómo debemos recalentar?

¿Cuál es la forma más segura de calentar la comida? Foto: Shutterstock

Loya cuenta que existen formas con las que podemos mantener los nutrientes y el sabor de los alimentos sin que ganen bacterias.

- Cuidado en el proceso de descongelación: cuando descongelemos debemos hacerlo siempre en la parte baja del refrigerador y nunca afuera “porque los gérmenes proliferan en la temperatura ambiente que hay en las casas, pero les cuesta más hacerlo dentro de la nevera”.

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- Recalentar a altas temperaturas: si el alimento no ha sido congelado conviene recalentarlo a 65º, así conseguiremos frenar “la proliferación de bacterias”.

Por último, la experta recomienda no recalentar un plato más de una vez.

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Sin embargo, el European Food Information Council recalca que hay alimentos con los que debemos ser especialmente cuidadosos, debido a que su composición se modifica con mayor facilidad durante los cambios de temperatura.

Mide el tiempo

Según expertos de cocina de OkDiario, lo primero y más importante a tener en cuenta es el tiempo. Una vez que hemos cocinado los alimentos, tenemos que guardarlos en el refrigerador o en el congelador en un plazo de dos horas para evitar la proliferación de bacterias. Esto es esencial durante todo el año, pero muy especialmente en los meses de calor.

¿Y la temperatura...?

La mayor parte del desperdicio de alimentos —equivalente a un 61%—, proviene de los hogares. Foto: GETTY IMAGES

Se dice que hay que esperar a que la comida se enfríe un poco antes de guardarla en el refrigerador. Pero, ¿realmente esto es así? Los expertos consideran que no. Es más, recomiendan justo lo contrario: meter la comida que haya sobrado en la refrigeradora lo antes posible, aunque esté caliente.

Las sobras siempre tenemos que guardarlas a una temperatura máxima de 5 grados. Cuando vayamos a recalentarlas, tenemos que hacerlo a 60 grados.

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Alimentos crudos y cocinados

La organización de la refrigeradora es clave para evitar el desperdicio de alimentos y la contaminación cruzada. Los alimentos crudos pueden portar bacterias, así que nunca hay que mezclarlos con los cocinados. Los primeros debemos almacenarlos en la parte baja, y los segundos en las casillas superiores.

¿Qué hacemos con las sobras de verduras?

Si las vamos a consumir en un plazo de dos días podemos guardarlas en un recipiente hermético y meterlas en el frigorífico. Si lo que queremos es congelarlas, lo mejor es escaldarlas. Es decir, una vez listas, las pasamos por agua helada para detener el proceso de cocinado, las escurrimos y las guardamos en una bolsa especial para congelar.

Alimentos congelados

Foto: Ello en Unsplash

A la hora de congelar los alimentos tenemos que indicar la fecha. ¿Por qué? Porque al contrario de lo que se suele creer, no pueden permanecer en el congelador indefinidamente. En el caso de las frutas y las verduras, aguantan unos ocho meses, mientras que la carne cruda puede estar en el congelador hasta 12 meses. En cambio, si la carne está cocida solo se mantiene bien entre cuatro y seis meses.

Estos son los principales trucos para guardar sobras de comida y no tirar nada.

La sobra más frecuente, la pizza

Hay sobras más frecuentes que otras, el secreto para recalentar platos reside tanto en la conservación de esas sobras como en su posterior recuperación. Cada alimento tiene un truco en específico, por ejemplo, la pizza.

- Pizza: hay que asegurarse de que “las porciones están completamente frías antes de meterlas en el frigorífico”, después, debemos cubrirlas completamente con papel transparente para que se oxiden lo menos posible, recomiendan expertos.

Para evitar que se quede con esa textura “chiclosa” aconsejan precalentar el horno a unos 180º durante 15-20 minutos y bajar la temperatura hasta los 80-90 grados al meter la pizza. En unos dos o tres minutos estará lista. (F)