Algo sucedió en Italia entre el nacimiento de Dante Alighieri en 1265 y el fallecimiento de Galileo Galilei en 1642, algo que transformó para siempre la cultura de la civilización occidental. En el caso de la pintura, la escultura y la arquitectura, para mencionar solo tres ejemplos, el cambio fue tan radical y profundo que prácticamente no hubo retorno alguno al estado de cosas que había antes. Pero más importante aún fue el cambio que ocurrió en la concepción que sobre la humanidad comenzó a emerger durante esos largos años. La ciencia, la política y la organización social se vieron transformadas con igual intensidad.

Todas estas ideas y esta nueva visión del ser humano, de la sociedad y de la propia historia ocurrieron en Florencia, una pequeña ciudad ubicada en el norte central de Italia, región de la Toscana. No parece ser una coincidencia que era prácticamente la única república de la península italiana. Una región llena de principados, ducados y reinos que estaban dominados por gobiernos despóticos, con la única y notable excepción de Venecia. Tampoco deja de llamar la atención que en esta pequeña república se desarrolló de manera acelerada la industria textil de tal forma que terminó por convertirse en el centro de exportación de telas más pujante de toda Europa. Y que, en consecuencia, en esta pequeña república se acumuló mucha riqueza, tanto que se convirtió en el centro financiero más importante del continente. Definitivamente, no era una ciudad como Milán, Nápoles, Aragón o Marsella.

‘The Florentines: From Dante to Galileio’, obra de Paul Strathern. Foto: El Universo

Esta sutil conexión entre las virtudes cívicas de una república y el espíritu comercial de empresarios y banqueros, y la incidencia que la combinación de ambas fuerzas tuvo en las artes, la literatura, la ciencia y la política es uno de los argumentos que subyace a lo largo del reciente libro de Paul Strathern (1940) The Florentines (Pegasus, 2021, 371 pp.). El libro aborda este complejo como popular tema mediante los cruces y coincidencias en las vidas de una constelación de personajes.

En un primer momento fue el impresionante escritor Dante y los artistas Giotto, Cimabue y Duccio, para luego del paréntesis que produjo la peste, verse seguidos por individuos como Boccaccio, Petrarca, Uccello, Brunelleschi, Botticelli, Miguel Ángel, Maquiavelo, Leonardo y Galileo, así como los Medici, los dueños del primer emporio financiero multinacional e importantes mecenas de las artes. En todos ellos latía una concepción de la vida en términos más humanos que sobrenatural. El arte se convirtió en una forma de aprendizaje de la realidad, de una realidad que no solo estaba imbuida por pasiones, sino también diseñada por las matemáticas y el cálculo.

Strathern es un conocido escritor y académico, ganador del premio Somerset Maugham. Hizo sus primeros estudios en Física y Matemáticas en el Trinity College, antes de dedicarse a la Filosofía. Su libro El artista, el filósofo y el guerrero está traducido al español por la editorial Ariel. (O)