Voy a arrancar este artículo con una opinión probablemente impopular: no me gusta el VAR de este Mundial de Qatar 2022. Entiendo que se busque obtener la mayor precisión posible, pero considero que, en esta ocasión, se ha ubicado a la tecnología por encima del deporte.

¿Cuál ha sido el problema? Que la finalidad no fue mejorar la experiencia del juego, sino la de buscar infracciones que puedan ser indicio de ventaja. Y, aunque no lo parezca, son enfoques diametralmente opuestos.

Pero este problema no es nuevo. En algunas áreas de Recursos Humanos, cuando he preguntado sobre los indicadores principales que están llevando, me responden entregándome el control de asistencia. ¿Es broma?

Los indicadores son absolutamente necesarios, pues lo que no se mide, no se puede mejorar. Y, en plantas de producción, áreas comerciales, financieras, entre otros, son claves para entender que los objetivos se están alcanzando.

Pero muchas áreas de Talento Humano tienen problemas a la hora de determinar sus indicadores, y, la verdad es que no los culpo, pues no es fácil medir la gestión de las personas. Por esta razón, muchas terminan yéndose hacia la solución más tradicional -como el control de asistencia- y, en algunos casos, consideran un avance mejorar la tecnología para ser más precisos a la hora de detectar retrasos o inasistencias. ¿Les recuerda al VAR arriba mencionado?

En algunas áreas de Recursos Humanos, cuando he preguntado sobre los indicadores principales que están llevando, me responden entregándome el control de asistencia. ¿Es broma?

Para determinar un indicador, primero es necesario entender cuál es su propósito. Por ejemplo, se mide la temperatura de cocción de los alimentos porque queremos garantizar su inocuidad. Pero en el caso de las personas, el área de Talento Humano deberá preguntarse primero cuál es el propósito de su gestión. Para eso, me permito sugerir algunas preguntas:

  1. ¿Qué competencias debo desarrollar en los colaboradores para cumplir nuestra promesa de valor?
  2. ¿Qué competencias debo desarrollar en los líderes para gestionar la cultura deseada en la organización?
  3. ¿Qué actitudes debo promover para que el estilo de trabajo fomente la calidad y el servicio que deseamos entregar a nuestros clientes?

Teniendo claridad en estas respuestas, ahora abramos el abanico de indicadores y cotejemos si estos realmente miden los aspectos que deseamos promover. Pensando como un buen director técnico, recordemos que el desafío está en desarrollar las capacidades del equipo y lograr que estas se integren para hacer del trabajo -así como en el fútbol- un arte que une, que apasiona y, sobre todo, que se disfruta. (O)