A pesar de que estoy escribiendo estas palabras antes del jueves 16 –día del aniversario 100 de EL UNIVERSO–, las emociones de esta semana comenzaron desde hace 22 años cuando se inició La Revista. Allí estaba a mi lado el entonces director, Carlos Pérez Perasso, decidiendo el bautizo de la nueva publicación que “avanzaría” Paratodos, el suplemento dominical de entonces, haciéndolo más magazín, con coberturas más amplias, más paginaje y el papel cuché haciendo brillar las portadas. Nunca jamás pensé que todavía seguiría aquí, ahora haciendo no solo el papel, sino la odisea actual: periodismo virtual online.

“¡Ya quítate la escafandra!”, me decían unos amigos hace unas semanas. Pero yo sigo sintiendo que hacer las comunicaciones de la manera como las vivimos ahora es una odisea espacial para todos. Nuestra realidad es alterada como la del Enterprise, la nave a Júpiter controlada por una maléfica computadora, que Stanley Kubrick visionó hace más de medio siglo en 2001, una de sus obras maestras. Yo no me siento dentro de un maleficio, pero sí en una experiencia un tanto misteriosa donde la brújula final nadie conoce.

Nuestra portada de hoy trae a Marián Sabaté y sus dos hijos, una familia mediática de la pantalla y de la música, que mucho tiene que ver con la nueva generación milenial –y centenial– que arremete vorazmente en todos los cambios tecnológicos que vivimos ahora en la información y el entretenimiento. Viví también muchos avatares de la TV hace años y esas memorias no se irán nunca. Y a su vez la sensibilidad periodística de Stephanie Gómez hacia la farándula actual permite humanizar a estas figuras, para traernos un retrato a mano limpia y libre de maniqueísmos. (O)