Eso de “octubrinos siempre” no es una utopía. En medio de las crónicas rojísimas siempre pienso que hay más gente buena que mala en nuestras calles. Lo importante, lo vital, son nuestras acciones para ayudar a una convivencia pacífica, en la que la tolerancia, la actitud, la sensibilidad hacia todos sean parte de la vida.

Y esto debe salir desde el hogar, especialmente cuando hay niños de por medio o personas de la tercera edad que requieren a veces una atención especial. “Te la das de Paulo Coelho” me dijo un lector hace un tiempo, pero no. En esta revista durante más de dos décadas hemos insistido en afianzar los valores y las causas que merecen nuestra atención permanente.

Esta edición refuerza todo eso. Siempre ligados a un diario que durante un siglo nos ha traído la actualidad con toda la gama de vivencias posibles -buenas y malas-, La Revista cada domingo permanece como una pequeña ventana a luces que a veces pasan desapercibidas en nuestros rituales de cada día. Y nunca olvidemos a nuestro José Joaquín de Olmedo: “Proceder con lisura y con candor/ a todos complacer, sin adular/ saber el propio genio dominar/ y seguir a los otros el humor”. (O)