El vino es un producto natural que está siempre en constate evolución, no es estático, sino que tiene vida, va cambiando y madurando con el paso de los años. De esta misma manera como los mejores vinos de guarda, la bodega ecuatoriana Dos Hemisferios se ha ido corrigiendo, transformando y modernizando.

Han pasado muchas cosas buenas desde mi primera copa Bruma, fue una mezcla cepas, de pobre color, con aromas insipientes, carente de cuerpo y carácter, que probé y no me pude tomar en el año 2011. Pero hace poco disfruté su vino ícono, Tomás Carlos ($ 67) tiene un lindo y profundo color rojo rubí, lleno de intensos aromas de frutas rojas y negras de bosque acompañados de notas de vainilla, con taninos firmes, pero delicados que envuelven el sabor de frutas con la madera.

Han pasado ya casi veinte años de vida y la transformación de Dos Hemisferios ha sido en todo sentido, atrás quedaron los años en que el proceso no estaba integrado, por un lado las viñas en la zona de El Morro y por otro la vinificación en un galpón en el norte de Guayaquil. En esa época se realizaba la vendimia y debían trasladar en camiones las uvas para convertirlas en vino. Ahora ya cuentan con una moderna bodega dentro del viñedo en donde todo fluye sin contratiempos.

Lo más novedoso es que tienen apertura para recibir grupos en visitas guiadas en las que se puede caminar entre las vides, luego conocer al enólogo Joel Carrizo y aprender todos los pasos para hacer vino, catar y hasta maridarlos. La experiencia es fantástica y se puede hacer en un recorrido corto durante la mañana ($ 67,20 por persona) o pasar todo el día ($ 134,40 por persona) incluyendo un almuerzo campestre en la mitad de la propiedad. Sugiero que aprovechen estos meses en que el clima es más fresco, no hay lluvias y los bichos no aparecen.

Volviendo a los vinos, junto a la incorporación como enólogo principal del argentino Juan Banovsky ampliaron y perfeccionaron sus líneas, los Armonía ($ 11,50) son jóvenes y sencillos, destaco el rosado mono varietal de Malbec, afrutado y refrescante. Los Bruma ($ 16) han mejorado mucho, ahora son varietales con crianza en barricas de roble usadas, mucho más suaves y con mejores taninos. Los Travesía ($ 21) pasan doce meses dentro de barricas de roble, haciéndolos complejos, especiados y con buen cuerpo. Recomiendo el Malbec, está muy bueno.

A parte de los ya reconocidos, incluso internacionalmente, Enigma ($ 21) (Chardonnay con crianza) y el Paradoja ($ 28) (corte de Cabernet Sauvignon y Malbec), que mantienen su gran nivel, se ha incorporado a los de gama alta, el Almirante ($ 42), ensamblaje complejo, potente y sabroso que pasó por una crianza en madera de primer uso de de 18 meses.

En su imagen modernizaron los diseños de las etiquetas en todas sus marcas y para acercarse más al público, hace unos meses abrieron en la zona de la calle Panamá (centro de Guayaquil) una tienda en donde es posible comprar una copa de vino de cualquiera de sus etiquetas o si prefieren una cata maridaje (desde $ 16). No se pierdan esta actividad sensorial de gran nivel.