Una encuesta nacional realizada en 2019 reveló que alrededor del 31% de las mujeres fue víctima de violencia de género en dicho año. Un año después, con el advenimiento de la pandemia, este tipo de agravio se exacerbó debido al confinamiento y subsiguientes restricciones, que limitaron aún más la oportunidad por parte de las mujeres de defenderse, huir o buscar ayuda social, familiar o legal.

Muchas tuvieron que permanecer con su agresor por dependencia económica o para proteger físicamente a sus hijos, en los casos en que ellos también eran abusados. En no pocas instancias la violencia llegó a extremos mortales.

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El fin de la pandemia no está a la vista y las medidas para contener el contagio pueden volver a ser radicales. Si a lo anterior le sumamos la escasez de trabajo, la incertidumbre, el consumo de alcohol o drogas y la existencia de problemas no resueltos, haría falta la mínima excusa para producir un estallido de violencia en un hombre con tendencia abusiva. Por esto es necesario que las mujeres en situación de riesgo tomen medidas para actuar tempranamente y evitar episodios de agresión.

  • Una forma de protegerse durante periodos de inminente peligro es mantener una comunicación diaria vía redes sociales con alguien de confianza; el día en que este contacto se interrumpa será señal de que algo sucedió y merece ser chequeado. También sería una advertencia al agresor de que alguien más está al tanto de lo que pasa en su hogar.
  • Es muy importante saber que en una emergencia por abuso o intento de abuso una mujer puede huir a la casa de una amiga o familiar que esté al corriente de la situación y esté dispuesta a socorrerla. Muchas veces el saber que la mujer tiene como defensa una boleta de auxilio puede desanimar a un posible marido abusivo.
  • Muchas mujeres agredidas, por miedo a las consecuencias, sufren en silencio. Sus amigas pueden notar señales de agresión si observan cambios en su estado de ánimo sin causa alguna o la presencia de hematomas en su cuerpo que ella evita explicar, o si ella evidencia ansiedad y temor al referirse a su pareja. Son señales que indican que deben intervenir.