Reconstruirse luego de una pérdida y encontrarle nuevamente el sentido a la vida, cuando la muerte te arrebata el amor, son etapas difíciles que pocos valientes logran sortear. ‘De rodillas es el secreto’, al menos así lo asegura Merlyn Ochoa, periodista de Televistazo, de Ecuavisa.

La vida de la comunicadora guayaquileña es un caminar lleno de contrastes. La caracterizan los retos, sacrificios que ha podido sobrellevar de la mano de Dios y que le han dado aprendizajes y mucha satisfacción. A más de su día a día en el periodismo, este último año ha vivido grandes cambios que le permitieron una renovada apariencia física, estrenar casa y volver a abrirse al amor luego de seis años del fallecimiento de su esposo, el también periodista Paúl Martillo.

Merlyn, a pocos días de cumplir sus 40 años (el 2 de febrero), se reconoce como una mujer realizada, sin embargo, no deja de soñar y ponerse nuevas metas. Una de ellas el lanzamiento de su primer libro al que titulará: Mi paso por el infierno.

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Otro reto que está próximo a cumplir es convertirse en abogada, objetivo que prevé concretarlo el próximo año con el proceso de graduación.

Pero, además del ámbito profesional, su rol de madre, hija y amiga incondicional, Merlyn detalla cómo fue el proceso para darse una nueva oportunidad en el amor.

Aceptar el amor

¿Paúl Martillo es el amor de su vida o fue el amor de la Merlyn de entonces?

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Francamente Paúl fue el amor de mi vida. Tú tienes que aprender a darle a esa persona un lugar en tu corazón, solo así tu puedes superarlo y pasar a una nueva etapa. Eso tuve que hacer para volver a enamorarme seis años después, me ha sido muy difícil. Soy muy exigente, estaba muy cerrada, públicamente decía que ya estaba preparada, pero internamente hacía todo lo contrario para alejarme del amor. Hasta que entendí que lo importante era que yo a Paúl le dé un espacio en mi corazón del que nadie lo podrá sacar, nadie lo va reemplazar, siempre estará ahí y eso me va a permitir para que haya espacio para una nueva persona.

¿La actual persona está consciente de esto?

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Sí, Paúl Alexander (Enríquez) está consciente de que yo pude establecer esto para poder abrirme al amor.

¿Cómo se inició la relación?

Una amiga en común nos presentó. Ella subió una selfi conmigo y luego me comentó que un amigo me quería conocer. Ella me dijo que jamás me presentaría a alguien que no me convenga, pero que él sí me convenía, me convenció como tres meses hasta que acepté la primera cita. Empezamos a salir, a conocernos, tuvimos química, pero no podía pasar a la etapa del beso. Entonces fui a hablar con Paúl.

¿Qué le dijo a Paúl?

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Le dije que lo amé con toda mi vida, di todo de mí, fui a Ecuavisa a renunciar, dejé a mis hijos botados por irlo a cuidar (cuando estuvo en tratamiento de cáncer en los Estados Unidos). Le di mi vida, lo di todo. Yo era la mujer más feliz, le agradecía a Dios por estar con él, incluso estando enfermo, pero que él ya no estaba y yo necesitaba alguien que sea mi soporte, con quien tomarme un café, que me seque las lágrimas, alguien que me ayude a cargar la maleta del dolor, de la angustia, de la desesperación. Le dije que he conocido a esa persona especial, pero no puedo dar un paso más allá. Y luego de esa conversación, al día siguiente mi relación fluyó.

Y ¿ cómo está la relación ahora?

Tenemos una relación muy bonita. Él me ha tenido paciencia para que me reencuentre conmigo misma, él estuvo con los brazos abiertos cuando ya estuve lista. Yo le dije a Dios: estoy preparada para el amor.

Cómo se ha descubierto en esta etapa

Me siento tan feliz. Me gusta porque siento que él me complementa mucho. Siento que lo admiro por como resuelve los problemas, admiro su trabajo y admiro como es como padre, él tiene la custodia de su hijo, lo cuida, es de esos padres de nombre, tiempo, espacio y calidad.

¿Se lleva bien con sus hijos?

Él es el que juega con mis hijos, se tira al piso, va a la cancha, van al parque. Hay una química superbuena. Estoy feliz, siento que Dios escuchó mis súplicas porque es un hombre maravilloso.

Nuevas facetas

Estos últimos meses han estado llenos de cambios, ¿cómo recibirá sus 40 años?

Totalmente renovada y feliz. Me cambié de casa, tuve que mudarme de la casa donde viví con Paúl. Sentí que la casa me consumía demasiado, me atacaban los recuerdos, la casa era él. Tomé la decisión de cambiarme de casa, lo hice, esto me dio un respiro, luego Alexander llega a mi vida, entonces llego a mis 40 años muy contenta, consciente de lo que ha pasado, pero también consciente de que la vida es linda y hay que disfrutarla. Son cambios muy positivos.

También se sometió a una cirugía, ¿fue por estética o salud?

Cuando Paúl murió yo quedé con un problema emocional que externamente no transmitía. Los niveles de ansiedad era tal que me subía la prediabetes, prehipertensión por más que yo hacía ejercicio, dietas, sin embargo, la ansiedad, malos hábitos alimentarios me mantenían con 200 libras, de la cuales no podía bajar. Luego conocí a Christian Andrade, hijo del doctor Trino Andrade. Lo conversamos sobre la cirugía de la manga gástrica y al mes me operé, pero todo fue por tema de salud.

Todo este proceso lo han visto sus seguidores en redes social, ya son 121.000 en Instagram.

Te cuento que quienes me siguen están más por como soy detrás de pantalla, no solo por la Merlyn periodista. Luego que murió Paúl muchas más personas me siguieron para saber cómo estoy yo con mi familia, para saber cómo he tratado de superar las adversidades que me han pasado y por eso ahora tengo el anhelo de sacar mi libro.

Cuéntenos de su libro

El nombre es Mi paso por el infierno. Es un libro que me va a llevar hacia muchas personas, quiero decirles a muchas personas que perdieron a su ser amado durante la pandemia formas cómo afrontar ese duelo, esa etapa para no caer en depresión. Una parte será lo que yo viví con la enfermedad de Paúl y las formas de superarlo. Espero tenerlo para noviembre.

¿Cómo se inició la periodista?

Entré a estudiar a la Universidad Católica con la ilusión de ser a futuro una animadora de programa de variedades, sin embargo, me dejé atrapar por la carrera de periodismo, el acontecer diario de las noticias y la investigación. Luego por sorteo me tocó hacer mis prácticas en Ecuavisa y llegué al canal y pude trabajar con quienes eran mi inspiración, mi ejemplo como María Cecilia Largacha, Tania Tinoco, Teresita Arboleda, Ruth del Salto y Pedro Jiménez.

Mi primera entrevista fue a un político en otro cantón del Guayas y la segunda fue el tema del notario Cabrera, que convulsionó Machala, y viajé como practicante con María Cecilia Largacha. Allí logré entrar a un cuartel militar a entrevistar a un jefe militar. Aprendí muchísimo.

Merlyn es fiel testigo de que si se decretan los sueños, se cumplen con la “misericordia” de Dios. Ella ahora tiene un peso de 125 libras y luce una esbelta figura que la hace sentir muy cómoda, saludable y feliz en su facetas como madre, mujer y periodista como complemento. (I)