En sus perfiles en redes sociales, se describe como creador digital, productor audiovisual, papá luchón, papá de Matías y entre sus más importantes responsabilidades, ser ‘el hermano de Efraín’, también figura en la lista. El ecuatoriano Pablo Ruales es un ingeniero comercial, quien era la mano derecha detrás de cámaras de su mejor amigo, su hermano Efraín Ruales (+, 27 de enero de 2021). Con su abrupta partida, él es quien ha asumido la dirección de Pulpor, productora que desarrolla contenido para redes sociales y que comenzó su actividad con las ideas y el celular de Efra.

Con un gran parecido a su hermano Efra (son cuatro en total, dos en Canadá, uno en el cielo y otro en Guayaquil, dice), no solo físicamente sino en el tono de su voz, que lo confundan en la calle con el actor y presentador o que le repitan casi a menudo que son idénticos, nunca lo ha tomado a mala manera. “Gracias a Dios, uno de los mejores piropos que me pueden decir es: te pareces bastante a Efraín, yo soy feliz cada vez que me dicen eso porque lo tengo a él dentro de mí”, dice Pablo -quien ahora es uno de los talentos de la nueva temporada del programa concurso de baile Soy el mejor, de TC Televisión- a este Diario, en una conversación íntima, sincera y llena de emociones.

¿Quién es Pablo Ruales?

Hoy por hoy soy padre de familia empedernido, muero por mi familia, por mi esposa, por mi hijo, soy una persona enfocada en sacar adelante los proyectos que ya teníamos con mi hermano, sacarlos adelante, que no se queden ahí. Me veo un poquito más enfocado en el tema de las redes sociales porque -de cierta manera- le he cogido un gusto y porque también siento halago cuando me comparan con él, porque siento que lo mantengo vivo cuando me ven o me dicen que me parezco.

¿También tiene un tono de voz parecido?

Sí, nos confundíamos, esa era una broma que nos hacíamos con Efraín porque a veces, cuando nos mandábamos notas de voz, regresábamos a ver el teléfono para verificar quién había enviado el mensaje, nos confundíamos hasta en la voz, también. Gracias a Dios, como te digo, uno de los mejores piropos que me pueden decir es: te pareces bastante a Efraín, yo soy feliz cada vez que me dicen eso porque lo tengo a él dentro de mí.

Se trata de amor, no de muerte, es una frase que adoptaron muchos de los que conocieron a Efraín, con la partida de él, gran parte del público se sumó a su grito de justicia y su dolor.

La frase, más allá de haber sido dicha por él en vida, cuando mi papá fallece y escribe el libro de Toñito por siempre, esta frase me ayudó bastante. Obviamente que Jesucristo es el que me ayuda todos los días realmente, pero esta frase se volvió más un estilo de vida porque la puedes aplicar en todo momento, desde que sales a manejar, se trata de hacer las cosas con amor, con dedicación, con esfuerzo, con ánimo o salir porque te toca respirar y nada más. Yo la aplico desde que me levanto hasta cuando ya me voy a acostar. Y el cariño que se ha recibido de la gente es también un impulso para continuar con ese legado que mi hermano ha dejado y no es un trabajo fácil.

Yo con mi hermano empecé y yo siempre fui el administrativo, el trabajo tras cámaras, la parte fea y ahora me toca todo, yo mismo me manejo, me produzco, y la parte creativa es la parte más difícil y menos remunerada, pero puedo decir que esto es superdifícil, pero por el cariño de la gente que uno ve en las redes sociales lo motiva a seguir.

Pulpor Producciones es parte de ese legado, ¿cómo nació la productora?

Nace la idea porque en su momento Efraín comenzó a grabar videos y generar contenido para sus redes sociales, porque tenía eso adentro y en el canal no tenían todavía un programa para que él pudiera hacer la comedia que quería hacer y comenzó a subirlo a sus redes sociales.

Comenzó a grabarse con el teléfono, después se compró una camarita, me decía: Pablex, ayúdame, o tenía sus amigos camarógrafos que lo ayudaban a grabar y después ya no fue una camarita sino que compró luces, computadora para editar los videos y así poco a poco fue creándose la computadora y así fue haciendo Efraín la cámara, las luces, la computadora, después alguien que le ayudaba a editar, después alguien que le ayudaba a grabar, después me llamó y me dijo que no le alcanzaban las manos. Yo vivía en Quito y él en Guayaquil, comencé a trabajar con él, a la par tenía otro trabajo de oficina, y en un momento renuncié en la oficina y me dediqué de lleno a esto.

Trabajaba antes en el área de talento humano en el sector público y ahora es artista y productor de contenido.

Hay que hacer de todo, pero yo creo que cuando uno se propone algo y le mete corazón y encuentra un propósito, encuentra la manera de hacerlo, entonces, yo tengo un muy buen propósito, una muy buena razón y cómo no continuar con esto. A mí me han criticado por seguir con esto, me han halagado, me han felicitado, me han dicho de todo, ya depende de ti con qué te quedas, verdad. Si tú coges la crítica destructiva o la constructiva o las felicitaciones porque las redes sociales son el mundo más brutal en el que puedes estar viviendo.

Yo recuerdo que muchas veces le preguntaba qué le pasaba y me decía: la gente no le calza nada, subo esto y me critican, y quería contestar no a las felicitaciones, que eran muchas, sino al único que criticaba lo que hacía y a veces se ponía mal por eso. Y él hacía lo mismo por mí, tenía él siempre la palabra correcta y el abrazo que nunca faltaba, porque nadie me puede dejar mentir, él tenía el corazón más sensible y era el más cariñoso.

Y en ese legado también se mantienen los artistas que trabajaron con Efraín. ¿Qué contenido están ahora desarrollando y quiénes pertenecen a su staff de talentos?

Ahorita estamos generando contenido y estamos alimentando las páginas que él tenía en YouTube y Facebook, obviamente hemos cambiado los nombres por varios motivos que a veces son difíciles de explicar, pero que son más estratégicos. No dejan de ser los canales de Efraín (EfraTV en Youtube y Ruales TV en Facebook), son páginas que Efraín les metió mucho cariño.

Con Pulpor hacemos manejo de algunas marcas, creamos videos de publicidad, comerciales, hacemos todo lo que una productora audiovisual puede hacer, todavía tenemos la apertura y la llegada con talentos de pantalla, trabajamos mucho con Álex Vizuete, con Ale (Jaramillo) y de estas dos estrellas que son Nachita (su mamá Narcisa Ríos) y la señora Caramelo (mamá de Alejandra María Elena López).

Su familia

Productor, ingeniero comercial, máster en Administración de empresas, esposo, papá, hijo, hermano, artista, ¿cuál de todas esas facetas es la más difícil?

Esa de artista todavía como que no me la creo. La de papá siempre va a ser la más compleja. No quiero sonar a mucho drama, cuando nos enteramos de que venía Matías fue después de que mi papá fallece, fue una luz, pero luego pasa lo de mi hermano y hasta me olvidé de que estaba embarazada mi esposa. Cuando nació, porque nace justo el mismo día que yo también cumplo años y fue justo un 27 y los 27 siempre pasa algo, es como que estamos conectados con ese número. El 27 cumplo yo, nace mi hijo, pasa lo de mi hermano, tengo otro hermano que también cumple años el 27 de abril, los 27 siempre llega una noticia, gracias a Dios ahora llegan buenas noticias, pero nunca faltan esas personas que piensan que nosotros nos olvidamos lo que ocurrió un 27.

Cuando llega Matías ese día, todo cambia, verlo y tenerlo, obviamente, algo se llenó, no totalmente porque esa parte siempre va a quedar con ese espacio, como dice mi mamá: es como un bálsamo, un ungüento para la quemadura.

¿Cómo se sintió tener a su hijo entre los brazos?

Es algo demasiado bonito, para describirlo, es como cuando termina la veda de cangrejos y te esperas esas tres semanas para poder comerlo, eso multiplícalo y eso fue lo que sentí en la piel.

¿Matías se convirtió entonces en el bálsamo de toda la familia?

Verla sonreír a mi mamá de nuevo (Pablo hace una pausa para poder continuar nuestra conversación). Mi mamá me sorprendió bastante, yo sentía que yo debía ser el pilar en ese momento, el fuerte, el que debía coger a mi mamá y cargarla en la espalda y para serte sincero no fue así (solloza). En una ocasión cuando me fui a vivir con mi mamá otra vez, porque vivía a parte con mi esposa, y vivíamos en la casa de Efraín, aquí en Guayaquil, yo me tenía que ir a otro cuarto para desahogarme para que ella no me vea y en una ocasión mi mamá me encontró en el cuarto. Yo pensé que ella iba a llorar conmigo, y no sé de dónde ella sacó fuerzas y me dijo: ‘Pablo, vamos a estar bien, vamos a salir de esta, tranquilo’, me abrazó y me sorprendió porque no sabía de dónde sacaba fuerza.

¿Siguen viviendo en la casa de Efraín o ya se mudaron?

Mi mamá se quedó en esa casa con Jagger, ya desde abril vivo en mi casa con mi esposa y mi hijo y sí, ya vivimos aparte, me dio mucha pena dejarla, porque no sabía si se iba a poner triste.

“El duelo es loco no, de repente estás riendo, pero tú piensas que esa felicidad no está completa y es un cambio tan brusco, de pasar de feliz al llanto, que te preguntas, qué pasó y piensas que esa felicidad que estás viviendo en ese rato podrías haberla compartido con ese ser querido al lado tuyo, pero no, entonces esa felicidad se vuelve tristeza en el lapso de un segundo. Es rara la felicidad ahora porque sientes, no sé si esté mal lo que voy a decir, pero sientes que no te la mereces”, Pablo Ruales.

En octubre pasado se anunció que sería parte de la obra El Chow Disnei 2, ¿ahora será actor?

Todo cambió en ese show. Efraín tenía ya un contrato con el empresario de esa obra en la que aparecería como el Taitita, ya había un guion, una estructura, pero llega el tema de la pandemia y se tuvo que postergar y cuando pasa lo de la pandemia, pasa lo de Efraín y se queda eso ahí. Para esto, ya hubo un abono del 50 %, el empresario me dijo que entendía todo lo que ocurría y nos dijo que quería trabajar con nosotros, él no nos pidió devolver el dinero, nos pidió trabajar juntos. Él nos propuso trabajar a través de la productora.

Me llevo bien con él y hace un par de meses me dijo que venía a Ecuador, porque no nos conocíamos, para contarme de su nuevo proyecto. Él me contacta y me dice que tiene esa obra de teatro, que la quería hacer en memoria de mi hermano, me pidió mi aprobación y apoyo. Le dije que me parecía excelente. Él me dijo que quería que yo fuera el presentador de la obra, que presente la obra, que sea el host y que diera unas palabras. Que hiciera las veces de anfitrión. Hasta ese día yo era el anfitrión y cuando voy a la sesión de fotos para las promociones, el guionista Eddie González me dice ‘qué te parece si hacemos esto y participas’. Yo fui parte del jurado para elegir a la reina de la vecindad.

Créeme que, si en el rato menos pensado me ven actuando, no se sorprendan.

¿Le atrae la actuación? ¿En qué tipo de producciones se ve interviniendo?

A mí me gusta la comedia, porque lo vi por mucho tiempo haciéndola a mi hermano, creo que también soy por esa línea, pero también el drama y no sé si es por la culpa de mi esposa que me hace ver esas series de drama, pero me gusta.

¿Ya le han hecho propuestas para trabajar en esa área?

No es que yo me esté perfilando para eso, una cosa es hacer contenido para redes sociales, pero entrar a alguna producción nacional, no sé, porque uno nunca sabe lo que le depara la vida, pero estamos en este medio y cualquier cosa puede pasar. No quiero decir un no rotundo.

¿Piensan en algún momento mudarse a otro país y extenderse con Pulpor?

Sería increíble poder extendernos, poder crecer, trascender, creo que limitarse a quedarse solo en Ecuador sería un poco mediocre, sí me veo trabajando afuera, llegar a Hollywood o Netflix, sería algo loco. Creo en la producción nacional todavía, Efraín dejó una película escrita. Son tantas cosas que todavía quedan por hacer que no podemos quedarnos con los brazos cruzados.

¿Qué es lo más bonito que guardas de Efraín y lo mejor que le ha dejado?

Lo más bonito de Efraín era ese corazón bondadoso que tenía, a él no le daba miedo a ayudar, no había nadie que diga que no lo ayudó, lo más bonito que él tenía era ese acercamiento a Dios. Él me decía que se veía predicando y hablando de la palabra de Dios y de su amor en un futuro. Eran esas conversaciones profundas que nos dábamos mientras él ofrecía esas charlas. A veces hablábamos de eso cuando parábamos a comer arroz con menestra, él podía ir en silencio todo un viaje, pero cuando empezaba a hablar no había quién lo callara, me llevo conmigo esas conversaciones.

¿Guarda algún rencor? ¿Ha sanado su corazón?

Yo creo que el tema de la resignación es importante aquí, el tema de la aceptación también. Yo puedo decir que acepto que Dios haya llamado a Efraín y que lo tenga en su presencia ahora, lo que nunca voy a aceptar es el cómo, el cómo pasaron las cosas. No lo voy a aceptar nunca, pero es algo que yo me lo guardo y dejo eso en las manos de Dios. Si tú crees en Dios y yo creo en Dios, vamos a tener una última conversación o una conversación final en la que vamos a tener que rendir cuentas.

No creo que pasemos por la vida y podemos hacer lo que nos da la gana. Esa parte se la dejo a Él porque aquí ya vimos que no va a pasar nada y no hay consecuencias. Ya ha pasado algún tiempo y hasta ahora nadie sabe qué mismo ocurrió, así que yo amargarme por eso más tiempo, no es justo para mí ni para mi familia, pero ya eso es algo que Dios sabrá cómo resuelve, qué resolución da. Si tú me dices que si tengo algún tipo de rencor, yo me he dado cuenta de que no, porque estoy confiado y dice la palabra: la venganza es de Él y yo sé la dejo a Él, yo creo en su palabra, soy muy creyente, no soy pastor, tengo muchas falencias, pero estoy consciente de que tengo un Dios que me está halando de las orejas. Yo se lo dejo a Él y algún día me darán razón y me explicarán todo. (I)