Sin mucho ruido, el estudio de arquitectos Futura Natura ha construido proyectos con un esplendor sustentable y respetando el entorno donde se levantan. En 2016, 2018 y 2020, el colectivo de arquitectos ganó la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito; y en 2022, el codiciado Brick Award, un premio internacional que entrega Wienerberger AG, el mayor fabricante de ladrillos austriaco del mundo, el cual galardona, cada dos años, aquellas construcciones en las que el ladrillo es el protagonista.

Para el Brick Award, Futura Natura presentó la Casa que Habita, ubicada en Babahoyo, como una declaración que no solo se opone a la mercantilización de la ciudad, sino que le da al ladrillo un carácter simbólico, lo vuelve protagonista. “Wienerberger promueve el uso sustentable del ladrillo. A nivel mundial se presentan proyectos provenientes de todos los países. Para esa edición llegaron como mil proyectos, y se van aplicando filtros cuyo proceso dura como un año. En esa ocasión estábamos contentos, porque nos comunicaban que ya estábamos entre los 500, luego entre los 100, después en los 40, en los 20, y finalmente nos anunciaron que habíamos ganado. Fuimos a Viena para recibir el premio. Para nosotros no es el estudio que gana algo; eso para mí no es la satisfacción final. Sino como Babahoyo, una ciudad de tránsito, aquella ciudad satélite que gira alrededor de la ciudad metrópoli, por la que se tiene que pasar para ir a ciudades más grandes, como Quito. Con esto, Babahoyo empieza a ser visibilizada a partir de estos premios internacionales”, destaca José Fernando Gómez, fundador de Futura Natura.

Bardales. Foto: Natura Futura.

“En el estudio cuento con varias personas que colaboran conmigo en el tema de dibujos, fotografías, renders, pero algunos proyectos forman parte de un proceso comunitario o participativos. Estos últimos los trabajamos con otras oficinas de arquitectura; nos unimos y trabajamos en conjunto varios de estos proyectos. Hace diez años fundé Natura Futura, y he venido trabajando siempre en colaboración. Mi visión es que la arquitectura no se la debe trabajar solo, sino siempre colaborando. Yo soy como un ente mediador entre una persona que tenga primero una visión para luego generar el proyecto”.

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Casa del silencio. Foto: Natura Futura.

Gómez dice que, cuando trabajan con fundaciones, estas cuentan ya con proyectos y también con un proceso de gestión. “Nosotros como arquitectos lo que hacemos es desarrollar el diseño de un proyecto y llevarlo a una guía de construcción con la comunidad; a la vez que trabajamos, a veces, como gestores, porque ha habido proyectos en los que hemos ayudado a conseguir recursos de financiamiento, presentando los estudios a empresas y proveedores grandes. Por ejemplo, el proyecto La Comuna, el Refugio del Pescador, el Observatorio de la Santay son proyectos de participación. El resto son proyectos de ámbito privado, es decir, ya con el cliente y el arquitecto. En ambos casos siempre con la idea de crear ciudad y crear un manifiesto a partir de cada proyecto que se realiza”.

Casa que Habita. Foto: Natura Futura. Foto: EMILIO ZOUAIN C

Cada diseño de Natura Futura está concebido desde su viabilidad. “Creemos que un buen proyecto es uno que no gasta demasiado, sino que, con lo que tenemos a la mano y los recursos con los que contamos, poder generar atmósferas habitables, buenas, sanas, y entender que cada habitante que va a vivir allí también se involucre mucho en el proceso de diseño para que haya una verdadera apropiación del proyecto”, explica Gómez.

El arquitecto ecuatoriano cuenta que Europa está volcando su mirada a Latinoamérica. “Porque se siente que acá se tiene muy claro el futuro de la construcción sustentable”.

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José F. Gómez Marmolejo, fundador del estudio de arquitectos Natura Futura. Foto: cortesía.

Otro de los proyectos presentados es una casa flotante que navegó desde Babahoyo, por el río del mismo nombre, hasta su encuentro con el río Guayas, más precisamente hasta la isla Santay. “Eso fue como una maestría de vida. Fue un proceso que duró dos años desde que nos contactaron. Fue cuando habíamos terminado un refugio de un pescador en Babahoyo. Para ese entonces, nos contactó el líder de la Asociación Amigos de la Isla Santay, quien nos preguntó si podíamos trabajar en un proyecto parecido, pero que no tenían plata. Decidimos hacerlo, porque quisimos darle continuidad a la arquitectura flotante. Empezamos a recaudar fondos, haciendo diseños, prototipos de boyas, de flotabilidad; yendo a la isla, ver cómo nos podíamos conectar allí, cómo íbamos a llegar. Entendimos que en la Santay no se puede construir, porque es una zona protegida. De allí que construimos la casa en Babahoyo. Recordemos que, hace muchos años, la forma de conectar esta ciudad con Guayaquil era por el río; y, cuando fue el momento de zarpar, sentimos que habíamos viajado al pasado. Fue algo muy bonito; el viaje duró todo un día. Cuando llegamos a la inmensidad del gran Guayas, explotó una boya; casi se nos hunde. La marea nos llevaba; tuvimos que cambiar de barcaza. Fue toda una aventura llegar a Guayaquil así. Fue histórico”, recuerda emocionado José.

La casa flotante que navegó desde Babahoyo hasta la isla Santay.

Los diseños propuestos por Natura Futura, levantados especialmente en la capital de Los Ríos, llaman la atención; aunque también están en Montalvo, Huaquillas, Guayaquil, Chongón. Son modernos, acogedores, funcionales, ecoamigables, viables, cómodos. “Se trata más que nada del respeto a nuestra tradición, porque, si nos ponemos a estudiar cómo eran nuestras ciudades, eran lugares bien planificados, bien construidos, muy bien diseñados. Tenían ventilación cruzada, sistemas pasivos de ventilación natural. No necesitaban aire acondicionado, porque eran frescos. Eran construcciones con ladrillitos, madera, bambú. ¡Eran sostenibles! Eran ciudades que no gastaban tantos recursos, como pasa ahora. Nuestra manera de ser es lo que nos está llevando al cambio climático. Desde que se fundó el estudio, ha sido toda una aventura para poder traer esas tradiciones, conocerlas y poder plasmarlas de una forma contemporánea, haciendo uso de la tecnología para poder mantener esas tradiciones en el tiempo y ser parte de una arquitectura actual. Es un respeto hacia lo que tuvimos, hacia nuestro entorno, nuestra naturaleza”.

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La Proveedora. Foto: Natura Futura.

José Gómez Marmolejo (1987) es titulado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Guayaquil, y obtuvo un masterado en Diseño Arquitectónico Avanzado, en Chihuahua, México.