Solo una gota de aceite lubricante ya usado puede contaminar 1.000 litros de agua y derramarlo en la tierra, provocando infertilidad en el suelo y transformando la vegetación en inerte. Así se crea una capa impermeable para el oxígeno.

Es parte de los impactos ambientales que genera el inadecuado desecho de aceites lubricantes y sus envases cuando ya fueron usados, pero a través de una iniciativa de reciclaje se está reduciendo esta forma de contaminación.

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La Asociación Ecuatoriana de Lubricantes (APEL) fundó en abril de 2021 la iniciativa Recoil, un modelo de gestión de residuos del sector lubricantes para recoger estos aceites usados y sus envases, sea que estén en una empresa, hacienda, cooperativa de transporte o en una vivienda. Es decir, que el ciudadano también puede participar y entregar estos elementos como parte del reciclaje.

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“Recoil articula la gestión de aceites lubricantes usados y envases con los gestores formales autorizados, por ende cada requerimiento de recolección es analizado con su ubicación, periodicidad de generación y volumen para que la asignación de gestores de recolección sea la más eficiente tanto para quien ocasiona el residuo como para el modelo de gestión”, explica Valeria Naveda, gerenta de Operaciones de APEL y Recoil.

Según Naveda, esta recolección se ejecuta a nivel nacional a todo actor que cuente con aceites lubricantes usados, envases plásticos o metálicos como por ejemplo, industrias, lubricadoras, cooperativas de transporte y ciudadanos.

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En Ecuador se comercializan al año cerca de 30 millones de galones de aceites lubricantes. Y su inadecuada gestión también genera una contaminación en el aire. Por ejemplo, cinco litros de aceite quemado contamina con plomo y otras sustancias nocivas un millón de metros cúbicos de aire, que es la cantidad de aire respirada por una persona en tres años.

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”Este desecho suele ser utilizado como combustible en hornos que no cuentan con las especificaciones técnicas ni con los permisos ambientales que autorice dicha actividad, generando una amplia contaminación ambiental sin considerar incluso el perjuicio a la salud pública que conlleva la mala utilización de este desecho”, señala Naveda.

Hasta ahora, con esta iniciativa se han gestionado 9,32 millones de galones de aceites usados, 235 toneladas métricas de envases y se han reacondicionado 300 toneladas métricas de envases metálicos. Los aceites lubricantes reciclados tienen dos usos autorizados.

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El primero la refinación, que consiste en obtener a partir de un proceso de refinación materia prima, que es base lubricante para la fabricación de aceites nuevos. Y el segundo uso es la valoración energética, menciona Naveda. Esta actividad, regulada por el Ministerio del Ambiente, suele ser desarrollada principalmente por hornos cementeros a lo cual se le denomina coprocesamiento.

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En tanto, los envases vacíos también Recoil los recicla, es decir, usan ese plástico como materia prima en la fabricación de diversos materiales.

“Pueden ser además utilizados en procesos de valoración energética autorizados como coprocesamiento, incineración. Los envases metálicos pueden ser reacondicionados para su reutilización, en caso de que por el desgaste dicho envase no pueda ser reutilizado se lo envía a un proceso de chatarrización para utilización del material en otros procesos”, manifiesta Naveda.

¿Qué se necesita para participar de la iniciativa y entregar a Recoil los aceites usados y sus envases para que así tengan un mejor tratamiento de desecho?

Según Naveda cualquier persona para participar.

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  • Debe llamar a 1800 Recoil.
  • Decir su nombre, dirección y RUC del local o domicilio.
  • Después, la cantidad en (galones o litros) de aceites y lubricantes usados y de envases vacíos (por presentación) que tenga almacenados.
  • Y finalmente, se coordina el retiro de los residuos, sin que haya que hacer un pago por ello. (I)