Cerca a la vía a Chanduy, en la provincia de Santa Elena, está ubicada la finca de banano orgánico Don Polo. Tiene una extensión de 300 hectáreas y una capacidad de producción de 540.000 cajas de fruta al año. Los dueños de la finca, al realizar la inversión en la bananera, analizaron el debate de la eliminación de los subsidios a los combustibles en Ecuador y, además, el anuncio de mercados como el europeo, que consume mucho banano ecuatoriano, de ser carbono cero al 2050, con lo que obliga a sus proveedores a implementar sistemas sostenibles.

Luego del análisis, apostaron por un sistema productivo eléctrico, en especial en la parte de riego, y no utilizaron el diésel. Después de frenar la dependencia de los combustibles fósiles se fijaron la meta de reducir sus emisiones de carbono y encontraron en la energía fotovoltaica un método que les ayudaría a cumplir ese objetivo.

Se instalaron 780 paneles solares en la bananera y la inversión fue de más de $300.000. El próximo 15 de diciembre entrarán en funcionamiento y generarán 413,8 kilovatios pico. “Por la escala, es el proyecto fotovoltaico en el sector bananero más grande del país. Reduciremos cien toneladas de dióxido de carbono por año y aspiramos a que los costos por energía se reduzcan al menos un 50 %”, dice Ricardo Umpiérrez, gerente general de Mundo Banana, empresa propietaria de la finca.

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Cuenta que se realizó un estudio previo en la zona, especialmente sobre la luminosidad, para saber si era viable la incorporación de esta tecnología. Santa Elena es una provincia árida y sufre de escasez de lluvias, por lo que en la finca Don Polo los sistemas de riego deben utilizarse los doce meses del año y esto impacta en el consumo de energía. “Es inversión a largo plazo. Los equipos tienen una vida útil no menor a 20 años. Son equipos eficientes”, dice.

La tecnología, que fue importada desde China, es de fácil mantenimiento y sus componentes permiten un monitoreo constante para poder realizar ajustes de ser necesario, señala Gino Pinoargote, presidente de Genera, empresa que instaló los paneles solares. Los herrajes, que soportan la estructura, los paneles e inversores solares, que se encargan de transformar la corriente en energía alterna, son traídos desde la nación asiática.

“El sector manufactura y el tecnológico chino están avanzados. Además, el componente principal de los paneles es el silicio y China es el país con la mayor cantidad de reservas de este componente”, indica.

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El ejecutivo afirma que debido a la importancia económica que tiene el sector agrícola en el país es necesario que las empresas opten por estos sistemas renovables de generación de energía: “Nuestros productos agrícolas nos representan en los mercados internacionales y si estos productos tienen sostenibilidad, un carácter ambiental, de compromiso social, tienen mayor competitividad. Además, una planta de energía solar es un proyecto rentable y viable. Queremos demostrar que la sostenibilidad es rentable”.

En la hacienda Don Polo se cultiva banano orgánico que se exportará a Europa y EE. UU. Foto: Cortesía Mundo Banana

Genera ha trabajado con diversas fincas a pequeña escala que ya tienen una transición hacia el bombeo eléctrico. Los paneles solares se conectan al sistema nacional eléctrico y a través del llamado medidor bidireccional se puede saber exactamente la cantidad de energía producida y el ahorro que se está generando. El retorno de la inversión de este tipo de proyectos se da a partir del quinto o séptimo año.

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En el conversatorio “Premisas del COP26 UK 2021″, que se realizó meses antes de la cumbre internacional, se dijo que los empresarios nacionales deben implementar iniciativas, desde sus compañías, que vayan relacionadas a mitigar el cambio climático. El 99 % de la estrategia de una empresa debe girar en torno a una producción sostenible, se sugirió en el evento. De hecho, muchas multinacionales han modificado sus procedimientos por un cambio de actitud del consumidor, que cada vez se preocupa en saber cuál es el impacto en la naturaleza de los artículos que compra.

Para mí, esto es una tendencia irreversible. Los mercados ya se están enfocando en esa línea. Las prohibiciones de insecticidas y otros químicos o moléculas son cada vez mayores. Los productores debemos cambiar la manera de producir”, indica Umpiérrez. El próximo paso de la finca Don Polo, una vez implementado el sistema de energía solar, será obtener la certificación carbono neutro. (I)