“El amor necesita mucha habilidad, además de entusiasmo”, decía el escritor Alain de Botton en una entrevista en YouTube. Mi primer contacto con él no fue por la novela que motivaba esa entrevista, sino por un ensayo-manual de autoayuda especialísimo: Cómo Proust nos puede cambiar la vida. Muy pocas personas que conozco -incluido yo- han podido sumergirse en los siete volúmenes de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust. Pero Alain me salvó con su librito donde nos introduce a la sabiduría de un genio de las letras y su valiosísimo legado.

Esta vez de Botton trae La fatiga del amor, una novela sobre una pareja en la cual se descubre una visión muy poco común de la vida conyugal, porque esa fatiga de la cual habla no se conecta con el enfriamiento de una relación, sino con las responsabilidades que debemos asumir al unirnos “para toda la vida”. Y él no niega esa posibilidad, más bien afianza esa dinámica que agarró de Proust e inspiró algo de este libro, junto quizás a otras de sus grandes influencias: Freud y Montaigne.

Y volvemos al significado de esa habilidad para mantener la soñada estabilidad matrimonial. Es una labor constante, de cada día, de cada noche. Y ojo: el romanticismo no es clave. Para Alain de Botton, lo crucial no es la pasión romántica, sino esa actitud abierta y tolerante hacia el otro/a en una travesía sin fin que muchas veces desconocemos: la vida entre dos y el tesoro de compartir breves momentos felices. (O)

Publicidad