Desde una de las cabinas de la Aerovía, en Guayaquil, un ciudadano graba el recorrido sobre el río Guayas. Cuando empieza a hacer zoom con su teléfono se observa a una nutria moviéndose entre lechuguines, pero también entre botellas plásticas y fundas. De hecho, el mamífero juega con uno de los envases. “Un Guayaquil de contrastes. Lindo ver a la fauna urbana, pero triste ver la contaminación del río”, se escucha decir al hombre en el audiovisual, que se viralizó en la red social TikTok.

La contaminación del afluente, al que también llegan aguas servidas sin tratar, es un reflejo lamentable de la presión a la que se somete a la cuenca del río Daule, de donde se desprende el Guayas. Doce microcuencas de la zona reflejan una erosión “catastrófica” del suelo, dice Jéssica Quintana, directora de Educomunicación del proyecto La Fuente, que trabaja con 9 de los 28 cantones que se ubican en la cuenca para tratar de reducir los impactos generados por el hombre en esta área. El proyecto es financiado por la Unión Europea y cuenta con el apoyo de la Universidad Casa Grande y el Municipio de Guayaquil. El involucramiento de los ciudadanos y de los Gobiernos autónomos descentralizados es vital para conservar esta cuenca, que abastece de agua a casi cuatro millones de ecuatorianos.

Más de 4.000 personas de Guayas y Manabí serán beneficiadas en proyecto La Fuente, que busca preservar la cuenca del río Daule

Hace casi un año, ustedes presentaron oficialmente el proyecto La Fuente, que busca la conservación de la cuenca del río Daule. Luego de este tiempo, ¿cuáles han sido las amenazas que han podido detectar?

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La problemática y la complejidad de la cuenca es palpable. Tenemos doce microcuencas que están en un estado de erosión que puede ser catalogado como catastrófico. Las fuentes de agua están siendo contaminadas tanto por desechos humanos, que son vertidos directamente a la naturaleza, aguas servidas sin ningún tipo de tratamiento, como también por residuos de fertilizantes y pesticidas químicos que son utilizados en la agricultura.

Esta es una de las cuencas más importantes del país, ya que en ella se desarrollan 28 municipios; atraviesa cuatro provincias: Guayas, Manabí, Los Ríos y Santo Domingo. Son 13.000 kilómetros cuadrados y allí habitan cerca de cuatro millones de personas.

No podemos desconocer que en esta cuenca viven personas, o decir que solo hay bosque o agua, sino que hay una actividad humana, por lo que cualquier abordaje que tenga que ver con el manejo de esta cuenca debe tener una perspectiva de sostenibilidad, garantizar la vida, el sustento de las personas, a la vez de un manejo adecuado de la naturaleza.

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Ese estado de erosión catastrófica del que usted habla suena sumamente grave. ¿Puede dar más detalles?

Erosión significa que del suelo se ha levantado la capa vegetal por la actividad humana (tala de árboles). Esto significa que se pierde la calidad del suelo. Y en el territorio erosionado es potencialmente probable que se den inundaciones o deslizamientos de tierra, porque no hay la capa natural de árboles para proteger la zona.

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En Colimes se firmó acuerdo ambiental para la conservación de la cuenca del río Daule

El proyecto está trabajando en nueve cantones (de Guayas y Manabí). Hemos levantado dos mapas: uno donde están las zonas que requieren conservación y otro donde están las zonas que necesitan restauración. Esto lo realizamos junto con el Centro Internacional de Investigación sobre el Fenómeno El Niño.

¿Los municipios y juntas parroquiales están entendiendo la gravedad que representa esta erosión del suelo y la contaminación del agua?

Uno de los pilares de este proyecto es trabajar con los Gobiernos locales para que ellos tomen decisiones adecuadas en sus planes de ordenamiento territorial. La conservación del suelo tiene que ver con estrategias individuales, familiares, pero muchas de ellas tienen relación con la toma de decisiones de los Gobiernos en distintos niveles.

Por ejemplo, los Gobiernos locales son los que deciden el uso del suelo de sus territorios. Si hay un bosque primario y el Gobierno local permite un asentamiento humano allí, está atentando contra la naturaleza y con las posibilidades de conservación de ese ecosistema y de mantener el equilibrio. Si un municipio permite un asentamiento humano en una ladera o colina donde hay posibilidades de deslizamientos, también allí se está atentando contra la vida de las personas y la conservación de los espacios y especies.

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En varias zonas de la cuenca del río Daule se registra deforestación, lo que está causando la erosión del suelo. Foto: Cortesía Proyecto La Fuente

También es importante que los Gobiernos locales tomen decisiones informadas sobre el tipo de obras que se hagan para sus comunidades. Hay lo que se llaman obras verdes, que son murallas vegetales que pueden servir para evitar inundaciones; pero en algunas ocasiones, en lugar de implementar esto, se toman soluciones grises, es decir, obras que tienen que ver con cemento, y esto rompe el equilibrio. Los Gobiernos en sus distintos niveles tienen mucha responsabilidad en la conservación, restauración y en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas.

Nosotros hemos implementado un curso gratuito, masivo, en línea y certificado por la Universidad Casa Grande que trata información para Gobiernos locales. Los integrantes de la Dirección de Áreas Verdes del Municipio de Guayaquil ya han tomado este curso, y hacemos un llamado para que otros Gobiernos locales lo tomen.

¿Qué tanto afectan los pobres sistemas de recolección de basura y su nula clasificación que tienen los municipios que se encuentran en la cuenca del Daule?

Esa es una tarea que se tiene pendiente en el Ecuador. Los sistemas de tratamiento de aguas residuales y la recolección y clasificación de basura son un problema grave. Prácticamente solo en las ciudades grandes existen sistemas más o menos organizados, funcionales; pero en los cantones más pequeños o en la ruralidad prácticamente no existen. Allí también es importante la intervención de los Gobiernos locales.

La agricultura es el tercer sector que más contamina en Ecuador, según datos del Ministerio del Ambiente. ¿Cuál es el impacto de las prácticas agrícolas en esta cuenca?

No podemos desconocer que las personas que habitan esta zona necesitan tener un sustento económico, y este sustento tiene relación con la producción y comercialización de productos agrícolas.

Por eso, hemos organizado un curso sobre prácticas agroecológicas sostenibles. Para finales de este año sacaremos un curso dirigido a adolescentes y que se está trabajando con el Ministerio de Educación. Además, hemos dado capacitaciones en territorio con grupos de agricultores y agricultoras para la producción de abonos amigables con el ambiente. La idea es que vayan remplazando los fertilizantes químicos por prácticas agrícolas amigables.

Áreas prioritarias de conservación en la cuenca del río Daule.

Pero esto es un trabajo de hormiga, porque requiere ir a cada uno de los nueve cantones de las quince parroquias en las que estamos trabajando. También hemos realizado visitas guiadas a una finca demostrativa, para que ellos puedan ver que las prácticas agroecológicas son rentables.

¿Cuán difícil ha sido llegar con el mensaje a los agricultores, ya que por décadas han producido de la misma forma y utilizando químicos?

Es importante trabajar con los agricultores y agricultoras, pero sobre todo ofrecerles evidencia de que estas prácticas sostenibles van a mantener la productividad de sus tierras e incluso van a mejorarla. También estamos impulsando la firma de acuerdos de conservación con asociaciones y Gobiernos locales.

Sin embargo, como en todo cambio, a la gente le cuesta adaptarse y al principio hay un poco de perplejidad, dudas. Nuestro trabajo tiene mucha relación con romper paradigmas, la costumbre, y por eso la argumentación de darles razones es muy importante. Por ejemplo, tener un manejo amigable significa no tener monocultivos, y hay vastas zonas en donde trabajamos que están sembradas solo de arroz. El cambio de este paradigma se irá dando de a poco, y no puedo decir que con una sola capacitación vamos a cambiar la manera de sembrar.

Áreas prioritarias de restauración de la cuenca del río Daule.

En la finca demostrativa que tenemos hay una especie de patos que se introducen en los sembríos de arroz, que se hacen en el agua, y ya no hace falta otro tipo de pesticidas, porque los patos se comen las plagas. Este tipo de prácticas al principio son miradas con perplejidad.

¿Qué tan importante es reparar el tejido social y con esto lograr la conservación de una cuenca que abastece de agua a casi cuatro millones de personas?

Muy importante. Hay que trabajar con Gobiernos locales, asociaciones, educadores, estudiantes, grupos de mujeres. Las mujeres han sido invisibilizadas en el tema de la agricultura, pero tienen un rol muy importante. Cuando uno aterriza en territorio se da cuenta de que en muchas fincas trabajan mujeres o las mujeres son las propietarias, y por eso uno de los ejes del proyecto también es rescatar la figura de la mujer en los distintos roles que tienen que ver con el cuidado y protección del agua. (I)